domingo, 20 de agosto de 2017

La poesía gallega actual: Salvador Mira y "Destierro en la tierra"

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La autora de la reseña es la amiga Susana Diez de la Cortina Montemayor, filóloga, directora académica de AulaDiez español online (www.auladiez.com), y autora de numerosos libros de poesía y de enseñanza de español para extranjeros. Ya hemos publicado aquí algunas de sus muchas intervenciones, y esperamos publicar más. Gracias!


POESÍA GALLEGA ACTUAL: 

Salvador Mira Nieto (Pontedeume, A Coruña, 1978) 


 Desde que en 2007 publicara Salvador Mira su primer poemario (“Durante todo el día”, Ed. Diedycul, Madrid) hasta hoy han transcurrido solamente diez años, pero durante esa década este autor eumés que escribe en castellano no ha dejado de publicar una obra tras otra: en 2009 reaparece en la escena literaria con “Ángel azul” (Ediciones Vitruvio, Madrid) y un año después con “Asalto al cielo” bajo el mismo sello editorial, conformándose ya lo que, parafraseando al propio autor, constituirá una poética y singular carta de navegación llena de nombres, cifras, libros, películas, que casi como un diario, se convierte en una sagaz crítica de nuestra sociedad. 
En 2011 publica “Los diablos” (Espino Albar, Pontedeume), que junto con los tres anteriores y un último poemario de 2013, “Ensoñaciones desde el filo”, dan forma a la totalidad de su obra poética, reunida y publicada este año en un solo volumen bajo el título de “Destierro en la Tierra”, nuevamente en Ediciones Vitruvio. 


Este grueso volumen recopilatorio se abre con una imperiosa y significativa nota del autor: “Es recomendable la lectura de principio a fin, como si se tratase de una novela”. 
Y, en efecto, hay en la poesía de Salvador Mira una voluntad de plasmación casi cinematográfica, como si estuviésemos ante el guion de una historia en la que el personaje protagonista (él mismo) se encontrase permanentemente expuesto al ojo inmóvil del objetivo de una cámara, en una suerte de diario poético que recoge todo tipo de vivencias, lecturas, anécdotas o pensamientos expresados en forma de aforismos: 

POESÍA: 

Ese deseo al que no se puede doblegar. 
Ese impulso que es destino 


o en largos poemas que tratan de atrapar la esencia de las más evanescentes impresiones o de los sentimientos. 
En ellos el poeta bucea en la soledad, expresa su rabia y su impotencia ante la injusticia que ve a su alrededor, o habla del amor, pero siempre dejándose captar en las escenas más íntimas de su vida sin el subterfugio del pudor: 


Escribo en una hoja en blanco, 
pretendiendo vencer a los demonios de la noche. 

Intento sobrevivir, 
lucho para poder escribir. 

Aunque nadie lea estas letras, 
hago lo que debo, 
hago lo que puedo. 

Esta es mi forma de vida, 
la mayor parte de las veces 
claustrofóbica, al límite, asfixiante… 

Veo una mano que mueve el lápiz, 
escucho mis pensamientos; 
es como si habitase una pequeña estrella perdida: 
centelleando sílabas en la noche lúgubre y espesa… 
Escribo de forma automática, 
llevo al papel un telegrama que dicta mi alma. 

Esto es un ejercicio de extrema soledad. 


El amor y una feroz crítica social son los pilares que sustentan la poesía de Salvador Mira, con tintes a veces un tanto épicos, las más de las veces trágicos y en ocasiones hasta fatídicos, porque el autor se retrata a sí mismo como un desventurado héroe clásico a merced de los hados: un Teseo sin Ariadna, o como en estos versos, 

 “[…] un Ulises sin Penélope 
que continúa la singladura, 
que intenta regresar a casa 


Pero es en la descripción de su entorno físico, de la naturaleza circundante donde, en mi opinión, la poesía de Mira obtiene sus mejores logros desde aquellos primeros versos que sirven de título a su primer poemario, “Durante todo el día”: 


La luz de las farolas danza en las aguas. 
La sirena de un mercante, atrapado en la espesa noche, 
gime cual ternero en el matadero: es mi porvenir sin esperanza. 


La naturaleza como forma de expresión de la extrema subjetividad personal impregna de dicha y de belleza los versos de Salvador Mira, en especial cuando hablan del mar, fuente inagotable de sensaciones felices: 


El mar se retira de la playa, 
barcas varadas en la arena, 
el sol ilumina la orilla, 
el salitre suspira en mi corazón. 

Aguas doradas, 
el susurro de las olas, 
rocas, mejillones, estrellas de mar… 
Mis bolsillos colmados de piedras y conchas. 

La brisa acaricia mi cara, 
la espuma, palpitante, cubre la mañana. 


Prima en la descripción de su tierra gallega la sensualidad de lo que es sentido como intrínsecamente «bueno», acogedor, protector e incluso íntimo, a la manera rosaliniana: 

Aunque para encontrar la felicidad 
tenga que viajar por mi imaginación: 


 Los atardeceres de mi tierra en verano. 

Los campos de lavanda. 

Las huellas que mis pies dejan, 
caminando por la playa. 

Riachuelos, fuentes, pájaros, 
luciérnagas, caminos, bosques, 
estaciones de tren, puentes, 
copos de nieve, caballitos de mar, 
renacuajos, tritones y ranas. 

Los besos bajo las sábanas […] 


Toda la obra poética de Salvador Mira está, de ese modo, entretejida no sólo con su entorno, sino también consigo misma. 
Nos anuncia ya lo que será su prosa, desde aquella primera nota del autor en la que nos advertía de la necesidad de leer “Destierro en la Tierra” como una novela, pero también en versos como los siguientes que transcribo, del último poemario del libro, en los que está ya el germen de lo que sería más adelante su primera novela, titulada “Después del silencio” (Ed. Manuscritos, Madrid, 2017): 

Una de las cosas 
que mayor vergüenza ajena me ha producido 
es el silencio sepulcral del domingo 
después de la borrachera del sábado. 


La mágica exuberancia de las tierras gallegas aflora en este libro cuyo título, “Destierro en la Tierra”, dice tal vez mucho más de lo que el un pensamiento literal sugiere: porque para el sentir gallego, tan abocado por su historia a la emigración, acaso no haya nada tan duro como eso… 

Pontedeume, julio – Madrid, agosto de 2017. 


Sobre la autora de la reseña:
Susana Diez de la Cortina Montemayor es filóloga, directora académica de AulaDiez español online (www.auladiez.com) y autora de numerosos libros de poesía y de enseñanza de español para extranjeros. 


Sobre Galicia, el gallego, y su lengua hermana, el portugués

El 17 de mayo es el día de las letras gallegas, fiesta de la lengua y homenaje a escritores de la literatura de Galicia. Fue instituido en 1963 por la Real Academia Gallega para homenajear a los escritores que usaban el idioma en sus obras literarias, pues en 1863, 17 de mayo fue cuando se publicó en Vigo la obra Cantares Gallegos de Rosalía de Castro.

Desde la aprobación de la constitución española y del Estatuto de Autonomía, el gallego es lengua oficial junto con el castellano en Galicia, con gran desarrollo popular, literario y en todos los niveles educativos, incluso la superior. Las tres universidades gallegas - A Coruña, Santiago y Vigo- ofrecen estudios de lengua y literatura gallegas en nivel superior.

El gallego en su evolución, por motivos socio-políticos, entre los principales, la prohibición de uso y persecusión durante la ditadura franquista, fue más salpicado por el castellano que por el portugués. Pero desde 1983, con la Ley de normalización lingüística, avanzó el proceso de recuperación del idioma y las administraciones y otras entidades oficiales aumentaron el uso del gallego en la vida pública, en la educación y ámbitos sociales. Al punto que hoy es la lengua mayoritaria entre la población de Galicia, y casi 90% la habla habitualmente y la entiende el 94% , más de 2 millones y medio de personas.

Pero al final, para los que hablamos español y portugués, ¿qué es el gallego? Pues es una lengua románica que nació en el siglo IX con base en diferentes hablas celtas, y en la Edad Media, mantuvo una unidad lingüística con el portugués, siendo por lo tanto lenguas hermanas desde su origen.

Es posible que extrañe que la lengua portuguesa, “la última Flor del Lacio” — así llamada por el poeta brasileño Olavo Bilac—, originaria de una pequeña área de la Península Ibérica llegue al 6º lugar en popularidad entre los idiomas más hablados del mundo, superando a sus hermanas, la francesa y la italiana, cuya fama de cultas y elegantes son innegables.

El Gallego-Portugués, una lengua del grupo ibero-romance con su origen en la zona que abarca lo que hoy es Galicia y el norte de Portugal, la cuenca del río Miño, al NE de la península Ibérica se empieza a partir en dos al fin de la reconquista cristiana de los territorios ocupados durante casi ocho siglos por los moros árabes, que terminó en Portugal con la toma de Faro en el año 1249, casi 250 años antes de su final en España.

Tras todos estos procesos históricos, Portugal pasa a ser un reinado independiente de León y Castilla, mientras que su hermana Galicia se mantiene bajo las órdenes de este último.


Las carabelas llevaron a los portugueses – y su lengua-, cada vez más autónoma, lejos de su hermana Galicia, mientras las tierras gallegas y su idioma quedaban encerradas durante siglos bajo el dominio castellano. (Javier Villanueva)