El sabor que conquistó a España




















América le dio al mundo varios alimentos que eran  desconocidos en el Viejo Continente antes de 1492. Unos fueron vistos como meras curiosidades al principio, pero en los casos de la papa y el maíz, resultaron vitales en las grandes crises de hambre de las poblaciones campesinas de la vieja Europa.  
Los pueblos precolombinos tenían conocimentos muy avanzados en la medicina, la astronomia, matemáticas, hidráulica, en la arquitetura, agropecuaria, mejorías de vegetales, cultivoas a gran altura, domesticación de animaes salvajes, etc. En la agricultura y la horticultura aprovecharon el maiz y otros cereais; la mandioca, papa, tomate, zapallo, poroto, tabaco, yerba mate, chocolate, vainilla, chile y otras especies que eran típicas de América.
Más de dos mil anos atrás, algunos pueblos americanos ya conocían el número cero en las matemáticas, construían acuductos para el riego y e elevadores de agua, usaban al tabaco como un inseticida y producían  aleaiones  de metales y baños térmicos. T también transformaban algunos venenos naturales en alimento –por ejemplo, la mandioca, deshidrataban la papa, a la que llamaban chuño y destilaban para darle mejor sabor la vainilla.

De América llegaron a Europa, además del maíz, la papa, el cacao, el maní, el ají, el tomate, la mandioca, el poroto y la vainilla, que hoy forman parte de la dieta europea.
Maíz: hasta hace poco se pensaba que era de origen mexicano. Pero las investigaciones recientes hallaron restos de maíz más antiguos en el Mato Grosso brasileño, al norte de Argentina y en Bolivia. Las palomitas de maíz -conocidas en varios países con diversos nombres: pochoclo, crispetas, poporopo, rosetas, pipocas, o pororó- que en EEUU llaman “pop corn”, ya se comían en épocas pre-incaicas  y se las halló incluso en algunas tumbas.

La papa o patata: originada en los Andes peruanos, cerca del lago Titicaca, se difundió entre los pueblos indígenas. Los arqueólogos la remontan a unos 13 mil años atrás. Cuando llegaron los europeos a América el cultivo de la papa ya estaba generalizado. Adaptada a Europa solucionó el hambre de los campesinos. Hay muchas variedades: morada, amarilla y blanca, entre otras.

El tomate o jitomate: su origen también es discutido. y se lo considera originario de México. Pero algunos creen que se originó entre Colombia y Chile. Los conquistadores no lo llevaron de inmediato porque lo creían venenoso. Sólo después de un tiempo entró en su cocina.

El cacao: es una planta originaria del Amazonas que luego llegó a América Central y México. Algunas culturas nativas de la región como los Olmecas y los Mayas, lo consideraban "el alimento de los dioses". Los granos de cacao se usaban como moneda por los Aztecas quienes también lo bebían.

La calabaza o zapallo: el origen de la calabaza puede ser el Perú,  México y Centroamérica, o incluso la América del Norte. Para los originarios habitantes de América fue muy importante en su dieta, como los frijoles y el maíz.

La mandioca o yuca: su origen es discutido; unos dicen que nació en Yucatán, México y que su nombre maya viene de “joo'ka” que significa desenterrar una raíz.

El chili, pimiento o ají: hay muchas variedades, picantes o no. Varían los tamaños y colores: verde, rojo, amarillo, naranja. Se cree que es originario de México y fue llevado a Europa por Cristóbal Colón.
Ananás o piña: originaria del sur de Brasil, su nombre proviene del guaraní, idioma indígena del Paraguay, sur de Brasil y nordeste de Argentina. El nombre piña fue adoptado en los países europeos por parecerse  a las piñas de los pinos.

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Desde hacía más de 3 mil años las antiguas civilizaciones aztecas, mayas, olmecas y toltecas, que habitaban el territorio que hoy ocupa México, ya conocían el chocolate, un producto del fruto del cacao.

El Xocoatl, nombre que estos pueblos antiguos daban al chocolate, llegó a Europa por medio de los españoles, que recibían el producto proveniente de América a través del puerto local de Barcelona.

Desde octubre del año 2000, en esta ciudad existe El Museo de Chocolate de Barcelona, con su sede en un antiguo edificio de un convento. El Museo de la Xocolata, como lo llaman los catalanes, tiene desde las más antiguas máquinas utilizadas para procesar el cacao hasta las más variadas esculturas hechas de chocolate. 

Las piezas están protegidas con vidrio y conservadas térmicamente para evitar el derretimiento.
Los primeros ambientes del museo cuentan la historia del fruto americano. Una de las salas se reserva para las piezas ganadoras del Concurso Internacional de Esculturas de Chocolate. Figuras religiosas, personajes de los dibujos animados y carros de corrida ya están expuestos como resultado de este concurso anual,
promovido por el museo.

FORHAN, Neisy Amparo Escobar. Instituto de Ciencias y Tecnologías Nucleares. Cuba: 02/2009