segunda-feira, 29 de fevereiro de 2016

Jack London, Lenin y el Che.



En sus “Memorias de Lenin”, de 1930, la que fue su mujer, Nadezhda Krupskaya, cuenta que dos días antes de su muerte le leyó “Amor a la Vida”, cuento de Jack London, a su compañero, el revolucionário ruso Vladimir Ilyich Lenin.


Amor a la vida

Desde que fue publicado hace más de cien años, el cuento “Amor a la vida” generó multitudes de críticas y de estudios. El mío, apenas un comentario corto, tiene un único objetivo, que es mostrar cómo, si Jack London padecía de un cierto “darwinismo”, admirando a los más fuertes en su lucha por la sobrevivência, algo parecido le ocurría a Lenin, su lector frecuente, y al propio Che Guevara, otro gran admirador de la vida salvaje y del desafío de la aventura y la naturaleza.

La magnífica historia que se relata en “Amor a la vida”, es un torbellino de asuntos, ideas, y mensajes, pero entre todo esto, lo que surge es el sencillo alegato del triunfo de la voluntad por vivir del ser humano, su negativa a entregarse, aun en las cirscunstancias más duras, y el atavismo Del “darwinismo”, recurrente en toda la vida literaria de nuestro Jack London.

El libro empieza con dos hombres andando a pie por las planicies del Canadá, hasta que uno de ellos sufre la ruptura de un tobillo, y es abandonado por su compañero, con sus pocas pertenencias y una bolsita con oro, polvo y nueces.

Abandona su oro por la imposibilidad de cargarlo, sigue el cauce de un río que lo lleva hacia el Océano Ártico.

Amor a la vida” convivió con una acusación de plagio y, entre otras anécdotas que lo rodean, llamó la atención de Vladimir Ilyich Lenin. Su compañera le leyó “Amor a la vida”, cuando ya estaba agonizante, y la historia le encantó a Lenin, que murió el 21 de enero de 1924, dos días después de escuchar el cuento. 


¿Quién era Jack London?

En el año de 1897, un jovencito californiano de 21 años, con pinta de actor de cine, pero más pobre que una laucha, empezaba con su cuñado una gran aventura; salían hacia Alaska en busca de oro; se dirigían rumbo al río Yukon y a uno de sus afluentes, el Klondike. Juntos, irían a cruzar paisajes nevados y áridos, desafiando el hielo ártico, cruzando ríos torrentosos y asediados de noche por jaurías de lobos hambrientos, en un largo y profundo silencio blanco.

Jack London fue un joven que –igualito a El Pibe de Chaplin- nació al mundo muy pobre, hijo que su madre entregó en crianza a una nodriza y exesclava negra en Oakland; y fue un adolescente que, como el Chaplin de “Tiempos Modernos”, sufrió la industrialización y el fordismo, con sus 16 horas de labor diarios en una fábrica de conservas, quedando narcado para siempre con la rabia de la rutina y el ruido ensordecedor de las máquinas.

El London que parte hacia el Klondike es un joven de ideas socialistas, que quiere huir de la miseria y del trabajo embrutecedor y se va -como lo hace el protagonista de La Quimera de Oro,  “The Gold Rush”, también de Charles Chaplin- a la lejana Alaska, embarcándose, como ya antes lo habían hecho en ese mismo año otros miles de aventureros, en el gold rush –la corrida del oro- de Klondike y en la utopía de una riqueza rápida.

El joven socialista, que se embarcaba en búsqueda de oro, además de su carpa, trineo, ropa, colchas y herramientas de minería, llevaba entre sus pertrechos algunos pocos libros, entre ellos El origen de las especies de 1859, de Charles Darwin. Aunque no había tenido una educación formal, Jack London ya había leído a esa altura de su vida a Herbert Spencer y Charles Darwin.

Después de un año de iniciada su aventura, London regresó a San Francisco enfermo, sin dinero y sin el oro que había ido a buscar, pero con una carga de experiencias de conocimiento de sí mismo, de los animales y de la naturaleza- que serían más que fundamentales para algunas de sus obras más importantes, lo que le dio lo que llamamos acá, una visión darwiniana de la lucha por la vida.

"It was in the Klondike that I found myself. There nobody talks. Everybody thinks. You get your true perspective. I got mine".

A inicios del siglo XX, en razón de sus primeras novelas, London logró un éxito enorme, con royalties que le permitieron comprarse un yate y un rancho en California, en el que vivió los últimos años de su vida, hasta fallecer en 1916, con solo cuarenta años.


El Che y Jack London

Y explorando más aun el tema de London y su apego a una visión “darwiniana” de la lucha por la sobrevivencia, recuerdo que cuenta el escritor argentino Ricardo Piglia que hay una escena en la vida de Ernesto Che Guevara que también le llamó la atención a Cortázar; ocurre cuando el grupo de desembarco del Granma es sorprendido y el Che, herido, piensa que se muere, y recuerda un relato de sus lecturas.

Dice Guevara, en los Pasajes de la guerra revolucionaria:

Inmediatamente me puse a pensar en la mejor manera de morir en ese minuto en el que parecía todo perdido. Recordé un viejo cuento de Jack London, donde el protagonista apoyado en el tronco de un árbol se dispone a acabar con dignidad su vida, al saberse condenado a muerte, por congelación, en las zonas heladas de Alaska. Es la única imagen que recuerdo”.
Dice Piglia que Guevara se debe haber acordado de una de las frases finales de London: “Cuando hubo recobrado el aliento y el control, se sentó y recreó en su mente la concepción de afrontar la muerte con dignidad”.
El Che Guevara encuentra en ese personaje de Jack London el modelo de cómo se debe morir em uma situación extrema, un momento de gran condensación.
Y nos acordamos de Don Quijote de La Mancha, que también busca en las ficciones que ha leído el modelo de la vida que quiere vivir. Recordemos que el Che Guevara cita a Miguel de Cervantes en su carta de despedida a sus padres:
Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo al camino con mi adarga al brazo”.
Y termina Piglia diciendo que no se trata solo o apenas del quijotismo en el sentido más clásico, el del idealista que enfrenta lo real, sino del quijotismo como un modo de vincular la lectura con la vida.
La vida, como cuenta Krupskaya, se completa con un sentido más amplio que se toma de lo que se hemos leído en una narración de pura ficción.
JV. São Paulo, 29 de febrero de 2016.

sexta-feira, 19 de fevereiro de 2016

Horacio Quiroga ¿Qué era el "Consistorio del Gay Saber"?



quiroga 1

Horacio Quiroga. Salto, Uruguay, 1878 - Buenos Aires, Argentina, 1937.

Horacio Quiroga

¿Qué era el enigmático -y también inolvidable- "Consistorio del Gay Saber"?

Antes de lanzar su primer libro, el cuentista Horacio Quiroga formó con otros jóvenes escritores uruguayos un irreverente cenáculo, pleno de poesía, de extravagancias e incluso de muerte.

El nombre del grupo -el irreverente cenáculo, digo- era bastante raro, por cierto, y representaba un homenaje a una antigua logia de trovadores mediavales: el "Consistorio de la Gaya Ciencia", de 1323.
Consistorio se llama, en la iglesia, a la reunión que el Papa celebra con sus cardenales; y Gaya Ciencia es el nombre dado a la poesía como una metáfora de la “ciencia”. 
Haciendo un juego de palabras, el grupo de jóvenes poetas, convirtió el adjetivo calificativo femenino “gaya”, en uno masculino, formó su nombre con el término “gay”, como cualidad atribuida al sustantivo sinónimo de ciencia: el saber.
Horacio Quiroga, narrador y cuentista uruguayo que fue el más famoso del grupo "Consistorio del Gay Saber", se radicó en Argentina y pronto fue considerado uno de los mayores latinoamericanos de todos los tiempos en su género. Su obra se ubica entre el declinio del modernismo y la aparición de las nuevas vanguardias.
Muchas tragedias marcaron la vida del escritor: su padre murió en un accidente con un arma de caza y su padrastro, y más tarde su primera mujer, cometieron suicidio; además, Quiroga mató sin querer, en otro disparo accidental, a su amigo Federico Ferrando.
En sus estudios en Montevideo, Horacio Quiroga ya se había empezado a interesar por la literatura. Se inspiró en su primer amor juvenil al escribir Una estación de amor, en 1898. Luego fundó en su ciudad de nacimiento la Revista de Salto, en 1899. Más tarde, viajó a Europa y escribió sus recuerdos en Diario de viaje a París, de 1900. 
A su vuelta fundó el "Consistorio del Gay Saber" que, a pesar a su corta existencia, fue el centro de la vida literaria de Montevideo y el eje de las polémicas con el grupo de Julio Herrera y Reissig. Este último, considerado una de las cumbres del modernismo fue uno de "los cuatro delfines" herederos de Rubén Darío, así como Leopoldo Lugones, Amado Nervo y Ricardo Jaimes Freyre. Julio Herrera y Reissig era el modelo ideal del poeta, por su exotismo, porque rechazaba las servidumbres de la vida cotidiana y por su aislamiento, que culminó en las  tertulias de la "Torre de los Panoramas", un altillo céntrico montevideano con vistas al mar, que entre 1902 y 1907 Herrera convirtió en eje y monumento del decadentismo rioplatense.
Pero volvamos a Horacio Quiroga que, ya instalado definitivamente en Buenos Aires publicó Los arrecifes de coral, poemas, cuentos y prosa lírica en 1901, seguidos de los relatos de El crimen del otro, en 1904, la novela corta Los perseguidos de 1905, resultado de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera hasta la frontera con Brasil, y la más extensa Historia de un amor turbio, de 1908. 
En 1909 se radicó en la provincia de Misiones -"el infierno verde"- donde trabajó como juez de paz en San Ignacio, ciudad famosa por sus ruinas jesuíticas, en la que cultivaba yerba mate y naranjas.
Otra vez en Buenos Aires, trabajó en el consulado de Uruguay y publicó Cuentos de amor, de locura y de muerte, en 1917, los relatos para niños Cuentos de la selva, en 1918, El salvaje, en 1920, la pieza para teatro Las sacrificadas, de 1920, Anaconda, en 1921, El desierto, en 1924, La gallina degollada y otros cuentos, de 1925 y el que tal vez haya sido su mejor libro de relatos, Los desterrados, de 1926. Colaboró en Caras y CaretasFray MochoLa Novela Semanal y La Nación, entre otros.
En 1927 se casó con una jovencita, amiga de su hija y dos años después publicó la novela Pasado amor, sin demasiao éxito. Sintiándose aislado por las nuevas generaciones literarias, volvió a Misiones para dedicarse a la floricultura. En 1935 publicó su último libro de cuentos, Más allá. Internado en un hospital de Buenos Aires, descubrió un cáncer gástrico, lo que parece haber sido la causa del suicidio, ya que puso fin a sus días ingiriendo cianuro.


El almohadón de plumas

Horacio Quiroga

Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja-. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
-¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
-¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
-Pst... -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio... poco hay que hacer...
-¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
-¿Qué hay? -murmuró con la voz ronca.
-Pesa mucho  -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.

Cuentos de amor de locura y de muerte, 1917


sábado, 13 de fevereiro de 2016

O oitavo ensaio do mal neto de Cárlos Mariátegui.

      

El Octavo Ensayo del mal nieto de Carlos Mariátegui

-“Allinyachu kashanki, Aldo. Sumaq chisi kachun kankunapaq. Sumaq chisi kachun llaqtamasikuna, ñaña turikuna -o "Cómo estás, Aldo. Tengan todos buenas noches. Tengan todos buenas noches, compatriotas, mujeres y hombres)”- fue como saludó Verónika Mendoza en el programa "Sin Medias Tintas", en respuesta a una provocación del periodista Aldo Mariátegui.

-Lamentablemente el runasimi (quechua) no es mi fuerte y el francés tampoco, esto en realidad ha sido una chancada de último minuto- dijo el periodista y mal nieto de Carlos Mariátegui, Aldo, tratando de hacerse el gracioso en una entrevista a Verónika Mendoza, peruana, hija de madre francesa y candidata de la izquierda a la presidencia de su país.

-Vale la pena el esfuerzo, muy bien, felicitaciones, Aldo. Para la próxima en quechua, por favor- le respondió la candidata.


Como si fuera poco el papelón que pasó por pícaro, todavía agregó:

-Quiero aprovechar, siempre hay que recibir a una dama con un regalo, y espero (que mi libro) ilumine sus entendimientos y su cultura, que de por sí sé que es bastante vasta-, le dijo. Vale recordar que la tal obra literaria explora la historia de la izquierda peruana, analizándola desde un punto de vista bastante crítico, de derecha ultra-liberal.

El "valioso" libro que el atrevido periodista le ofreció enseguida a la candidata de izquierda se llama "El Octavo Ensayo", en el que Aldo Mariátegui no se pregunta -como lo hiciera Mario Vargas Llosa en su “Conversación en La Catedral”, ese sí, un ex-izquierdista hoy liberal- cuándo fue que se jodió el Perú, sino que responde quién lo jodió más. 
Para el desnaturado nieto de Carlos Mariátegui fue la izquierda, un "tumor maligno" que, de acuerdo al autor, llevó al país a sus peores crisis, y "es la responsable del mayor derrame de sangre nacional, más que en la Guerra del Pacífico".

Igualito al periodista brasileño Reinaldo Azevedo -plumífero de la revista Veja y del diario Folha de S.Paulo, que jugó a ser izquierdista en la época del golpe de 1964, y como muchos otros ideólogos de la neo-derecha-liberal- el mal nieto de Carlos Mariátegui echa todas las culpas y males del Perú moderno en las espaldas de la izquierda que, como cualquer historiador sabe, solo recibió cárceles, balas y persecusiones en toda América Latina desde la época de la Revolución de Mayo de 1810 en Buenos Aires.
Aldo Mariátegui también nos recuerda otros de nuestros periodistas brasileños metidos a escritores, del mismo palo de Narloch y Teixeira, y su "Guia Politicamente Incorreto da História do Brasil".

Javier Villanueva, São Paulo, 13 de febrero de 2016.


Vea más:

http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2011/09/politicamente-incorreto.html

Quem foi Carlos Mariátegui?

José Carlos Mariátegui foi obrigado a aceitar a bolsa de estudo oferecida pelo governo de Augusto Leguia, que tentou através do exílio calar o jovem político e suas críticas ao governo ditatorial. Foi para a Europa onde foi agente de propaganda jornalística do governo, o que era melhor que ir para a prisão.
Em 1919, chegou à França e seguiu para a Itália onde viveu dois anos e meio, e conheceu a moça italiana com a que teve um filho. Morou alguns meses na Alemanha e voltou ao Peru em 1923. Na Itália conheceu o marxismo de Gramsci que influenciou seu pensamento, fazendo ver a realidade peruana pelo olhar marxista.
Ao chegar na Europa o jovem Mariátegui já era um intelectual conhecido pelos leitores que não queriam apenas ler os autores europeus. Sua estadia no velho continente foi fundamental para sua formação, pois pode estudar e ver de perto os acontecimentos revolucionários na Rússia, Alemanha e na Itália, a formação do Partido Comunista e as lutas da classe operária do país.
A Europa definiu o perfil intelectual de Mariátegui ao enxergar os acontecimentos mundiais da época. Ao voltar ao Peru já era um “marxista convicto e confessor”, como dizia. George Sorel, Lukács e Lênin lhe fizeram ver de outro modo os acontecimentos do seu país, embora seu marxismo não era o do dogmátismo de muitas das escolas políticas de seu tempo.
Em 1926 publica a primeira edição da revista “Amauta”, que na língua incaica significa maestro.Em 1928 participa da fundação da APRA juntamente com Victor Raúl Haya De La Torre, fundando o Partido Socialista Peruano afiliado à III Internacional.
Esse ano publica Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Dois anos depois, em 1930, morre José Carlos Mariátegui aos 35 anos. Deixou uma imensa contribuição ao marxismo na América Latina com seus livros e sua práxis revolucionária.

terça-feira, 9 de fevereiro de 2016

O capitalismo selvagem e a alta burguesia criminosa. 2ª parte



O capitalismo selvagem 
e a alta burguesia criminosa


Se você é dos que pensam que a CIA é uma sigla para uso e abuso dos filmes de ação de Hollywood,  talvez seja também dos que acham que os culpados pelo inferno imposto ao povo pelo crack, a cocaína, o LSD ou a maconha são os traficantes que habitam nas favelas e periferias das cidades. Pois bem, nesse caso, desculpa, mas você está enganado. Eles são apenas varejistas, funcionários de um –ou de vários- grandes patrões atacadistas, e são o degrau mais fraco e miserável de um gigantesco negócio do capitalismo nacional e mundial.
Os verdadeiros donos, os diretores e gerentes dessa enorme cadeia produtiva integrada à economia cotidiana do capitalismo, se escondem em luxuosos edifícios de vidraça espelhada, moram em bairros da alta burguesia, e vestem ternos de executivos. Mas podem ser claramente identificados. Pertencem às classes dominantes, são homens e mulheres das finanças, empresários da alta burguesia -a dona de fábricas, bancos, comunicações e transportes- e poderosos latifundiários.
No Brasil, fazendeiros e banqueiros são os mais citados nas listas internacionais, como o HSBC, Bradesco, Credit Suisse e Bozano Simonsen, que já apareceram em diversas denúncias.
Em países como a Colômbia e o Peru, além do latifúndio e dos bancos, também são sócios do narco-business as Forças Armadas e muitos políticos de vários partidos, incluindo alguns presidentes da república.
O comando do grande negócio, contudo, fica nos USA. Foi entre muitos dos seus governantes e membros das classes ricas dos Estados Unidos que, desde os anos de 1970 a 80, implantaram e multiplicaram de modo maciço esse tenebroso negócio, através e sobretudo da CIA –principal agência de espionagem e inteligência-, da DEA –a agência supostamente de combate às drogas-, do FBI e do mesmíssimo Pentágono.
Hoje o negócio das drogas movimenta entre 400 e 600 bilhões de dólares ao ano, é o 2º item do comércio internacional, ganhando até do petróleo, e é só inferior ao das armas, seu primo-irmão. Ao contrário do que diz a imprensa monopolizada (Globo no Brasil, Clarín na Argentina), a poderosa economia das drogas não nasceu e cresceu como atividade de marginais, ou de cartéis e máfias "por fora da lei", e sim como o fruto planejado e montado pelos órgãos do imperialismo norte-americano como um business destinado a financiar outras atividades ilegais do estado supra-nacional e dos estados nacionais que seguem suas regras.
"O tráfico de drogas foi sempre um negócio capitalista, por ser organizado como uma empresa, estimulada pelo lucro", diz a enciclopédia on-line Conteúdo Global, e não se engana. A droga é um dos tantos geradores de renda das classes dominantes e do mega-empreendimento chamado colonialismo até meados do século XX e claramente imperialismo nos nossos dias; e esse negócio vem desde séculos atrás. A "narco-empresa", porém, no modelo em que a conhecemos hoje, nasceu na década de 1960 e se estabeleceu  a partir dos anos de 1970 e 80.
Nos anos de 1960, a CIA e setores do Pentágono viram as enormes vantagens políticas, ideológicas e econômicas que uma companhia transnacional da droga poderia dar ao sistema capitalista em seu conjunto.
Desde 1963 os militares dos USA e a CIA montaram"uma rede de produção e distribuição de narcóticos para gerar uma fonte de financiamento para futuras ações de contra-insurgência (guerras populares e movimentos de libertação na América Latina)", afirma a Folha da História..
E ainda acrescenta: "No final de 1964, Philip Agee, agente da CIA, denunciou o começo da operação na Bolívia. Ali os generais Barrientos e Banzer, também agentes da CIA, construíram uma primeira rede".
Pouco depois, para aumentar o mercado consumidor, os USA não tiveram nenhum melindre em criar massas de dependentes químicos entre seus próprios cidadãos, os mais jovens, que eram os soldados enviados ao Vietnã. Segundo Jansen, essa guerra –que durou de 1964 a 1975, apenas nos anos da intervenção norte-americana- seria marcada pelo uso generalizado das drogas. "Cerca de 30 mil soldados estadunidenses se tornaram dependentes de drogas (notadamente maconha e heroína) para que continuassem estimulados no front".
Já cerca dos anos de 1980, com o aumento do número de consumidores dependentes químicos nos USA e outros países, foi necessário incentivar o crescimento das culturas da coca e da maconha, para manter o grande business em crescimento. E nisso participaram –sabendo ou não sabendo- o FMI e o Banco Mundial, na década de 80.
Naquela época, as medidas econômicas e políticas anti-populares em muitos países pobres resultaram na eliminação de milhões de empregos. Segundo Jansen, isso "provocou uma transferência maciça de mão de obra para a economia dita informal e em particular para a produção de drogas, em países como Bolívia, Peru, Colômbia, Afeganistão".
Vejamos o caso da mal famigerada Colômbia, que hoje produz cerca de 80% da cocaína do mundo. Isso só foi possível porque com a ajuda do FMI e do Banco Mundial, na década de 1980, os fazendeiros deixaram de produzir café para produzir coca e cocaína. Ou seja, os latifundiários colombianos foram convidados pelos EUA a entrar na empresa do drogas-business. E eles aceitaram com gosto.
Os que gerenciavam o país autorizaram empréstimos externos pelos quais os dólares vindos eram trocados por pesos. Esse plano ficou conhecido como Ventanilla Siniestra –a janelinha sinistra-. Por meio da Ventanilla, verdadeira oficialização da lavagem de dinheiro da droga, as autoridades colombianas "deram anistias tributárias, por meio das quais foram incorporados e legalizados os investimentos dos narcotraficantes", confirma Jansen.
E temos ainda o caso da Bolívia, onde o FMI e o presidente Paz Estenssoro abriram as portas para o grande narco-business na década de 1980. Segundo Del Roio, em 1985 foi aplicado um plano econômico que subiu os índices de desemprego a 30%. O FMI aconselhava e pressionava, como sempre, para a liberalização geral.
Então, "o presidente Paz Estenssoro, com o decreto DS 21.060 declara que todas as moedas cotadas podem ser depositadas nos bancos bolivianos, em qualquer quantidade e sem controle nenhum, com respeito total ao sigilo bancário em relação a sua proveniência. Os aplausos dos organismos econômicos internacionais foram generalizados. Significou o sinal verde para os grandes investimentos na coca. (...) Aconteceu que em pouco tempo no planalto de Chapare, o melhor terreno para a plantação, a população cresceu de 20 mil para 200 mil habitantes. Um caso quase único de corrida das cidades em direção ao campo".
Com tremendo aumento da produção, o chefe de polícia do Panamá –o depois presidente Manuel Antonio Noriega- já conseguia, entre 1984 e 1986, "exportar" aos USA duas toneladas de cocaína e 500 toneladas de maconha do cartel colombiano de Medellín.
Noriega –como poucos ignoram- era agente da CIA desde 1967, e participou ativamente do esquema clandestino montado pela agência de espionagem para o financiamento dos bandos paramilitares chamados de "Los Contras" que atacavam o governo sandinista da Nicarágua e semeavam o terror na população, segundo nos relata Jansen e como já é parte da história.
Tal operação ficou conhecida em 1986 como o escândalo "Irã-Contras" –que era a compra de armas no Irã para financiar os bandos dos Contras numa tentativa da CIA de derrubar o governo revolucionário sandinista-.
Em 1989, Noriega se declarou chefe de Estado do Panamá, entrando em estado de guerra virtual contra os USA. Como resultado imediato, 13 mil marines invadiram o Panamá e prenderam Noriega. O pretexto foi "o combate ao narcotráfico". A maioria dos especialistas em política e nas táticas militares dos EUA não acreditou. É que era claro que, para a CIA, ele era um perigoso arquivo vivo.
No Afeganistão, a produção de drogas foi retomada depois da invasão militar do USA em 2001. Após a invasão –justificada pela guerra ao Al Qaeda e ao Talibã-, o país superou a Colômbia e se tornou o maior produtor mundial de drogas, principalmente de ópio e heroína. Em 2003, o drogas-business faturou 2,3 bilhões de dólares, que nessa época representava mais da metade do PIB do Afeganistão.
Embora o comando da narco-economia seja dos agentes norte-americanos, a estrutura da cúpula é similar à uma multinacional e funciona em forma de uma rede.
Na América do Sul, na ponta da produção está o latifúndio, que planta coca e maconha. No Brasil, fazendeiros e camponeses pobres do sertão de Pernambuco –do chamado "polígono da maconha"-, e no Maranhão, Tocantins e Mato Grosso são os mais citados.
Os produtores latino-americanos têm como sócios e protetores um numeroso segmento de políticos –incluindo, como já dissemos ao início, presidentes da república, como no Peru e Colômbia-, militares, juízes, etc. E, como já está bastante divulgado, a distribuição atacadista internacional costuma contar com empresários do chamado crime organizado –os cartéis e máfias- que ficaram popularizadas no cinema como mera ficção, sobretudo para quem não quer enxergar a realidade.
Todos esses departamentos do "narco-business", embora poderosos, lucram apenas um 10% dos benefícios totais. A distribuição varejista, a dos traficantes dos morros cariocas e das periferias do Brasil, aquela que a Globo –no Brasil, ou o Clarín na Argentina- e o resto do monopólio mediático ataca, é o peixe pequeno do business, não recebendo mais que uma parcela mínima desses 10%.
O maior lucro do empreendimento, 90% do total, é o que aferem os bancos. Os respeitáveis senhores banqueiros, frequentadores das colunas sociais, são os que realmente deveriam aparecer nas páginas policiais.

Veja também: 
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2015/09/nem-com-reagan-nem-com-soros-e-fhc.html
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2014/02/mas-que-droga-senador-cristovam-buarque.html
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2013/08/quem-le-este-blog-ha-mais-de-dois-anos.html
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2013/05/as-drogas-de-alguns-ea-independencia-de.html


Parte 2

Para quem aceita como algo natural as drogas legais –álcool e tabaco, e até as ilegais supostamente “suaves”, como a maconha- ou minimiza os seus efeitos sociais e humanos, o crack é um horror, sim, mas a culpa é só de quem “não sabe se controlar”. Se de gente “progressista” se tratar, acham que liberando tudo e deixando em mãos de “empresas respeitáveis” –Souza Cruz, Philips Morris, AmBev- tudo se resolve bem. As taxas e impostos, pagariam os danos à saúde pública. E eu pergunto: a AmBev, maior produtora de álcool no Brasil e na América, se responsabiliza pelas mulheres e filhos agredidos, pelas mortes e mutilações em "acidentes" de trânsito que não são tais? pagam as milhares de internações pelo abuso dos dependentes químicos? bancam os programas de recuperação?
Para os mais reacionários só há alguns culpados: o governo do PT, Dilma, Lula e os favelados. Derrubando o PT e tocando fogo nas favelas, tudo se resolve.
Mas, que tal fuçar um pouco na história dessa droga que realmente destrói em pouco tempo seus usuários? Veja como foi criada para acabar com o movimento dos Panteras Negras nos EUA, pelo próprio estado americano. Quem documentou, numa série de reportagens do San Jose Mercury News, foi o valoroso repórter Gary Webb, em 1996, que seguiu o caso Irã-Contras, quando, por descuido, a cortina que tapa o sistema foi levantada e o povo norte-americano conseguiu ver a máquina funcionando. O governo dos EUA, e a sua central de inteligência, vendiam armas para o inimigo declarado, o Aiatolá Komeini financiando assim, no mercado negro de drogas, os mercenários dos Contras que combatiam a revolução sandinista. Uma revista em Beirute flagrou e deu numa CPI no Congresso dos EUA.
O jornalista Gary Webb trabalhou com competência e coragem, seguindo os passos de traficantes, nomeando-os, mostrando as rotas do tráfico –todas do conhecimento da CIA- e exibindo ao público todo o cenário. A série foi transformada no livro “Dark Alliance: The CIA, the Contras, and the Crack Cocaine Explosion”. Bastou ser acusado usar falsas fontes, e manipular informações. A vida de Gary Webb virou um inferno: perdeu o emprego e entrou na lista negra da mídia norte-americana. Morreu em 2004. Segundo a polícia e a mídia, foi suicídio. Gary Webb cometeu suicídio com dois tiros na cabeça.

Para saber um pouco mais:

O papel central da narcoeconomia como mais uma parte substancial do capitalismo se mede pelo peso da lavagem do dinheiro da droga existente hoje no sistema bancário internacional.
No Brasil, como já dissemos acima, os mais apontados em denúncias são o HSBC, Bradesco, Credit Suisse e o Bozano Simonsen.
Para facilitar as atividades dos seus clientes da “narcoeconomia”, vários bancos criaram filiais em alguns países que são chamadas de paraísos fiscais. Segundo José Moreira Chumbinho, a droga é uma das principais armas criadas pelo imperialismo em decadência –e decadência não significa que esteja morrendo ou em fase terminal-. "O processo de domesticação econômica, ideológica e política, associada ao uso ‘voluntário' e permanente de drogas completa o ciclo necessário para incapacitar os setores mais combativos da população". 


Como surgiu o flagelo do crack

Ney Jansen faz alguns comentários bastante esclarecedores quando diz que "Na década de 1980 jovens do bairro pobre de South Central de Los Angeles, Califórnia, foram devastados pelo crack. Em 18/08/1996 o jornal local San José Mercury News, publicou uma série de artigos sobre como a droga se apoderou daquele território”.
O que estava por trás de tudo era o escândalo Irã-Contras e as fortes relações entre a CIA, o DEA e os cartéis colombianos, cuidando da entrada de drogas nos USA para financiar a insurgência dos "Contras" na Nicarágua. A citação de Del Roio é longa, mas vale a pena ser lida por extenso:
"Os que possuem boa memória se recordarão do processo contra o coronel Oliver North, que terminou com sua condenação. Os autos desse processo demonstraram com nomes e fatos que por vários anos a CIA e a DEA estiveram em contato com os chamados cartéis colombianos, protegendo a entrada de drogas nos Estados Unidos. Tal operação servia para encontrar fundos ilegais para financiar as forças opositoras ao governo sandinista da Nicarágua. 

Através dos cristais que restam da fabricação da cocaína, é  possível fabricar uma droga muito mais barata e mortal, adequada aos pobres, que será chamada de crack. 
Eis que os guetos negros de Los Angeles, onde o desemprego juvenil chega a 45%, pode ser inundado com o novo produto. Por cinco anos, de 1982 a 1987, os Contras nicaraguenses, com a cobertura de organismos oficiais (do USA), despeja 100 quilos de cristais de coca semanais sobre South Central (Obs: Total de 27 mil quilos). 

(...)A partir dessa atividade criminosa exercida contra os negros de Los Angeles, o crack espalhou-se pelas metrópoles dos Estados Unidos e de vários países latino-americanos.
 
Esta é uma história para recordarmos quando vemos nas ruas de São Paulo (Obs: E muitíssimas outras cidades) as nossas crianças agonizando ou cometendo crimes porque viciadas em crack. Agora sabemos quem são os primeiros responsáveis".
O surgimento do crack na década de 1980 tem como antecedênte o papel na política que as drogas ocuparam nos USA nas décadas de 1960 e 70. Porque é nesse exato momento que surge em 1966 o Partido dos Panteras Negras, uma organização de combate da classe operária e da juventude negra do USA.
(…) Além de destruir as sedes, prender e assassinar os militantes Panteras Negras, a CIA e o FBI passarão, em associação com narcotraficantes da América Latina, a despejar toneladas de cocaína, maconha, heroína nos bairros negros visando a desarticulação política, levando à dissolução do Partido.
Mumia Abu Jamal, ex-militante dos Panteras Negras, comentou em 2001 o papel do crack nas comunidades negras no USA:
"Um espectro assombra as comunidades negras da América. Como vampiro, suga a alma das vidas negras, não deixando nada senão esqueletos que se movem fisicamente mas que estão afetiva e espiritualmente mortos. 
É o resultado direto da rapinagem planetária, das manipulações dos governos e da eterna aspiração dos pobres a fugir, aliviar-se, ainda que brevemente, dos paralisantes grilhões da miséria extrema. 

A sua procura de alívio se soletra C-R-A-C-K. Crack. Pedra. Chame como quiser, pouco importa; ele é na verdade, uma outra palavra para "morte". 

JV. São Paulo, fevereiro de 2016

Notas e Principais fontes: 
http://www.anovademocracia.com.br/no-61/2583-drogas-e-capitalismo-quem-sao-os-verdadeiros-criminosos
Drogas, imperialismo e luta de classes, Ney Jansen (sociólogo), artigo na revista Urutagua, nº 12, 2007, Universidade Estadual de Maringá (PR). 
As últimas armas do império agonizante , José Moreira Chumbinho. 
A Nova Democracia nº 1, julho/agosto 2002.
Verbetes do sítio www.conteudoglobal.com (enciclopédia virtual).
 Mundialização e criminalidade, José Luiz Del Roio, in: Drogas: hegemonia do cinismo, Memorial. 1997. 
Folha da História , junho, 2000 in: Peru–Do império dos incas ao império da cocaína , Rosana Bond, Coedita, 2004.