La muy extraña desaparición de Vilanova
Ocurrió
de repente, creo que fue en marzo de 2015, a eso de las nueve y media de la noche en una
esquina de la populosa Avenida Paulista de la ciudad de São Paulo.
Hacía
un poco de frío -o mejor dicho, soplaba el viento, lo que al paulistano normal,
sobre todo si viene junto con una llovizna, se le confunde con frío- y la gente
pasaba apresurada, levantándose las solapas de los abrigos, cuando de golpe una
turba se agolpó en la esquina de Ministro Rocha Azevedo, cerca de
la entrada del metrô. Por lo que parecía, un peatón había sido atropellado, y
aunque la policía llegó bastante atrasada al lugar, después de un breve
reconocimiento de lo ocurrido, los agentes empezaron a notar que se trataba de
un hombre de unos 65 años de edad; pero lo que más les extrañó fue la ropa que el
pobre hombre accidentado llevaba en el momento de su muerte súbita y, claro,
inesperada.
Era
una vestimenta impecable, sin dudas: un sobretodo negro, camisa blanquísima con
botones gemelos dorados, un sombrero de ala corta, zapatos mocasines negros y
un pantalón gris ajustadísimo; decididamente, la indumentaria de un hombre
elegante y de un cierto poder adquisitivo, pero de finales del siglo XIX, o
inícios del XX. O un actor vestido para una pieza de teatro, tal vez, quién
sabe, ¿un participante de una alegre fiesta de disfraces, quizás?
Lo
más desconcertante para la policía, sin embargo, fue una cartera de fino cuero
de yacaré, repleta de billetes en perfecto estado, como recién salidos del
banco, pero ya fuera de circulación. También encontraron un par de tarjetas de
visita, a nombre del arquitecto Xavier Vilanova y una carta, en la que figuraba
la fecha de 19 de julio de 1979 en el sello de correos, dirigida al señor Israel
Vilhas de Mairiporã, municipio vecino de la capital paulistana.
El agente
João Ribeiro, de la Divisão de Pessoas Desaparecidas de la Policia Civil del Estado
de São Paulo, encargado de la investigación, buscó el número de teléfono en la
lista, primero, a partir de la dirección del remitente y de la del destinatario
después.
En
la casa del remitente – el propio accidentado, Xavier Vilanova- en el barrio de
Casa Verde, se encontró con la viuda del hijo del hombre atropellado, quién
había fallecido hacía unos años. La nuera del finado le dijo al agente que su
suegro había desaparecido en 1975, cuando salió con la vieja excusa de comprar
cigarrillos y hacer una caminata hasta la Serra da Cantareira, como solía
hacerlo para poder fumar, ya que su familia no le aprobaba el vicio. Después de
esa salida –muy inusual a los ojos del policía, pero nada incomún para la
família- no se volvió a saber nunca más nada del pobre hombre.
Lo
que terminó de confirmar la veracidad de la información fue la constancia del nombre
de un Xavier Vilanova, joven de 29 años en esa fecha, en la lista del archivo
de personas desaparecidas del Estado en el año de 1976. La edad y la fecha
de la desaparición coincidían con los aparentes 65 años que el occiso debía
tener em los momentos de su accidentada muerte.
¿Qué
sería lo que ocurrió en este último paseo? ¿Cómo explicarse que una misma
persona retornase de no se sabe donde, después de haber salido a hacer cooper
en la Cantareira y reapareciese –atropellado y muerto- en medio de la Avenida Paulista, 36 años después?
¿Se trataría de un simple viaje de más de tres décadas en el tiempo, desde julio de 1976, para terminar muriendo trágicamente en un cruce de calles, y encima vestido con la ropa de un baile de disfraces? ¿Qué pasó realmente con Xavier Vilanova? ¿Salió a caminar y pasó sin darse cuenta por una arruga del tiempo? ¿Entró en una ventana del tiempo-espacio que lo llevó hacia otro universo, atemporal, en el que estuvo 36 años deambulando hasta que encontró un modo de retornar? ¿Cruzó la barrera entre dos mundos y se encontró con un universo paralelo?
¿Se trataría de un simple viaje de más de tres décadas en el tiempo, desde julio de 1976, para terminar muriendo trágicamente en un cruce de calles, y encima vestido con la ropa de un baile de disfraces? ¿Qué pasó realmente con Xavier Vilanova? ¿Salió a caminar y pasó sin darse cuenta por una arruga del tiempo? ¿Entró en una ventana del tiempo-espacio que lo llevó hacia otro universo, atemporal, en el que estuvo 36 años deambulando hasta que encontró un modo de retornar? ¿Cruzó la barrera entre dos mundos y se encontró con un universo paralelo?
Continuará
J.V. São Paulo, 22 de abril
de 2015.
rápido x favor la parte2
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