Hola. ¿Todo bien, ché?
Ya sé, no me digás, tenés razón! Pero ocurre que un simple y rápido "tudo bem", "beleza pura", "supimpa" ou "joia" no me representan, ni me conforman, no llenan.
Si me preguntan sobre el tiempo, voy a terminar hablando de Bolsonaro y sus milicias, las locuras de su gabinete, las maldades de su política económica, etc. etc. Igual que hace cuatro años hablaba de Cunha, los secundaristas en lucha tomando escuelas en São Paulo, o el ataque de la policía de Macri tirando bombas de gas licrimógeno a los pacientes mentales y profesionales de la salud y las topadoras que demolieron el Taller Protegido que enseñaba oficios a los internos del Borda en Buenos Aires.
Soy un pesado, ya lo sé, tenés razón, pero ya no voy a cambiar. Y no es que no sepa divertirme, ser alegre u optimista. Es que mi alegría es más exigente, más vasta: me gustan los jóvenes luchando, estudiando y discutiendo. Me encantan las marchas que llenan de 70, 80 mil manifestantes la Avenida Paulista.
Me gustan Neruda, García Lorca, Jorge Amado, Portinari, Berni, y la Capitana Mika. No es bastante para alegrar el corazón?
El resto no lo cuento aquí.
JV. 2015 y 2019. Nada mejoró, todo empeoró, y bastante.
Nenhum comentário:
Postar um comentário