sexta-feira, 8 de agosto de 2014

La triste historia de don Benito. Final.


Imagen: Ricardo Carpani pintor argentino

Lea las primeras partes de este cuento en:
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2014/07/la-triste-historia-de-don-benito-cuento.html?spref=fb

La triste historia de don Benito

El genocidio es un delito internacional que incluye "cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal".

Son actos que comprenden la "matanza y lesión grave a la integridad física o mental de los miembros de un grupo, el sometimiento intencional del mismo a condiciones de existencia que vayan a acarrear su destrucción física, total o parcial, con medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo, con traslado por la fuerza de niños del grupo a algún otro grupo".

El concepto fue definido por primera vez por el jurista judío polaco Raphael Lemkin, que en 1939 había huido de la persecución nazi y hallado asilo en los Estados Unidos.


“En Argentina hubo un genocidio que buscó la destrucción de la identidad de una sociedad"

El sociólogo Daniel Feierstein, especialista en temas sobre genocidio y director del Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Buenos Aires, dice en su libro “Memorias y representaciones sobre la elaboración del genocidio”, resultado de dos décadas de investigación sobre el asunto:

"¿Por qué los hechos ocurridos durante la última dictadura militar constituyen un genocidio?

Rafael Lemkin desarrolla el concepto de genocidio en un libro que escribe en 1943 y se publica al año siguiente, mientras los hechos del nazismo se están desarrollando; plantea que el genocidio se constituye básicamente como la destrucción de la identidad de un pueblo, de una sociedad. El eje de un proceso genocida es la destrucción de la identidad y esa destrucción de identidad se vincula a la opresión. Lo que dice Lemkin es que lo que se busca con el genocidio es eliminar, transformar la identidad del grupo oprimido e imponer la identidad del grupo opresor. No hay ninguna duda que en el caso argentino lo que se buscó fue transformar la identidad del pueblo". 


Última parte. Final

La derrota en el conflicto bélico de Malvinas dejó salir a la superficie, de un modo más intenso, el tema de los desaparecidos políticos. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos intensificaron sus campañas desde el fin de la guerra y por todo el año de 1982. 

Don Benito Bignone, mientras tanto, trataba de negociar con la Multipartidaria, que había sido formada por Ricardo Balbín, jefe histórico del radicalismo, a mediados de 1981, poco antes de su muerte para negociar con el dictador-presidente anterior, Viola. 

El 5 de diciembre de 1982 Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz de 1980, lideró una imponente marcha contra la autoamnistía que planeaba el gobierno. Ese mismo día, la CGT llamó a una huelga general, y el 16 de diciembre la Multipartidaria movilizó a unas 100 mil personas en la Capital Federal, produciéndose una represión brutal en la que muere asesinado de un tiro el joven peronista Dalmiro Flores. 

Varios países europeos reclamaban, mientras tanto, por los ciudadanos descendientes de familias italianas, españolas, francesas y alemanas que formaban parte de las largas listas de los presos desaparecidos. 

En 1983 las marchas de denuncias y reclamos se repetían. En el mes de agosto, la organización de las "Abuelas de Plaza de Mayo" se sumaba a las "Madres de Plaza de Mayo". En septiembre el gobierno militar decretó por fin su elaborada autoamnistía, llamada la "Ley de Pacificación Nacional". 

Como le diría una década después Tristán Bauer al director de la Librería Española -al presentar su película "Iluminados por el Fuego" en el Memorial da América Latina de São Paulo- el año de 1983 fue decisivo para todos los argentinos porque fue entonces que terminó la última dictadura militar y empezó el período más largo de democracia moderna que conoce el país. 

Don Benito, más conocido por sus compatriotas como el general-presidente Reynaldo Bignone, salió del coche de su escolta personal, ladeado por el Negro Tony en su disfraz de sargento de la policía federal.

Su joven amante -o ex-amante, a esa altura- la linda treintañera Roberta, fingiendo para consumo del general estar siendo amenazada por la azafata de uniforme azul, aparentando calma, se acerca a don Bignone y le dice:

-Por favor, hacé todo tal como lo arreglamos en el departamento; tengo miedo, Benito- y el viejo general, cansado de guerra, decide hacer con exactitud lo que él mismo le había propuesto al grupo de revolucionarios que lo secuestrara de un modo tan insólito y original.

-Señores y señoras, seré muy breve. El gobierno del proceso de Reconstrucción Nacional que presido, ha decidido llamar, de um modo irrevocable, a comicios nacionales, en acuerdo con los partidos políticos, para el próximo dia 30 de octubre. Buenas noches- y con estas palabras en la Red Nacional Azul y Blanca de radio y televisión, el general Benito pasaba por encima de sus compañeros de armas y largaba el poder político en nombre del ejército, pensando librarse así del juicio de la historia.


El 30 de octubre de 1983 finalmente hubo elecciones, en las que ganó Alfonsín,  el candidato de la Unión Cívica Radical, con  52% de los votos.


Juan, el Negro Tony, el Viejo Pedro y la azafata del vestido azul, se fueron con Roberta y Manuelita a festejar en la casa de amigos en Villa las Antenas.

Benito, el último general-presidente se fue a casa, a contarle a doña Ana por qué había decidido hacer lo que hizo. Doña Ana se quedo feliz, y el general-presidente durmió tranquilo esa noche, pensando que había hecho lo mejor, y que así se salvaría el pellejo a la vuelta de la democracia. Era inevitable, pensó.

Pero, una vez formado el nuevo Congreso en noviembre y con la asunción de Alfonsín a la presidencia el 10 de diciembre, Bignone fue juzgado por el tribunal convocado para dictaminar la responsabilidad de las juntas militares. 

Fue culpado de secuestros, torturas y asesinatos cometidos durante su comandancia del campo de concentración de Campo de Mayo, pero antes de dictarse la condena fue liberado por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en 1986. Igualmente fue juzgado por la destrucción de documentos de la represión antes de terminar su último gobierno de facto, y permaneció detenido en julio de 1989 hasta que fue indultado por Menem en octubre de ese año.

En 1999, tras reabrirse las causas por secuestro de menores, Bignone fue puesto de nuevo a disposición de la justicia. Por su avanzada edad, recibió el beneficio del arresto domiciliario.

Una década más tarde, en 2009 se anunció el inicio del juicio oral en contra de Benito Reynaldo Bignone, por el secuestro, tortura y desaparición de médicos, enfermeros, y empleados del Hospital Posadas, de El Palomar, provincia de Buenos Aires.

En abril de 2010, a los 82 años, Bignone fue condenado a 25 años de prisión como coautor  responsable de 56 casos de allanamientos ilegales, robo agravado, privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos en el centro de torturas y exterminio que funcionó en el complejo militar de Campo de Mayo. Y los iría a cumplir en  cárcel común.

En su defensa, el general Benito R. Bignone usó las mismas expresiones con las que habían tratado de defenderse otros partidarios de la última dictadura militar argentina:

"35 años más tarde, quienes se atribuyen ser herederos de los principios y doctrinas se arrogan el derecho de pretender hacer justicia vulnerando los más claros postulados de la justicia penal para juzgar y condenar a quienes nos tocó cumplir con aquellos claros propósitos."

Además, justificó la represión ilegal contra los partidos y grupos guerrilleros de izquierda por medio del terrorismo de estado, argumentando que: 

"La lucha contra el terrorismo en los años 60 y en los 70 se trató de una guerra contra integrantes de grupos subversivos que no eran ni demasiado jóvenes ni idealistas", ..."su ideal era la toma del poder por la fuerza subversiva".

"Se nos tilda de genocidas y represores. Lo de genocida no resiste el menor análisis, lo ocurrido en nuestro país no se adapta a lo más mínimo al concepto internacional de genocidio"..."Acá no hubo más de 8 mil desaparecidos, cifra que no es superior a las cifras de la inseguridad actual".

"Se machaca con que hay 30 mil desaparecidos. Jamás se mostró la veracidad de esta cifra. No niego que la desaparición de personas sea delito en paz, en tiempos de guerra tiene otra clasificación. Nunca se demostró que en 10 años de guerra fueron más de ocho mil. Se baraja la cifra de bebés desaparecidos; resulta sensible e impactante. Pero de esas desapariciones ninguna figura el poder militar. En todos los casos son dichos por terceros".

Pero a pesar de todas sus largas argumentaciones, en abril de 2011, Bignone fue condenado a la pena de reclusión perpetua, con cumplimiento en cárcel común, por delitos de lesa humanidad.

Y en marzo del año 2013, el tribunal consideró que el último dictador era responsable de haber cometido crímenes de lesa humanidad  también por los casos de Campo de Mayo. Finalmente fue condenado a cadena perpetua por causa de los secuestros, torturas y desapariciones ocurridas en el centro clandestino que funcionó en el que fuera el mayor cuartel militar del país. 

Terminaba así el período más negro de la historia del país, que había empezado con el Operativo Independencia ordenado por Isabel Perón en febrero de 1975 en Tucumán, y que las tres sucesivas juntas militares perfeccionaron en su guerra sucia contra las organizaciones obreras y populares, los partidos de izquierda y los grupos guerrilleros, con el aval inicial de los EEUU, según ellos, como el único modo de terminar con la "amenaza del comunismo".

Fin
Javier Villanueva. São Paulo, 22 de abril de 2014.




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