Imagen: Ricardo Carpani pintor argentino
Lea las primeras partes de este cuento en:
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2014/07/la-triste-historia-de-don-benito-cuento.html?spref=fb
La triste historia de don Benito
El genocidio es un delito
internacional que incluye "cualquiera de los actos perpetrados con la
intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como
tal".
Son actos que comprenden la "matanza y lesión
grave a la integridad física o mental de los miembros de un grupo, el sometimiento
intencional del mismo a condiciones de existencia que vayan a acarrear su
destrucción física, total o parcial, con medidas destinadas a impedir los nacimientos
en el seno del grupo, con traslado por la fuerza de niños del grupo a algún otro
grupo".
El concepto fue definido por primera vez por el
jurista judío polaco Raphael Lemkin, que en 1939 había huido de la
persecución nazi y hallado asilo en los Estados Unidos.
“En Argentina hubo un genocidio que buscó la
destrucción de la identidad de una sociedad"
El sociólogo Daniel Feierstein, especialista en
temas sobre genocidio y director del Centro de Estudios sobre Genocidio de la
Universidad Nacional de Tres de Febrero, Buenos Aires, dice en su libro
“Memorias y representaciones sobre la elaboración del genocidio”, resultado de
dos décadas de investigación sobre el asunto:
"¿Por qué los hechos ocurridos durante la
última dictadura militar constituyen un genocidio?
Rafael Lemkin desarrolla el concepto de genocidio
en un libro que escribe en 1943 y se publica al año siguiente, mientras los
hechos del nazismo se están desarrollando; plantea que el genocidio se
constituye básicamente como la destrucción de la identidad de un pueblo, de una
sociedad. El eje de un proceso genocida es la destrucción de la identidad y esa
destrucción de identidad se vincula a la opresión. Lo que dice Lemkin es que lo
que se busca con el genocidio es eliminar, transformar la identidad del grupo
oprimido e imponer la identidad del grupo opresor. No hay ninguna duda que en
el caso argentino lo que se buscó fue transformar la identidad del
pueblo".
Última parte. Final
La derrota en el conflicto bélico de Malvinas dejó salir a la superficie,
de un modo más intenso, el tema de los desaparecidos políticos. Las
organizaciones defensoras de los derechos humanos intensificaron sus
campañas desde el fin de la guerra y por todo el año de 1982.
Don Benito Bignone, mientras tanto, trataba de
negociar con la Multipartidaria, que había sido formada por Ricardo Balbín, jefe histórico del radicalismo, a
mediados de 1981, poco antes de su muerte para negociar con el
dictador-presidente anterior, Viola.
El 5 de diciembre de 1982 Pérez Esquivel, premio
Nobel de la Paz de 1980, lideró una imponente marcha contra la
autoamnistía que planeaba el gobierno. Ese mismo día, la CGT llamó
a una huelga general, y el 16 de diciembre la Multipartidaria movilizó
a unas 100 mil personas en la Capital Federal, produciéndose una
represión brutal en la que muere asesinado de un tiro el
joven peronista Dalmiro Flores.
Varios países europeos reclamaban, mientras tanto,
por los ciudadanos descendientes de familias italianas, españolas, francesas y
alemanas que formaban parte de las largas listas de los presos desaparecidos.
En 1983 las marchas de denuncias y reclamos se
repetían. En el mes de agosto, la organización de las "Abuelas de
Plaza de Mayo" se sumaba a las "Madres de Plaza de
Mayo". En septiembre el gobierno militar decretó por fin su elaborada autoamnistía, llamada la "Ley
de Pacificación Nacional".
Como le diría una década después Tristán Bauer al director de la Librería Española -al
presentar su película "Iluminados por el Fuego" en el Memorial da
América Latina de São Paulo- el año de 1983
fue decisivo para todos los argentinos porque fue entonces que terminó la última dictadura
militar y empezó el período más largo de democracia moderna que conoce el
país.
Don Benito, más conocido por sus compatriotas como
el general-presidente Reynaldo Bignone, salió del coche de su escolta personal,
ladeado por el Negro Tony en su disfraz de sargento de la policía federal.
Su joven amante -o ex-amante, a esa altura- la
linda treintañera Roberta, fingiendo para consumo del general estar siendo amenazada por
la azafata de uniforme azul, aparentando calma, se acerca a don
Bignone y le dice:
-Por favor, hacé todo tal como lo arreglamos en el
departamento; tengo miedo, Benito- y el viejo general, cansado de guerra,
decide hacer con exactitud lo que él mismo le había propuesto al grupo de
revolucionarios que lo secuestrara de un modo tan insólito y original.
-Señores y
señoras, seré muy breve. El gobierno del proceso de Reconstrucción Nacional que
presido, ha decidido llamar, de um modo irrevocable, a comicios nacionales, en acuerdo
con los partidos políticos, para el próximo dia 30 de octubre. Buenas noches- y
con estas palabras en la Red Nacional Azul y Blanca de radio y televisión, el general Benito pasaba por encima de sus compañeros de
armas y largaba el poder político en nombre del ejército, pensando librarse así
del juicio de la historia.
El 30 de octubre de 1983 finalmente hubo
elecciones, en las que ganó Alfonsín, el candidato de la Unión
Cívica Radical, con 52% de los votos.
Juan, el Negro Tony, el Viejo Pedro y la azafata
del vestido azul, se fueron con Roberta y Manuelita a festejar en la casa de
amigos en Villa las Antenas.
Benito, el último general-presidente se fue a casa,
a contarle a doña Ana por qué había decidido hacer lo que hizo. Doña Ana se quedo
feliz, y el general-presidente durmió tranquilo esa noche, pensando que había
hecho lo mejor, y que así se salvaría el pellejo a la vuelta de la democracia.
Era inevitable, pensó.
Pero, una vez formado el nuevo Congreso en noviembre y
con la asunción de Alfonsín a la presidencia el 10 de diciembre, Bignone
fue juzgado por el tribunal convocado para dictaminar la responsabilidad de las
juntas militares.
Fue culpado de secuestros, torturas y asesinatos
cometidos durante su comandancia del campo de concentración de Campo de
Mayo, pero antes de dictarse la condena fue liberado por las leyes de
Punto Final y Obediencia Debida en 1986. Igualmente fue
juzgado por la destrucción de documentos de la represión antes de terminar su
último gobierno de facto, y permaneció detenido en julio de 1989 hasta que fue indultado
por Menem en octubre de ese año.
En 1999, tras reabrirse las causas por
secuestro de menores, Bignone fue puesto de nuevo a disposición de la justicia.
Por su avanzada edad, recibió el beneficio del arresto domiciliario.
Una década más tarde, en 2009 se anunció el inicio del juicio
oral en contra de Benito Reynaldo Bignone, por
el secuestro, tortura y desaparición de médicos, enfermeros, y empleados del Hospital Posadas, de El
Palomar, provincia de Buenos Aires.
En abril de 2010, a los 82 años,
Bignone fue condenado a 25 años de prisión como coautor responsable de 56
casos de allanamientos ilegales, robo agravado, privación ilegítima de la libertad
e imposición de tormentos en el centro de torturas y exterminio que
funcionó en el complejo militar de Campo de Mayo. Y los iría a cumplir en
cárcel común.
En su defensa, el general Benito R. Bignone usó las
mismas expresiones con las que habían tratado de defenderse otros partidarios
de la última dictadura militar argentina:
"35 años más tarde, quienes se atribuyen
ser herederos de los principios y doctrinas se arrogan el derecho de pretender
hacer justicia vulnerando los más claros postulados de la justicia penal para
juzgar y condenar a quienes nos tocó cumplir con aquellos claros propósitos."
Además, justificó la represión ilegal contra los
partidos y grupos guerrilleros de izquierda por medio del terrorismo de estado,
argumentando que:
"La lucha contra el terrorismo en los años 60 y
en los 70 se trató de una guerra contra integrantes de grupos subversivos que
no eran ni demasiado jóvenes ni idealistas", ..."su ideal era la toma
del poder por la fuerza subversiva".
"Se nos tilda de genocidas y represores. Lo
de genocida no resiste el menor análisis, lo ocurrido en nuestro país no se
adapta a lo más mínimo al concepto internacional de genocidio"..."Acá
no hubo más de 8 mil desaparecidos, cifra que no es superior a las cifras de la
inseguridad actual".
"Se machaca con que hay 30 mil desaparecidos.
Jamás se mostró la veracidad de esta cifra. No niego que la desaparición de
personas sea delito en paz, en tiempos de guerra tiene otra clasificación.
Nunca se demostró que en 10 años de guerra fueron más de ocho mil. Se baraja la
cifra de bebés desaparecidos; resulta sensible e impactante. Pero de esas
desapariciones ninguna figura el poder militar. En todos los casos son dichos
por terceros".
Pero a pesar de todas sus largas argumentaciones,
en abril de 2011, Bignone fue condenado a la pena de reclusión
perpetua, con cumplimiento en cárcel común, por delitos de lesa
humanidad.
Y en marzo del año 2013, el tribunal
consideró que el último dictador era responsable de haber
cometido crímenes de lesa humanidad también por los casos de Campo
de Mayo. Finalmente fue condenado a cadena perpetua por causa de
los secuestros, torturas y desapariciones ocurridas en el centro clandestino
que funcionó en el que fuera el mayor cuartel militar del país.
Terminaba así el período más negro de la historia del país, que había empezado con el Operativo Independencia ordenado por Isabel Perón en febrero de 1975 en Tucumán, y que las tres sucesivas juntas militares perfeccionaron en su guerra sucia contra las organizaciones obreras y populares, los partidos de izquierda y los grupos guerrilleros, con el aval inicial de los EEUU, según ellos, como el único modo de terminar con la "amenaza del comunismo".
Terminaba así el período más negro de la historia del país, que había empezado con el Operativo Independencia ordenado por Isabel Perón en febrero de 1975 en Tucumán, y que las tres sucesivas juntas militares perfeccionaron en su guerra sucia contra las organizaciones obreras y populares, los partidos de izquierda y los grupos guerrilleros, con el aval inicial de los EEUU, según ellos, como el único modo de terminar con la "amenaza del comunismo".
Fin
Javier Villanueva. São Paulo, 22 de abril de 2014.
Nenhum comentário:
Postar um comentário