Días atrás vi una película, A Casa Elétrica, que cuenta la creación de la primera
fábrica de gramofones y de la grabadora pioneira
de discos en América Latina; se trata de una buena película, que resgata algunos capítulos importantes de la historia de
la música latinoamericana. La película es una coproducción de Brasil y
Argentina filmada en los dos países, con actores brasileños y argentinos, con
Gustavo Fogaça como director.
Cuenta la película la historia de la Casa Elétrica, fundada en Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul,
vecino de Uruguay y Argentina y con muchísimos lazos históricos y culturales con
el Río de la Plata.
En 1913, los tres hermanos italianos Leonetti – Saverio,
Carlino y Aquille–, al crear la empresa y lanzar su sello, nos presentan algunos hechos inusitados,
como el de que tanto el samba brasileño
como el tango rioplatense (uruguayo-argentino, o porteño-montevideano, como Ud.
quiera ponerlo), que son los símbolos mayores de las culturas musicales de las dos naciones, pueden
haber tenido una cuna en comun. El primer samba
– Iaiá Me Diga, del dúo gaúcho Os Geraldos, compuesto por
Geraldo Magalhães y Nina Teixeira en 1913 – y el primer tango grabados, según cuenta el film, fueron obras
producidas en la Casa Elétrica.
En esa misma época, el empresario Alfredo Améndola, dueño de
una gran empresa grabadora de discos de Argentina, descubrió y lanzó el negocio,
en el cual el cantor Francisco Canaro, el primer gran maestro del tango, grabó El Chamuyo, en 1914.
El tango, – que parecía ser hasta un poco más de 100 años atrás, un revoltijo loco de ritmos y de voces de
inmigrantes venidos de todos los rincones del mundo, y también de gentes del interior argentino
y uruguayo que se encontraban en los puertos respectivos de Buenos Aires y
Montevideo– no acababa de cristalizarse en un conjunto más armónico y con sus
propias características que lo diferenciaran nitidamente de la milonga y del
candombe orientales.
El Chamuyo, en la voz de Francisco Canaro, fue según la tradición que cuenta el film A Casa Elétrica el primer tango de la historia.
La polémica ¿y Mi noche triste?
Por otro lado, el 3 de enero de 1917, en el teatro Esmeralda – que hoy se llama Maipo– en Buenos Aires, Carlos Gardel
estrenaba Mi noche triste, una
canción con música de Samuel Castriota y letra de Pascual Contursi.
Un músico y
un poeta que no se conocían entre sí, al que se agrega un cantor que algunos biógrafos dicen
que había nacido con el nombre de Charles Gardés – según algunos en Toulouse, Francia,
y según otros en Tacuarembó, Uruguay–, le dieron una forma definitiva al género
musical que ahora llamamos con una desconocida palabra de origen africano, el tango.
Castriota y Contursi, según cuenta esta segunda versión, tomaron las diversas materias musicales híbridas preexistentes e hicieron algo que no existía hasta
entonces, el tango canción.
En 1916, el pianista Samuel Castriota, que tocaba en El Protegido, café del barrio de Boedo,
estrenó un tango del que era autor, Lita. Mientras tanto, en la otra orilla del Río de
la Plata, el cantor Pascual Contursi, argentino establecido en Montevideo,
actuaba en los cabarets, en los que, al encontrar una música sin letra, le
agregaba sus propios textos y la ponía en su repertorio. Lo hizo con Lita, a la que bautizó como Mi noche triste, con un primer verso en
lunfardo que lo inmortalizaría: "Percanta
que me amuraste".
El que sería el primer tango de la historia, según esta nueva versión, "Mi noche triste", tiene todos los elementos del género,
que son su aire grave y dramático, que cuenta las peripecias del hombre que llora el abandono de la mujer
amada, inaugurando al mismo tiempo el lenguaje tanguero del lunfardo (percanta, amurar, encurdelarse, cotorro, catrera), en un contexto de gran fuerza y expresividad.
¿En qué contexto
histórico y social nació y se desarrolló el tango?
Los años que van de 1880 a 1915 fueron los de mayor crecimiento
económico de la joven Argentina. Entre 1880 y 1913, el PBI creció al doble, y
la población se multiplicó por cuatro con la inmigración masiva de italianos,
españoles y judíos de europa oriental y Rusia.
De menos de 2 millones de
habitantes a inicios de los años de 1870, – eran 1.737.000 habitantes, y un 12,5%
de extranjeros–, ya al comienzo de 1914, con 7.900.000
habitantes, los extranjeros sumaban 2.391.171 – un 30,5%.
Esto fue más
acentuado todavía en Buenos Aires, donde en 1910 un 58% de los habitantes era
compuesto por extranjeros.
En este contexto, el tango nació hacia 1880, según opina la
mayoría de los historiadores, en los barrios bajos de Buenos Aires y en los
subúrbios de La Boca, en sus cafetines y en las postas de carreta, los
corrales, las pulperías y los prostíbulos en los que la guitarra, la flauta y el violín
tocaban ritmos primitivos y relativamente vulgares en sus letras.
Los parroquianos de esos establecimientos poco recomendables eran una mezcla de gauchos, negros e
inmigrantes recién llegados, que laboraban en los trabajos más rudos, aunque
también habían desocupados, vagabundos y prostitutas.
"Mi noche triste" – que funda el género del tango–
trata el tema del abandono del hombre por parte de la mujer y del fatalismo que
empapa la mayoría de las mejores páginas de este género musical.
Entre los años de 1880 y 1930, cuentan las estadísticas que llegaban
a la Argentina 264 hombres para cada apenas 100 mujeres. La única compañía femenina
eran las bailarinas y las prostitutas, lo que creaba vínculos muy frágiles y
pasajeros, y en ese marco se iban fundiendo los elementos que en 35 años irían
a modelar el género musical rioplatense más difundido en el siglo XX, el tango
canción.
Javier Villanueva. SP, abril de 2017.
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