segunda-feira, 16 de novembro de 2020

Século de Ouro e Século de Prata

 Século de Ouro e Século de Prata

Vamos ver agora dois períodos separados por quatro séculos: o Século de Ouro (o XVI ao XVII), e o que alguns chamam, comparativamente, de o Pequeno Século de Ouro, ou o Século de Prata, de 1898 a 1936. Em ambos houve um extraordinário florescimento das artes e da literatura espanhola no primeiro, e espanhola e hispano-americana no segundo. Embora no primeiro ciclo que veremos, as riquezas das Américas (o Ciclo do Ouro) sustentassem as artes, já no segundo, a pobreza da Espanha era a base de uma crise social e política generalizada, amenizada pela ajuda dos “espanhóis indianos” -os emigrados espanhóis em Cuba, Puerto Rico e México, como veremos em outro texto mais adiante- que voltavam à península como enriquecidos mecenas. (JV)

 



O Século de Ouro (1521-1643)

O período que vai da segunda metade do século XVI à primeira do século XVII é conhecido como o Século de Ouro pelo florescimento das artes, a literatura e as ciências.

Ao longo do século XVI, a Espanha levou uma grande fortuna em ouro e prata extraídos das "Índias". Durante o reinado de Filipe II, em que "o Sol não se punha no Império", o vasto território foi se mostrando impossível de governar. Com o centro em Madri, que era a sede da Corte de Filipe II, e em Sevilha o centro a partir do qual se administravam as possessões ultramarinas.

Depois dos Reis Católicos, -e graças aos casamentos estratégicos de seus filhos-, seu neto Carlos I herdou a coroa de Castela na Península Ibérica, e o império castelhano na América herdou de sua avó Isabel; as possessões da coroa de Aragão no Mediterrâneo italiano e ibérico herdou de seu avô Fernando; as terras dos Habsburgo na Áustria, na qual incorporou a Boêmia e a Silésia, tornando-se (depois de uma dura eleição com Francisco I da França), imperador do Sacro Império Romano-Germânico, com o nome de Carlos V da Alemanha; além dos Países Baixos, onde conquistou novas províncias e o Franco Condado, herdado da sua avó Maria de Borgonha; conquistou a Tunísia e, numa disputa com a França, a Lombardia. Era um império formado por um conjunto de territórios herdados, anexados ou conquistados.

Os Habsburgo gastavam as riquezas da coroa castelhana (desde os tempos de Carlos V, e ainda mais depois de Felipe II) vindas das Américas em guerras por toda a Europa para proteger os territórios adquiridos, o catolicismo e seus interesses dinásticos. Tudo isso levou a crescentes dívidas com os banqueiros, primeiro os alemães e depois os genoveses. Assim a Espanha foi à falência. Os objetivos políticos da coroa eram:

      O monopólio dos produtos americanos -ouro e prata- e asiáticos -porcelana, especiarias e seda-.

      Reduzir o poder da França e detê-la nas fronteiras orientais.

      Manter a hegemonia dos católicos Habsburgo na Alemanha, defendendo o catolicismo contra a Reforma Protestante.

      Defender a Europa do Islã, especialmente do Império Otomano. Além disso, neutralizar a pirataria berbere, que atacava as possessões espanholas e italianas do Mediterrâneo.

 

Arte y literatura en el Siglo de Oro de 1521-1643. La creación de Don Quijote

Mesmo não acumulando quase nada do fluxo constante do ouro e prata vindo das Américas, e de fato repassando tudo para os banqueiros, a passagem dos caudais pela Espanha permitiram o auge das belas artes durante cento e vinte anos.

 

Miguel de Cervantes y El Quijote

 Es muy posible que Cervantes no ganara demasiado dinero con “El Quijote” por causa, en gran medida, de las muchas ediciones piratas.

Como un modo de compensarlo, la fama que Don Miguel de Cervantes Saavedra ganó con su obra principal le permitió publicar muchas otras producciones literarias que de otra manera, tal vez habrían quedado en algún cajón escondido. Ese es el caso de las “Novelas ejemplares”, las “Comedias y entremeses”, y “Persiles y Segismunda”.

En 1605, casi a punto de cumplir sus 60 años, Miguel de Cervantes publicó en Madrid, una novela que era totalmente ajena a todos los cánones literarios de su época.

El éxito inmediato de “Don Quijote” fue tan fulminante en España, que siguió como un reguero de pólvora hacia toda Europa y América.

Si es que es verdad – como se supone- que Miguel de Cervantes concibió su Quijote durante su estadía en la prisión de Sevilla, probablemente debió empezar a escribir la obra al salir de la cárcel, en la misma ciudad, pero con seguridad que la terminó en Madrid, justo un poco antes de mudarse a Valladolid.

 

Madrid, la 1ª parte de “El Quijote”

La primera edición tenía 664 páginas y muchísimas erratas. La llamada “novela que cambia la novela” es producida en la imprenta de Juan de la Cuesta, en la calle Atocha, en Madrid.

El librero Francisco de Robles, que es dueño de los derechos de autor, la vende al precio de 200 maravedíes y medio.

Esa 1ª edición no demora mucho en agotarse, y enseguida se suceden centenas y miles de reediciones, muchas de ellas clandestinas o sea, no autorizadas, y a veces ignoradas incluso, por el dueño de los derechos de autoría y por el proprio Miguel de Cervantes.

La obra fue lanzada en enero de 1605 y enseguida cosechó un éxito masivo e incontenible. Al cabo de dos meses se realizó una 2ª edición, a la que siguieron otras muchas en Lisboa, Valencia, Bruselas, Milán, Barcelona.

En el mismo año de 1605 se enviaron los primeros lotes de la novela al nuevo continente, América.

Muy pronto “El Quijote” se tradujo al inglés, en 1612, y al francés en 1614. El propio Cervantes escribiría en 1615, en la 2ª parte de Don Quijote:

“Tengo para mí que el día de hoy estai impresos más de 12.000 libros de tal historia... a mi se me trasluce qi ie no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzga”.

No se equivocaba Miguel de Cervantes en su previsión: el Instituto Cervantes inauguraba el 21 de abril de 2005, al cumplirse 400 años del lanzamiento de la obra, su exposición "Quijotes por el mundo", con 185 ediciones en 56 lenguas, precedentes de las 60 bibliotecas que la institución posee en todo el mundo.

La obra, desde 1612 hasta el siglo XXI ya se tradujo - sea integral o parcialmente- a más de 140 idiomas y variedades lingüísticas diferentes, y continúa siendo traducida en nuevas ediciones a lenguas como el coreano, el quíchua o el guaraní.

Esta 2ª parte, que tuvo una recepción por parte del público igual de entusiasta que la primera, fue una tentativa por parte de Cervantes de cerrar el paso a los plágios, imitaciones de textos y falsas continuaciones de su primer volumen, entre ellas la más conocida, firmada por Alonso Fernández de Avellaneda en 1614.

Desde el principio, Don Quijote, el protagonista de la novela cervantina se volvió un personaje proverbial que circulaba en boca de todos y al que, incluso, se lo hacía desfilar en los carnavales callejeros de Europa. Y esto no ocurría solo en España, sino también en Flandes y Alemania.

 

Cervantes se despide del mundo y de sus amigos

Unos franceses que lo visitaron en 1615 se quedaron escandalizados al descubrir que Miguel de Cervantes vivía en la total pobreza: “¿Pues a tal hombre no le tiene España muy rico y sustentado del erario público?”, dijeron.

Pero con seguridad tal pobreza no era absoluta, porque parece que Cervantes siguió metiéndose en diversos tipos de negocios casi hasta el final de su vida.

Consta que murió de una sed insaciable que es uno de los síntomas de diabetes o de la cirrosis biliar, enfermedades que afectan el páncreas y el hígado. Cuentan que tres días antes de fallecer dictó la dedicatoria del Persiles:

“Ayer me dieron ia Extremaunción y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan”. Dos días antes, escribía en el prólogo: “Mi vida se va acabando. Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos”.

 

Volviendo al principio, ¿cuándo y dónde nació Cervantes?

Durante siglos esta pregunta representó un mistério doble. El primero se aclaró después de ser encontrada su partida de bautismo, con fecha del 9 de octubre de 1547, labrada en la parroquia de Santa María la Mayor de Alcalá de Henares.

Sobre la fecha exacta, solo se puede suponer que fue un 29 de septiembre, el día dedicado en el santoral a San Miguel.

Sigamos volviendo un poco hacia atrás. En 1581 Don Miguel de Cervantes llega Lisboa buscando nuevas oportunidades, que al final se quedarán otra vez en la nada. La nueva corte lisboeta está llena de buscavidas – como el mismo Cervantes- y de aspirantes a cualquier cosa que les evitara trabajar, y hierve de vida comercial:

“En ella se descargan las riquezas de Oriente y desde ella se reparten por el universo”, dice el autor que luego va a desempolvar esos recuerdos amargos de ese paso, con su estadía inútil en Portugal, en algunos pasajes de la obra “Persiles”.

En 1592, en Castro del Rio, Córdoba, sufre un encarcelamiento fugaz, pero muy productivo. Cuentan los cronistas de la época que la vida de un recaudador de impuestos – y este era el oficio principal de Cervantes- no era nada fácil. El autor de “El Quijote” será acusado de vender trigo sin tener autorización e irá a pasar unos días arrestado en Castro del Río.

Muchos estudiosos de la obra cervantina suponen que fue allí donde nació en Cervantes la idea de “El Quijote”; pero otros tantos sostienen que fue más adelante, durante un nuevo encarcelamiento en la ciudad de Sevilla.

 

En Valladolid, 1603, siguiendo a la corte

Dicen que muy cerca del matadero municipal y en los cuartos superiores de una taberna, en un pequeño edificio en el que vivía mucha gente pobre amontonada, se instala toda la familia de Cervantes – el escritor, su mujer, hermanas, su hija y su sobrina– que llegan hasta la ciudad de Valladolid atrás de la corte y nuevas esperanzas de mejorar de vida. Cuentan los investigadores cervantinos que es en medio de este clima de necesidades terribles, que Don Miguel de Cervantes termina la 1ª parte de “El Quijote”.

 

Agonía y muerte en Madrid, en 1616

Cuatrocientos años atrás, y ya promediando el mes de abril, el escritor comienza a convivir con la muerte que se le aproxima. La familia se había instalado en su casa de la Calle del León, en la esquina de la calle Francos - hoy llamada, claro, Miguel de Cervantes-.

Recibe la extremaunción y firma la dedicatoria del libro “Persiles”; tres días después, el 22 de abril, muere, y al día siguiente es enterrado en una tumba del convento de las Trinitarias Descalzas.

J. Villanueva, São Paulo, 15 de octubre de 2016

 



La cultura española desde inicios de la Edad de Plata hasta 1936, comienzo de la Guerra Civil.

El primer tercio del siglo XX se llama Edad de Plata de la cultura española por la alta calidad de los intelectuales, literatos y artistas de la época. Este grupo de intelectuales es tradicionalmente clasificado en generaciones: la del 1898, la de 1914 y, finalmente, la de 1927.

La Institución Libre de Enseñanza y otras ligadas a ella como la Residencia de Estudiantes y el Instituto-Escuela, tuvieron un gran protagonismo en esta explosión cultural. Intelectuales como Machado, Juan Ramón Jiménez, Julián Besteiro o Fernando de los Ríos vienen de esas instituciones.

Es sorprendente como en un país con una mayoría (80%) de analfabetos y con 38 mil estudiantes universitarios en 1930 surgieron generaciones literarias de tan alta calidad.

Tras la generación de 1898, que estuvo activa todo el periodo, con Baroja, Azorín, Unamuno, Machado, Valle-Inclán o Maeztu, vendrá la generación de 1914, con intelectuales como Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Marañón o Gómez de la Serna.

Finalmente, en la segunda mitad de los años veinte, empieza a destacarse la 3ª generación, la de 1927,que alcanza su plenitud intelectual durante la IIª República.

No sólo la literatura brilla en la Edad de Plata. Junto a hombres de letras, hay científicos como Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel en 1906, o filósofos como Ortega y Gasset o María Zambrano.

 

La vida cultural de la Segunda República

Los intelectuales tuvieron un protagonismo especial en la 2ª República. Muchos jefes republicanos y socialistas, -Manuel Azaña, Fernando de los Ríos o Julián Besteiro-, venían del mundo cultural. Otros, como Ortega y Gasset, Antonio Machado o Gregorio Marañón, apoyaron al gobierno a través de la Agrupación al Servicio de la República.

El apoyo unánime se fue quebrando más tarde. Desde 1932, algunos intelectuales, como Ortega o Unamuno, tuvieron una posición crítica con el Gobierno republicano-socialista.

Pero la mayoría apoyó la política reformista del gobierno de Azaña y colaboró en la acción cultural del Gobierno republicano-socialista. Las compañías teatrales, integradas por actores profesionales y estudiantes, visitaron pueblos lejanos del país llevando las principales obras del teatro español. La más conocida de ellas fue La Barraca, un proyecto personal del poeta García Lorca.

Las Misiones Pedagógicas tenían un objetivo similar, la difusión de la cultura en una población en su mayoría analfabeta: bibliotecas ambulantes, conferencias, recitales de poesía, proyecciones de cine, exposiciones con reproducciones de obras del Museo del Prado.

La generación del 27 pasó al primer plano durante el período republicano. El grupo de poetas fue excepcional: Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Miguel Hernández y García Lorca. Ramón J. Sénder fue el más destacado novelista.

 

Las artes

La arquitectura vive a inicios del siglo XX el auge del modernismo en Barcelona. Doménech y Montaner construye el Palau de la Música Catalana, y Antonio Gaudí marca el paisaje de la ciudad con obras como la Casa Milá, la Casa Batlló y la Sagrada Familia.

En un estilo más convencional, en Madrid se construye gran parte de los edificios al borde de la Gran Vía, el Palacio de Comunicaciones en la Plaza de Cibeles, y muchos palacetes que sobreviven hoy en la Castellana y en el barrio de Salamanca.

En la pintura y la escultura surgen artistas de tradición figurativa como el escultor Mariano Benlliure o los pintores Zuloaga y Romero de Torres, con figuras clave en el desarrollo del arte mundial del siglo XX.

Sobre todas ellas se destaca Pablo Picasso, que en este primer tercio del siglo evoluciona hasta llegar al cubismo. Con Picasso, inician su carrera pintores geniales como Juan Gris, Joan Miró y Salvador Dalí, y escultores como Pablo Gargallo. Como ocurre con los artistas de vanguardia eran solo conocidos por una pequeña elite social. En el cine se destaca Luis Buñuel, de la generación de 1927 y ligado al círculo de García Lorca y Dalí. Sus primeras películas forman parte del movimiento surrealista.

Por último, este primer tercio del siglo XX es también la época más brillante de la música española. Figuras como Isaac Albéniz, Enrique Granados y, sobre todo, Manuel de Falla marcan un momento muy importante del período.

 

 

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