Século de Ouro e Século de Prata
Vamos ver agora dois períodos
separados por quatro séculos: o Século de Ouro (o XVI ao XVII), e o que
alguns chamam, comparativamente, de o Pequeno Século de Ouro, ou o Século
de Prata, de 1898 a 1936. Em ambos houve um extraordinário florescimento
das artes e da literatura espanhola no primeiro, e espanhola e
hispano-americana no segundo. Embora no primeiro ciclo que veremos, as riquezas
das Américas (o Ciclo do Ouro) sustentassem as artes, já no segundo, a
pobreza da Espanha era a base de uma crise social e política generalizada,
amenizada pela ajuda dos “espanhóis indianos” -os emigrados espanhóis em
Cuba, Puerto Rico e México, como veremos em outro texto mais adiante- que
voltavam à península como enriquecidos mecenas. (JV)
O Século de Ouro (1521-1643)
O
período que vai da segunda metade do século
XVI à primeira do século XVII é conhecido como o Século de Ouro pelo
florescimento das artes, a literatura e as ciências.
Ao longo do século XVI, a
Espanha levou uma grande fortuna em ouro e prata extraídos das
"Índias". Durante o reinado de Filipe II, em que "o Sol não
se punha no Império", o vasto território foi se mostrando impossível
de governar. Com o centro em Madri, que era a sede da Corte de Filipe II, e em Sevilha
o centro a partir do qual se administravam as possessões ultramarinas.
Depois dos Reis Católicos,
-e graças aos casamentos estratégicos de seus filhos-, seu neto Carlos I herdou
a coroa de Castela na Península Ibérica, e o império castelhano na América herdou
de sua avó Isabel; as possessões da coroa de Aragão no Mediterrâneo italiano e
ibérico herdou de seu avô Fernando; as terras dos Habsburgo na Áustria, na qual
incorporou a Boêmia e a Silésia, tornando-se (depois de uma dura eleição com
Francisco I da França), imperador do Sacro Império Romano-Germânico, com o nome
de Carlos V da Alemanha; além dos Países Baixos, onde conquistou novas
províncias e o Franco Condado, herdado da sua avó Maria de Borgonha; conquistou
a Tunísia e, numa disputa com a França, a Lombardia. Era um império formado por
um conjunto de territórios herdados, anexados ou conquistados.
Os Habsburgo gastavam as
riquezas da coroa castelhana (desde os tempos de Carlos V, e ainda mais depois
de Felipe II) vindas das Américas em guerras por toda a Europa para proteger os
territórios adquiridos, o catolicismo e seus interesses dinásticos. Tudo isso
levou a crescentes dívidas com os banqueiros, primeiro os alemães e depois os
genoveses. Assim a Espanha foi à falência. Os objetivos políticos da coroa
eram:
• O monopólio dos produtos americanos -ouro e prata- e asiáticos -porcelana,
especiarias e seda-.
• Reduzir o poder da França e detê-la nas fronteiras orientais.
• Manter a hegemonia dos católicos Habsburgo na Alemanha,
defendendo o catolicismo contra a Reforma Protestante.
• Defender a Europa do Islã, especialmente do Império Otomano.
Além disso, neutralizar a pirataria berbere, que atacava as possessões
espanholas e italianas do Mediterrâneo.
Arte y literatura en el Siglo de Oro de 1521-1643. La
creación de Don Quijote
Mesmo não acumulando quase
nada do fluxo constante do ouro e prata vindo das Américas, e de fato
repassando tudo para os banqueiros, a passagem dos caudais pela Espanha
permitiram o auge das belas artes durante cento e vinte anos.
Miguel de Cervantes y El Quijote
Es muy posible que
Cervantes no ganara demasiado dinero con “El Quijote” por causa, en gran
medida, de las muchas ediciones piratas.
Como un modo de compensarlo,
la fama que Don Miguel de Cervantes Saavedra ganó con su obra principal le
permitió publicar muchas otras producciones literarias que de otra manera, tal
vez habrían quedado en algún cajón escondido. Ese es el caso de las “Novelas
ejemplares”, las “Comedias y entremeses”, y “Persiles y Segismunda”.
En 1605, casi a punto de
cumplir sus 60 años, Miguel de Cervantes publicó en Madrid, una novela que era
totalmente ajena a todos los cánones literarios de su época.
El éxito inmediato de “Don
Quijote” fue tan fulminante en España, que siguió como un reguero de
pólvora hacia toda Europa y América.
Si es que es verdad – como
se supone- que Miguel de Cervantes concibió su Quijote durante su
estadía en la prisión de Sevilla, probablemente debió empezar a escribir la
obra al salir de la cárcel, en la misma ciudad, pero con seguridad que la
terminó en Madrid, justo un poco antes de mudarse a Valladolid.
Madrid, la 1ª parte de “El Quijote”
La primera edición tenía 664
páginas y muchísimas erratas. La llamada “novela que cambia la novela”
es producida en la imprenta de Juan de la Cuesta, en la calle Atocha, en
Madrid.
El librero Francisco de
Robles, que es dueño de los derechos de autor, la vende al precio de 200
maravedíes y medio.
Esa 1ª edición no demora
mucho en agotarse, y enseguida se suceden centenas y miles de reediciones,
muchas de ellas clandestinas o sea, no autorizadas, y a veces ignoradas
incluso, por el dueño de los derechos de autoría y por el proprio Miguel de
Cervantes.
La obra fue lanzada en enero
de 1605 y enseguida cosechó un éxito masivo e incontenible. Al cabo de dos
meses se realizó una 2ª edición, a la que siguieron otras muchas en Lisboa,
Valencia, Bruselas, Milán, Barcelona.
En el mismo año de 1605 se
enviaron los primeros lotes de la novela al nuevo continente, América.
Muy pronto “El Quijote” se
tradujo al inglés, en 1612, y al francés en 1614. El propio Cervantes
escribiría en 1615, en la 2ª parte de Don Quijote:
“Tengo para mí que el día de
hoy estai impresos más de 12.000 libros de tal historia... a mi se me trasluce
qi ie no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzga”.
No se equivocaba Miguel de
Cervantes en su previsión: el Instituto Cervantes inauguraba el 21 de abril de
2005, al cumplirse 400 años del lanzamiento de la obra, su exposición "Quijotes
por el mundo", con 185 ediciones en 56 lenguas, precedentes de las 60
bibliotecas que la institución posee en todo el mundo.
La obra, desde 1612 hasta el
siglo XXI ya se tradujo - sea integral o parcialmente- a más de 140 idiomas y
variedades lingüísticas diferentes, y continúa siendo traducida en nuevas
ediciones a lenguas como el coreano, el quíchua o el guaraní.
Esta 2ª parte, que tuvo una
recepción por parte del público igual de entusiasta que la primera, fue una
tentativa por parte de Cervantes de cerrar el paso a los plágios, imitaciones
de textos y falsas continuaciones de su primer volumen, entre ellas la más
conocida, firmada por Alonso Fernández de Avellaneda en 1614.
Desde el principio, Don
Quijote, el protagonista de la novela cervantina se volvió un personaje
proverbial que circulaba en boca de todos y al que, incluso, se lo hacía
desfilar en los carnavales callejeros de Europa. Y esto no ocurría solo en
España, sino también en Flandes y Alemania.
Cervantes se despide del mundo y de sus amigos
Unos franceses que lo
visitaron en 1615 se quedaron escandalizados al descubrir que Miguel de
Cervantes vivía en la total pobreza: “¿Pues a tal hombre no le tiene España muy
rico y sustentado del erario público?”, dijeron.
Pero con seguridad tal
pobreza no era absoluta, porque parece que Cervantes siguió metiéndose en
diversos tipos de negocios casi hasta el final de su vida.
Consta que murió de una sed
insaciable que es uno de los síntomas de diabetes o de la cirrosis biliar,
enfermedades que afectan el páncreas y el hígado. Cuentan que tres días antes
de fallecer dictó la dedicatoria del Persiles:
“Ayer me dieron ia
Extremaunción y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las
esperanzas menguan”. Dos días antes, escribía en el prólogo: “Mi vida se va
acabando. Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos”.
Volviendo al principio, ¿cuándo y dónde nació Cervantes?
Durante siglos esta pregunta
representó un mistério doble. El primero se aclaró después de ser encontrada su
partida de bautismo, con fecha del 9 de octubre de 1547, labrada en la parroquia
de Santa María la Mayor de Alcalá de Henares.
Sobre la fecha exacta, solo
se puede suponer que fue un 29 de septiembre, el día dedicado en el santoral a
San Miguel.
Sigamos volviendo un poco
hacia atrás. En 1581 Don Miguel de Cervantes llega Lisboa buscando nuevas
oportunidades, que al final se quedarán otra vez en la nada. La nueva corte
lisboeta está llena de buscavidas – como el mismo Cervantes- y de aspirantes a
cualquier cosa que les evitara trabajar, y hierve de vida comercial:
“En ella se descargan las
riquezas de Oriente y desde ella se reparten por el universo”, dice el autor
que luego va a desempolvar esos recuerdos amargos de ese paso, con su estadía
inútil en Portugal, en algunos pasajes de la obra “Persiles”.
En 1592, en Castro del Rio,
Córdoba, sufre un encarcelamiento fugaz, pero muy productivo. Cuentan los
cronistas de la época que la vida de un recaudador de impuestos – y este era el
oficio principal de Cervantes- no era nada fácil. El autor de “El Quijote” será
acusado de vender trigo sin tener autorización e irá a pasar unos días
arrestado en Castro del Río.
Muchos estudiosos de la obra
cervantina suponen que fue allí donde nació en Cervantes la idea de “El
Quijote”; pero otros tantos sostienen que fue más adelante, durante un nuevo
encarcelamiento en la ciudad de Sevilla.
En Valladolid, 1603, siguiendo a la corte
Dicen que muy cerca del
matadero municipal y en los cuartos superiores de una taberna, en un pequeño
edificio en el que vivía mucha gente pobre amontonada, se instala toda la
familia de Cervantes – el escritor, su mujer, hermanas, su hija y su sobrina–
que llegan hasta la ciudad de Valladolid atrás de la corte y nuevas esperanzas
de mejorar de vida. Cuentan los investigadores cervantinos que es en medio de
este clima de necesidades terribles, que Don Miguel de Cervantes termina la 1ª
parte de “El Quijote”.
Agonía y muerte en Madrid, en 1616
Cuatrocientos años atrás, y
ya promediando el mes de abril, el escritor comienza a convivir con la muerte
que se le aproxima. La familia se había instalado en su casa de la Calle del
León, en la esquina de la calle Francos - hoy llamada, claro, Miguel de
Cervantes-.
Recibe la extremaunción y
firma la dedicatoria del libro “Persiles”; tres días después, el 22 de abril, muere,
y al día siguiente es enterrado en una tumba del convento de las Trinitarias
Descalzas.
J.
Villanueva, São Paulo, 15 de octubre de 2016
La cultura española desde inicios de la Edad de Plata hasta 1936,
comienzo de la Guerra Civil.
El primer tercio del siglo
XX se llama Edad de Plata de la cultura española por la alta calidad de
los intelectuales, literatos y artistas de la época. Este grupo de
intelectuales es tradicionalmente clasificado en generaciones: la del 1898, la
de 1914 y, finalmente, la de 1927.
La Institución Libre de
Enseñanza y otras ligadas a ella como la Residencia de Estudiantes y
el Instituto-Escuela, tuvieron un gran protagonismo en esta explosión
cultural. Intelectuales como Machado, Juan Ramón Jiménez, Julián Besteiro o
Fernando de los Ríos vienen de esas instituciones.
Es sorprendente como en un
país con una mayoría (80%) de analfabetos y con 38 mil estudiantes
universitarios en 1930 surgieron generaciones literarias de tan alta calidad.
Tras la generación de 1898,
que estuvo activa todo el periodo, con Baroja, Azorín, Unamuno, Machado,
Valle-Inclán o Maeztu, vendrá la generación de 1914, con intelectuales como
Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Marañón o Gómez de la
Serna.
Finalmente, en la segunda
mitad de los años veinte, empieza a destacarse la 3ª generación, la de 1927,que
alcanza su plenitud intelectual durante la IIª República.
No sólo la literatura brilla
en la Edad de Plata. Junto a hombres de letras, hay científicos como
Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel en 1906, o filósofos como Ortega y Gasset
o María Zambrano.
La vida cultural de la Segunda República
Los intelectuales tuvieron
un protagonismo especial en la 2ª República. Muchos jefes republicanos y
socialistas, -Manuel Azaña, Fernando de los Ríos o Julián Besteiro-, venían del
mundo cultural. Otros, como Ortega y Gasset, Antonio Machado o Gregorio
Marañón, apoyaron al gobierno a través de la Agrupación al Servicio de la
República.
El apoyo unánime se fue
quebrando más tarde. Desde 1932, algunos intelectuales, como Ortega o Unamuno, tuvieron
una posición crítica con el Gobierno republicano-socialista.
Pero la mayoría apoyó la
política reformista del gobierno de Azaña y colaboró en la acción cultural del
Gobierno republicano-socialista. Las compañías teatrales, integradas por
actores profesionales y estudiantes, visitaron pueblos lejanos del país
llevando las principales obras del teatro español. La más conocida de ellas fue
La Barraca, un proyecto personal del poeta García Lorca.
Las Misiones Pedagógicas
tenían un objetivo similar, la difusión de la cultura en una población en su mayoría
analfabeta: bibliotecas ambulantes, conferencias, recitales de poesía,
proyecciones de cine, exposiciones con reproducciones de obras del Museo del
Prado.
La generación del 27 pasó al
primer plano durante el período republicano. El grupo de poetas fue
excepcional: Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti,
Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Miguel Hernández y García Lorca.
Ramón J. Sénder fue el más destacado novelista.
Las artes
La arquitectura vive a
inicios del siglo XX el auge del modernismo en Barcelona. Doménech y Montaner
construye el Palau de la Música Catalana, y Antonio Gaudí marca el paisaje de
la ciudad con obras como la Casa Milá, la Casa Batlló y la Sagrada Familia.
En un estilo más
convencional, en Madrid se construye gran parte de los edificios al borde de la
Gran Vía, el Palacio de Comunicaciones en la Plaza de Cibeles, y muchos
palacetes que sobreviven hoy en la Castellana y en el barrio de Salamanca.
En la pintura y la escultura
surgen artistas de tradición figurativa como el escultor Mariano Benlliure o
los pintores Zuloaga y Romero de Torres, con figuras clave en el desarrollo del
arte mundial del siglo XX.
Sobre todas ellas se destaca
Pablo Picasso, que en este primer tercio del siglo evoluciona hasta llegar al
cubismo. Con Picasso, inician su carrera pintores geniales como Juan Gris, Joan
Miró y Salvador Dalí, y escultores como Pablo Gargallo. Como ocurre con los
artistas de vanguardia eran solo conocidos por una pequeña elite social. En el
cine se destaca Luis Buñuel, de la generación de 1927 y ligado al círculo de
García Lorca y Dalí. Sus primeras películas forman parte del movimiento
surrealista.
Por último, este primer
tercio del siglo XX es también la época más brillante de la música española.
Figuras como Isaac Albéniz, Enrique Granados y, sobre todo, Manuel de Falla
marcan un momento muy importante del período.
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