Las guerras de independencia hispanoamericanas
Se conocen como guerras de la independencia hispanoamericanas a una
serie de conflictos armados en las posesiones americanas del Imperio español a
principios del siglo XIX, entre 1810 y 1829, en los que se enfrentaron el bando
a favor de las independencias -o patriota o revolucionario-, en una operación
conjunta contra el bando a favor de mantener la integridad de la Monarquía
española, -realista o virreinal. Según la postura historiográfica, estos
conflictos además de guerras de independencia, son considerados también guerras
civiles o una combinación de diversas formas de guerras.
Los movimientos independentistas de Hispanoamérica adquirieron formas políticas variadas de acuerdo con las condiciones de cada región, y todos convergen finalmente en el Estado liberal. Así, una postura historiográfica dice que la emancipación hispanoamericana tiene sus raíces en la independencia de las colonias británicas de América del Norte en 1776, la Revolución francesa o la Revolución haitiana.
El antecedente inmediato de la emancipación hispanoamericana es
la abdicación de los reyes Borbones en 1808 ante la invasión francesa de
España. Como respuesta a la entronización del rey José Bonaparte en España,
entre 1808 y 1810 se instalaron juntas de gobierno que ejercieron la soberanía
en nombre del abdicado rey Fernando VII, tanto en la península ibérica, como en
los territorios americanos. La resistencia de las juntas americanas a someterse
a todos los gobiernos formados en España, radicalizó las posiciones y llevó a
la lucha armada entre realistas y patriotas. A partir de 1810 varios
movimientos americanos empezaron a declararse autónomos del gobierno español, y
más tarde, estados nacionales independientes bajo regímenes republicanos, y formaron
ejércitos "patriotas" o "libertadores". Se destacaron los
comandados por Hidalgo y Morelos en México, y las del rioplatense José de San
Martín y el venezolano Simón Bolívar en América del Sur.
La independencia de los nuevos estados de América se consolidó
en la década de 1820, con el Trienio Liberal, derivando en la creación en
México del Ejército Trigarante en 1821 y terminando en América del Sur con la
destrucción del último ejército virreinal en la batalla de Ayacucho en 1824,
suceso al que se suele recurrir como el fin de las grandes campañas de las
guerras de independencia en América del Sur.
Aunque el periodo estricto de lucha militar iría desde el
combate de Cotagaita (1810) hasta la batalla de Tampico (1829). Los últimos
bastiones españoles son el Castillo San Felipe en Puerto Cabello hasta 1823; en
San Juan de Ulúa, Veracruz hasta 1825. Por último, en enero de 1826, caen los
reductos españoles del Callao y Chiloé.
Solo permanecen como últimos dominios españoles las islas de
Cuba y Puerto Rico, que resisten como bases de la reconquista tras los
frustrados planes colombo-mexicanos de expedición conjunta para la liberación
de Cuba (1820-1827).
El último capítulo de la guerra terminó con la tentativa de reconquista de España contra sus antiguas posesiones mexicanas en 1829, cuando la expedición de Isidro Barradas llegó a Tampico y fue derrotada por el Ejército Mexicano. Sin embargo los gobiernos independientes tuvieron que enfrentar las guerrillas realistas, por ejemplo entre 1823 y 1827 en Venezuela; entre 1822 y 1826 en Pasto, Colombia; hasta 1832 en el sur de Chile, apoyados por mapuches y pehuenches; y hasta la década de 1830, la guerrilla de Iquicha en Perú.
El reconocimiento internacional de las independencias llega
desde el Reino Unido de Portugal y Brasil en primer lugar. Seguidamente los
Estados Unidos, el Reino Unido y Francia establecieron relaciones comerciales
con los nuevos gobiernos americanos y luego reconocieron la soberanía de los
nuevos estados a lo largo de la década de 1820. Sin embargo España solo
abandonó los planes de reconquista después de la muerte del rey Fernando VII,
ocurrida en 1833. Las Cortes españolas renunciaron a sus posesiones en América
en 1836 y autorizaron al gobierno para realizar tratados de paz y reconocimiento
con todos los nuevos estados surgidos en el continente.
Muito precioso o texto, informaçoes bem importante para compreender um pouco mais da nossa América Latina
ResponderExcluirObrigado, Ruth.
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