Dicen que la leyenda del anillo de Claddagh tiene su origen
hace unos 300 años, o más; cuentan los viejos que fue en una antigua aldea pesquera en
Claddagh, a las afueras de la ciudad de Galway, sobre la costa oeste de Irlanda,
donde el anillo fue diseñado y fabricado por primera vez.
Desde el siglo XVII,
es costumbre que el hombre se lo entregue a la novia como símbolo de amor o como anillo
de compromiso de casamiento.
La leyenda cuenta que un hombre de Galway llamado Richard Joyce decidió emigrar, como muchos lo hacían por entonces, rumbo a las Indias Orientales para trabajar y ganhar dinero; tenía la
esperanza de casarse con su amada al volver de su viaje.
Sin embargo, el
barco en que viajaba fue capturado por piratas durante la travesía y Richard Joyce fue vendido como
esclavo a un orfebre musulmán instalado en una ciudad de Argelia.
Pasados los años y acostumbrado –pero nunca resignado– a su
destino de esclavitud, el desafortunado Richard vio que tenía que aprovechar el tiempo para
aprender el oficio que el destino le había puesto entre las manos. Y fue así que se hizo práctico en el diseños de joyas y en producirlas en oro, plata y piedras preciosas.
Cuando finalmente, y pasados más de 18 años, el rey Guillermo
III subió al trono inglés, les exigió a los musulmanes la liberación de todos los
prisioneros británicos. En consecuencia, Richard Joyce quedó en libertad después de largos
años de cautiverio.
El joyero musulmán, pasado tanto tiempo, ya había adquirido tal
respeto por Richard que decidió ofrecerle la mitad de su fortuna y además la
mano de su hija en matrimonio si optaba por quedarse en Argelia; pero el cautivo liberado,
fiel a su patria y a su romanticismo, rechazó la oferta y volvió a Irlanda para
casarse con su amada.
Dicen que durante todo los años de esclavitud, Richard no se olvidó de
su novia irlandesa –y sabemos que su amada tampoco lo olvidó– , y aprovechó sus pocas horas de ocio para diseñar y fabricar con sus
manos un anillo que serviría como símbolo de su amor por ella.
El Claddagh – que así
se llama el anillo– tiene en su diseño una simbología muy implícita: son dos manos que
rodean un corazón, completado con una corona, como la expresión del amor
verdadero y de la amistad eterna. El corazón, claro, simboliza el sentimento amoroso
del marido, las manos representan la amistad y la corona la lealtad y
fidelidad.
Con el tempo y el crecimiento de la leyenda, se le agregó un destaque,
que es el lema “Let love and friendship
reign”, que se puede traducir como “que reinen la amistad y el amor”.
Javier Villanueva, Santiago de Chile, febrero de 2016.
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