sábado, 25 de maio de 2019

Mempo Giardinelli: “El español no existe”

Mepo en el Congreso de la Lengua. (Ramiro Pereyra / La Voz)

El amigo Mempo Giardinelli, - al que tuve el gran placer de invitar varias veces y acompañar a congresos y otros encuentros de profesores de ELE en Brasil, y cuyo libro Volver a Leer tradujimos para el portugués- responde a La Voz del Interior de Córdoba en un reportaje anterior al  que se realizó hace poco en la capital mediterránea argentina.

Mempo Giardinelli: “El español no existe”

El escritor chaqueño participará de la sesión plenaria que se referirá a los retos del español en la educación del siglo 21.
BEATRIZ MOLINARI
El futuro de la lengua es incierto?
–Incierto es el futuro de la Argentina. Nuestra lengua está con algunos riesgos, pero es muy sólida, muy fuerte. Cuando hablo de la lengua, no hablo del español, porque el español no existe. Existe el castellano, el castellano americano como la lengua que expresa a todos los idiomas originarios, a 30 y pico de naciones de nuestro continente, al enriquecimiento del castellano original que vino con la Conquista a sangre, fuego, cruz y espada, y a lo largo de los años, afincada y naturalizada como una lengua propia. Nosotros no hablamos español. Ni siquiera está en la Constitución de España, que empieza diciendo que la lengua oficial del estado español es el castellano. Lo que hay es una imposición a partir de una decisión del gran poder económico del que España es parte, para universalizar el vocablo. Tiene que ver con la traducción del inglés.
Mempo Giardinelli comenta que sólo en el Chaco hay tres lenguas, más el guaraní. Una cantidad de naciones tomaron el castellano sin perder sus propias hablas. “Desde hace 150 años, la masiva inmigración fue un sembradío generoso que llegó a nuestra América. Fue maravilloso. En el Chaco, hay suecos, bosnios, montenegrinos, búlgaros, checos, polacos, italianos. Todo eso ha ido dando un perfil propio a la lengua que hablamos en América. Desde hace muchos años mi propuesta es la del castellano americano”, dice.
Para Giardinelli, la imposición de la lengua tiene que ver con intereses imperiales. “Aunque ahora no pueden volver territorialmente, por las armas. Necesitan de nosotros. La lengua castellana es hablada por más de 500 millones de personas, de las cuales en España está el 10 por ciento. Detrás de eso hay clientes, consumidores y negocios, multinacionales, bancos. No digo que esté mal pero estoy reconociendo hechos de nuestra realidad. Todo eso tiene fundamentalmente un interés que es empresario y transnacional, sobre el cual hay, en materia educativa, un interés muy especial porque el futuro son los chicos y los jóvenes. Son los futuros consumidores. Esta es una perversión del sistema neoliberal que es peligroso. Los que enfrentamos al neoliberalismo denunciamos eso”.
–Por un lado, se respetan las diferencias, los dialectos y las localías. Por el otro, se impone una matriz única.
–No se impone porque no lo han logrado y no lo van a lograr. Este tipo de congresos tiene la intención de oficializar y universalizar el español. España es una comunidad de varias lenguas. Por eso, con toda sabiduría, la Constitución de 1978, posfranquista, toma esa definición, que es correcta. Al que no le gusta es al gran poder económico.
–¿Vas a plantear la cuestión política?
–Sí, porque en realidad, la lengua es una cuestión política. La educación es política. Esto no le gusta al Gobierno macrista. Decidir que una sociedad se eduque gratuitamente en todos sus niveles es una decisión política, cancelarla y promover la educación privada para quienes puedan pagarla, es una decisión política. Esto lo decía Thomas Jefferson, el adalid de los Estados Unidos, Sarmiento, entre nosotros, Andrés Bello, en Venezuela.
–Cómo escritor, ¿qué cuestiones te rondan a partir de la lengua?
–Estas cosas me importan porque soy escritor, docente de toda la vida y un hombre político, pero a la hora de la creación, ni me va ni me viene. He aprendido de mi gran maestro cordobés don Juan Filloy, no sé si el dominio, sí la frecuentación amistosa y cordial con la lengua. Trabajo con varios diccionarios a la par. Creo que conozco bastante de la riqueza de nuestra lengua. Y ahí mandamos los diccionarios y yo nada más.
–¿Don Juan fue tu maestro?
–Y amigo. Siento un enorme cariño por él. Acabo de entregar al Incaa una película que se llama Don Juan, documental con muchísimo material inédito que filmé cuando yo era muchacho, en Río Cuarto, La Carlota, aquí, con su familia, que quiero entrañablemente. Son parte de mi vida en cierto modo. Las conversaciones con don Juan fueron determinantes para mi vida. Se puede decir que me llevó más de 30 años. Estoy muy contento. Espero que el estreno lo hagamos acá.
Engaña pichanga
“El lenguaje inclusivo (hago una pequeña alusión en mi ponencia) a veces me parece que es un engaña pichanga. Pregunto: ¿no será que nos están distrayendo para que discutamos la ‘e’, la ‘x’, la @, y no nos ocupemos de cosas mucho más importantes? Me parece una cuestión de sentido común incluir en cualquier texto la parte femenina. Es natural. Como saludar a todos y todas. No me parece un tema fundamental. Hoy en las escuelas a ningún profesor se le ocurre hablar sólo de ‘todos’. El ‘todes’ a lo mejor se impone y yo me avengo a lo que los pueblos imponen en términos consuetudinarios. No me interesa entrar en debate. ¿No será que es un tema para que estemos distraídos mientras nos están robando el país?

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