sexta-feira, 17 de janeiro de 2020

La soberbia y la quinta pata del gato

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La soberbia y la quinta pata del gato

En Brasil dicen que lo que llamamos "súper-ego" es el argentinito que todos llevamos dentro. ¿Será verdad?
Los que no somos porteños (ojo, amigos brasileños: porteño, de "puerto", no es sinónimo de "argentino", como a Folha e a Globo às vezes parecem pensar) nos defendemos diciendo que los pedantes son los porteños, no nosotros, los del interior, que somos tan simpáticos -o un poco más- que los hermanos de la "vecina orilla", el Uruguay.

Pero es que hay más. Cuenta la historia, en sus entretelones, que los ejércitos de Belgrano en Paraguay y Bolivia, igual que los de San Martín, en Chile y Perú, dejaron una cierta mala impresión, a pesar de sus hechos revolucionarios.  Y desde entonces parece que el desencuentro no se arregla: los porteños eran "mandones" a los ojos de los otros, porque de hecho mandaban, y por lo tanto, arrogantes y metidos. 
Es que, bien o mal, eran oficiales de un ejército en formación y en pleno combate por la independencia del continente, y por más campechanos que fueran -San Martín y Belgrano tienen buena fama entre nosotros, los argentinos, claro- la impresión era la misma de siempre. 
Y así quedó. 

En el siglo XX, además, el famoso acento italiano agregado, más la manera de hablar alto y gesticulando, todo eso hizo que los otros pueblos se imaginaran al argentino como un "español que habla italiano y piensa que es inglés"...algo que no pasa de una tontería sin tamaño que hace 40 años trato de explicar a mis nuevos compatriotas de la Patria Tropical; pero nada, aun con una "vanguardia" paulistana consumista al extremo, y casi mal vista en el resto de Brasil, aun así el argentino sigue pareciendo un pedante. Paciencia. 
Ya hubo centenas que me dijeron, como un elogio: "você não parece argentino", ¿Ah, sí? les respondo en cada caso. ¿Conoce Ud. a muchos argentinos? Y no, no conocen a muchos, pero el prejuicio es grande. Fazer o que? Paciencia, otra vez.

JV. 2020

  • Lucho Barros Yo me siento obligado a defender a esa porcion rioplatense, porque aunque haya nacido en tierras de la Mona Gimenez, el Fernet con Coca y del potro Rodrigo, me crié viajando entre la reina del plata y la pauliceia desvairada, y soy la prueba viva de que el porteñito es casi un personaje folclórico, un Isidorito Cañones pintoresco e ingenuo en su pequeno mambo narcisista, que, reconozcamos, todos tenemos derecho a tenerlo (y tenemos). Y otra cosa, por lo general el brasilero que va a Bs As predispuesto a encontrarle la quinta pata al gato por lo general vuelve frustrado por no tener qué criticar. Y bue..

3 comentários:

  1. Convido a ler:
    KAFKA KAFTA AFTA NAFTA.

    NO rodapé do texto indico esse e outro texto seu.
    O cronto é um suplemento literário a discutir família, amigos, fraternidade, solidariedade, solidão.
    Não posso oferecer o que não tenho; por isso não lhe dou alegria e doçura. O que entrego a quem me ler é o que pensar.

    O endereço é:
    http://artedoartista.blogspot.com/2020/01/kafka-kafta-afta-nafta.html

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  2. Luciano: en el fondo está siempre la historia: los ejércitos de Belgrano en Paraguay y Bolivia, y los de San Martín, en Chile y Perú, dejaron una mala impresión y desde entonces el desencuentro no se arregla: los porteños eran mandones a los ojos de los otros, porque de hecho mandaban. Bien o mal, eran oficiales de un ejército en formación, y por más campechanos que fueran -San Martín y Belgrano tienen buena fama entre nosotros- la impresión era la misma de siempre. Y así quedó. En el siglo XX, el famoso acento italiano, la manera de hablar alto y gesticulando, todo eso hizo que los otros pueblos se imaginaran al argentino como un "español que habla italiano y piensa que es inglés"...una tontería sin tamaño que hace 41 años trato de explicar a mis nuevos compatriotas de la Patropi, pero nada, aun con una "vanguardia" paulistana consumista al extremo, mal vista en el resto del país (Brasil, digo), aun así el argentino sigue pareciendo un pedante. paciencia.
    Ya hubo centenas que me dijeron: "você não parece argentino", ah, sí? les respondo? conoce muchos argentinos Uds? Y no, no conoce muchos, pero el prejuicio es grande. Fazer o que? paciência.

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