2ª Parte:
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Resumen de la 1ª parte:
Fiquei sabendo nesses dias passados que os escritores Antoine Bairral e Sérgio Cambiado se encontraram, meses atrás, numa bela tarde de outono, no CaféLa Paz , em
Buenos Aires, na esquina de Corrientes e Callao. Tinham sido
convocados por um misterioso telefonema de Santiago Castro, amigo de um velho
escritor já falecido, o Israel Vilhas, antigo companheiro de lidas de Javier.
Fiquei sabendo nesses dias passados que os escritores Antoine Bairral e Sérgio Cambiado se encontraram, meses atrás, numa bela tarde de outono, no Café
O
que Santiago veio lhes propor esse dia não era nada simples: escrever uma
história que relatasse passo a passo os últimos cem anos de conquistas e
fracassos da Confederação Brasil-Argentina-Paraguai-Uruguai.
Mas
antes de nos embrenhar-mos na história da Confederação, vejamos que aconteceu
na história de vida dos dois escritores em questão. Por que eles e não outros?
Escreveu
o governador Dom Afonso Furtado de Castro do Rio de Mendonça, senhor e visconde
de Barbacena, e governador-geral desde 8 de maio de 1671, incentivando o
aventureiro bandeirante Fernão Dias a buscar nas regiões de São Paulo e a Bahia
prata e esmeraldas, dá-lhe carta patente de chefe da grande bandeira com o
título de "governador das esmeraldas e da conquista dos índios Mapaxós."
Em
julho de 1674 parte de São Paulo à frente da bandeira das esmeraldas, da qual
participam o genro Manuel da Borba Gato e os filhos Garcia Rodrigues Pais e
José Dias Pais. Este último conspira contra o pai, que manda enforcá-lo como
exemplo de disciplina e obediência.
Mas
nessa bandeira havia um desconhecido arquiteto -ou talvez engenheiro, o que
nunca foi estabelecido com certeza- o Sérgio Minelli Cambiado, especialista em
construções de pedra, uma técnica pouco usada no São Paulo da antanho, mais
inclinado sempre ao abobe e o pau-a-pique. Minelli Cambiado, o tetra tataravô
do nosso famoso escritor mineiro de hoje, acompanhou em silencio e com grande
desgosto a sanguinária expedição que, por fim, alcança o norte de Minas Gerais,
e durante sete anos explora os vales dos rios das Mortes, Paraopeba, das
Velhas, Aracuaí e Jequitinhonha.
Mas
o nosso verdadeiro herói, o Sérgio Minelli Cambiado, decide ficar no sertão,
dedicar-se à agricultura, que foi a única descoberta da famigerada e malfadada
bandeira. Onde a lenda falava de uma Serra Dourada, ou Verde, segundo a ambição
lusitana e bandeirante enxergasse ouro ou esmeraldas -o nunca achado
Sabarabuçu-, dom Cambiado encontrou a paz que não tinha achado na sua Ligúria
natal, e menos nas carnificinas das entradas e bandeiras.
–O que poucos sabiam na época- conta
o Sérgio Cambiado de hoje, o mineiro- é que é muito provável que um
outro meu tataravô chegasse à América junto com os imigrantes genoveses, com
certeza os primeiros italianos que aportaram em
Buenos Aires – diz
olhando para o Antoine Bairral, que aparenta ficar cada vez mais interessado
pelo assunto.
–É verdade, nos anos da Revolución de 1810,
havia tão somente 42 “tanos” em toda a cidade de Buenos Aires; mas segundo
parece, despois dos cruentos conflitos de 1820 e 1821 na Itáia, já com a Génova
anexada à Cerdenha muitos se expatriaram no Rio da Prata, no Riachuelo,
onde formaram a “La Boca ”,
um vilarejo de puros ligures- conta Antoine. –Mas o meu antepassado não parece ter vindo diretamente
da Liguria, mas sim do Sabarabuçu, algo que ainda não está muito bem
estudado.
2ª
Parte.
A
Antoine y Sérgio Cambiado se les hizo de noche en el Bar La Paz y
todavía les falto tiempo para terminar de hablar de la saga de los Minetti
Cambiado que, habiendo salido de Génova en el siglo XVII, se enmarañaron
hacia adentro de los sertones de Minas Gerais.
–No
sin antes pasar una larga temporada en el viejo barrio de La Boca- agrega Sérgio, y Antoine se
acuerda de su propio devenir, viajando de la Francia provenzal al Ecuador
cálido y misterioso, y de allá para África.
-Es
verdad; llegamos con mi família a África en 2029, justo cuando China, a
pretexto de la búsqueda de armas nucleares de destrucción masiva, invadía
Senegal y Mauritania, en una operación relámpago secundada por el 54º cuerpo de
ejército de Viet Nam- recuerda
Antoine los años de su adolescencia cuando, todavía deprimido por tener que
dejar Quito y sus amistades estudiantiles, tuvo que adaptarse a a vida en
Dackar, que en los años 30 del siglo XXI eran particularmente difíciles
por el clima de guerra que el cerco del ejército chino había establecido.
-Al
final, lo de las armas de destrucción masivas no era más que un pretexto para
apropiarse del petróleo y las minas de diamantes, y los propios vietnamitas
presionaron a sus aliados chinos a dejar el sitio antes de los doce meses- le
recuerda Antoine Bairral a Sérgio, mientras pagan la cuenta y salen para el
hotel Broadway, en la avenida Corrientes, casi en frente al Obelisco.
Sérgio
Cambiado y Antoine tampoco lo sabían, pero sus familias tenían una historia en
comun: y es que tanto los hepta-tatarabuelos de uno como los del outro, habían
hablado el shuadit, que es
una lengua judeo-romance extinta en el sur de Francia, idioma también conocido
como judeo-provenzal.
–Sí,
y con la persecución a los judíos instaurada por el Santo Oficio de la Inquisición en Francia, finalmente se extinguió.
Dicen que en 1977,
a la muerte
de su último hablante, Armand Lunel, se acabó el shuadit, si bien otros lo ven
como un dialecto del occitano- dice
Israel Vilhas, especializado em cuestiones diversas, motivo por el cual el
Pelado Rafael decía que era un humanista, porque nada de lo humano le era ajeno.
-En
1498, con la onda de sectarismo y antisemitismo que le siguió a la unificación
católica de España y al posterior descubrimiento de América, los judíos fueron
expulsados del sur de Francia. Y aunque la comunidad no fue totalmente excluída
hasta 1501, una gran parte se dispersó por otras regiones, especialmente por
Génova, en la cuál, según contaba el viejo Sérgio Minelli Cambiado, arquitecto
que acompañó a los aventureros de la Bandeira de Fernão Dias de São Paulo hasta
Minas Gerais, muchos lígures se mezclaron alegremente con los judíos, y fueron
mestizando su dialecto italiano con el provenzal de los exiliados del Condado
Venaissin- insiste Vilhas con
su enciclopedismo irritante.
Pero
Antoine Bairral y Sérgio Cambiado ignoran estos hechos históricos que los unen
en un pasado más que remoto, y lo que les interesa ahora es lo que ocurrió en
los últimos 15 ó 20 años, y cómo eso va a afectar la visión de lo que tendrán
que elaborar a pedido de Santiago. Es una propuesta alucinante, tanto por lo
que se les ofrece desde la editorial –un generoso pago adelantado y derechos de
autor arriba de lo que generalmente se estipula- pero sobre todo por la fama y
la gloria merecida que un estudio sobre la historia de la
Confederación les puede significar.
Y
Antoine vuelve sobre los recuerdos dolorosos de su llegada a Dackar, al inicio
de la adolescencia, cuando además dejaba para atrás un amor juvenil y
platónico, un tema que no comparte con nadie, ni siquiera con su reciente
amigo, Sérgio Cambiado:
-La
presencia de las tropas chinas y vietnamitas en los años de 2029 y 30 en África
fueron nefastas. Muchos
intelectuales esperaban una actitud parecida a la de los Viets en 1978, cuando
pararon la locura del Khmer Rojo en Camboya; pensaban incluso que los antiguos
Viet-congs se enfrentarían de algún modo al capitalismo salvaje de los chinos,
del mismo modo que los habían encarado en 1979, cuando los maoístas apoyaron al
Khmer. Pero no, los antiguos revolucionarios se sumaron a los abusos; igual que
cualquier tropa norteamericana del siglo XX, cuando los yanquis eran los dueños
del mundo- cuenta Antoine con
amargura.
-Pero eso creó um clima que tuvo consecuencias contrarias, de alguna
manera más positivas, ¿no?- le
pregunta Sérgio.
-Sí,
el pueblo de Senegal y el de Mauritania se unieron, lograron el apoyo rápido
del nuevo Partido Socialista Democrático de Cuba, que también mandó tropas de
elite que se mantuvieron en cuartel, cerca de la fronteram Y entonces ocurrió
lo inesperado: una gran insurrección popular- cuenta
Antoine con emoción.
-En
el curso de la noche del 22 al 23 de octubre de 2030, el comité militar
revolucionario formado por los partidos que resistían a la invasión china ya
había comenzado a lograr que las tropas de Mautitania y Senegal –completamente
subordinada hasta entonces a los invasores- quedaran separadas de sus mandos
naturales y que aceptarantan sólo sus ordenes- le agrega Israel Vilhas, que
siempre parece que lo sabe todo, a Antoine.
-Extrañamente,
la respuesta gubernamental y de los invasores fue muy lenta y, sin duda, eso
disminuyó su eficacia. El 24 de octubre, el alto mando de los chinos ordenó a
las tropas vietnamitas de apoyo que ocuparan los puntos estratégicos de la
ciudad de Dackar y Nouakchott, en Mauritania – hace un gesto de disgusto Antoine,
sin duda um poço molesto por las permanentes intervenciones enciclopedistas del
viejo Israel Vilhas.
-Al mismo tiempo, el gobierno títere proclamó el estado de sitio
en las dos capitales, además de Rosso y Touba.
Más titubeante todavía fue en lo que se refería al
arresto del comité revolucionario. Después de ordenar su detención, revocó la
orden por temor a dar motivo a las calumnias que lo acusaban de querer
instaurar una dictadura a favor de la
India , enemigo mortal de la
China- recuerda Sérgio Cambiado.
-Lo que los invasores desconocían era que las únicas fuerzas de
las que podían fiarse poco más podían hacer que proteger unos cuantos
edificios. Durante aquella misma noche del 22, las tropas gubernamentales,
convencidas de que estaban combatiendo a la reacción pro-India, secundada por
dirigentes de la Guardia Socialista formada
por obreros industriales, y apoyada por los consejeros cubanos, entraron en
acción. Por la mañana, casi sin derramamiento de sangre tenían bajo su control
todos los puntos estratégicos de la ciudad. En el caso del palacio de gobierno
bastó simplemente con que las fuerzas insurrectas reemplazaran a los soldados
que hacían guardia como si se tratara de un simple relevo. Mientras tanto, las
masas enfervorizadas tomaban, bajo la dirección del Frente Democrático y
Socialista, los edificios principales de la ciudad- termina Antoine Bairral el relato.
-Y ese cambio en África Occidental, tan cerca de América, influyó
a que creciera aún más la fascinación por el modelo de integración y desarrollo
de la Confederación
Brasil-Argentina -Paraguay-Uruguay,
de la cual los cubanos eran fuertes aliados después de la muerte de los
hermanos Castro y la democratización socialista del país- dice Sérgio Cambiado, cierra el
lap-top, se despide con un gesto perezoso y sale de la habitación de Antoine en
el hotel Broadway; les espera mucho trabajo al dia siguiente.
Continuará.
Javier Villanueva, São Paulo, enero de
2012.
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