Vea la 1ª parte: http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2015/04/la-extrana-desaparicion-de-villanueva.html
Vea la 2ª parte: http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2015/05/la-muy-extrana-muerte-de-xavier-vilanova.html
Vea la 3ª parte: http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2015/05/nuevas-mentiras-y-mas-ocultaciones-la.html
La extraña muerte de Vilanova
4ª parte
Juanatonio Canalejo
nació en 1888 en la Habana, y once años después su madre se mudó desde América por
causa de la muerte de su padre en la guerra contra las tropas norteamericanas. Llegan
ambos, madre viuda e hijo huérfano a la Coruña, pero poco más tarde la joven se
vuelve a casar y viajan todos a Córdoba, Argentina. Juanantonio -o Juanjo, como
lo llamaban- no se llevaba nada bien con su padrastro, y su madre lo manda de
vuelta a Galicia. A los 19 años vuelve a
una Coruña convulsionada por grandes manifestaciones obreras y por la prédica
de los anarquistas que incitaban a la lucha. Luego que la llama de la Revolución
Rusa de 1917 se extendiese por media Europa, Juanjo se suma al bolchevismo.
A los 21 años,
incorporado a un barco de carga, deja Galicia y recorre los puertos ibéricos
hasta llegar a Barcelona, en medio del clima de batallas de la Semana Trágica,
entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909. El desencadenante de los
violentos acontecimientos había sido el decreto del primer ministro Antonio
Maura que enviaba tropas de reserva a las colonias españolas en Marruecos; la gran
mayoría de los reservistas, claro, eran padres de familia de las clases
obreras.
Barcelona, 26 de julio
al 2 de agosto de 1909
España no se había
recuperado del fracaso moral que le trajo la derrota en la guerra con los EEUU
en 1898, y la pérdida consecuente de Cuba, Puerto Rico, las Filipinas, Islas
Marianas e Islas Carolinas, sus últimas colonias de ultramar. El país sufría un
sistema político en que el Partido Conservador y el Liberal se turnaban en el
gobierno. La alternancia era manipulada desde el poder mediante el reparto arreglado
previo a las elecciones y apoyado en una red de influencias –el llamado “caciquismo”-
que garantizaba el cumplimiento de lo pactado o terminaba en fraudes y adulteración
de los resultados.
En Barcelona el
embarque de las tropas en el puerto empezó el día 11 de julio sin que se
produjeran grandes incidentes. Pero durante la tarde del domingo 18 de julio, la
tensión estalló cuando se procedía al embarque del batallón de Cazadores de
Reus, integrado en la Brigada Mixta de Cataluña. Algunos soldados lanzaron al
mar los escapularios y medallas que varias aristócratas barcelonesas les habían
entregado antes de subir al vapor militar “Cataluña”, mientras que hombres y
mujeres del pueblo gritaban desde los muelles: “¡Abajo la guerra! ¡Que vayan los ricos! ¡Todos o ninguno!”
La policía hizo
disparos al aire y detuvo a varias personas, pero las protestas crecieron durante
los días siguientes cuando se supo que se había un gran número de bajas entre
los soldados españoles en Marruecos. El 22 de julio los diputados de “Solidaridad
Catalana” se hacían eco del sentimiento popular y exigían que el gobierno llamara
a la reunión inmediata de las Cortes –el congreso español- para discutir el
tema de la guerra y las condiciones del reclutamiento de las tropas
expedicionarias.
El 24 de julio, en la asamblea
general, el “Gallego” Juanantonio -o Juanjo- es elegido asistente de
organización del secretario general de la “Solidaridad Obrera”, y su primera
medida es armar piquetes con los peones del gremio de la construcción que se
ponen de inmediato a juntar adoquines y a levantar barricadas.
En ese mismo año de 1907
los obreros de Barcelona habían realizado varios encuentros que terminarían en
la “Unió Local de Societats Obreres de Barcelona”. Y es que en 1906 la
burguesía barcelonesa había fundado la llamada “Solidaridad Catalana”, y los
obreros querían responder a la organización patronal. De a poco, los trabajadores
de la Unión Local fueron transformando su organización en la “Solidaridad
Obrera”. Al final del año crearían su diario oficial, con el mismo nombre –el que
hoy en día es el órgano de la CNT catalana-. Los primeros manifiestos no fueron
em su mayoría de ideología anarquista. En la “Solidaridad Obrera” confluían socialistas,
republicanos y anarquistas de la ciudad. Defendían una organización pluralista,
fundada en el "societarismo". Su arma principal era la huelga
general. Pero como la militancia anarquista participaba cada vez más en los
sindicatos y el sindicalismo revolucionario iba llegando a España, el color de
la central obrera fue variando. El cambio se acentuó de 1908 a 09. Sin embargo,
la Semana Trágica haría más lento el proceso, y hasta 1910 no lograrían
organizar una central obrera para todo el territorio español.
Fue en “Solidaridad
Obrera” que Juanjo conoce al padre de Xavier Vilanova que lo refugia en su casa
durante las primeras noches de la Semana Trágica. Ante el aumento de la
violencia callejera y la organización de los trabajadores, el gobernador civil
de Barcelona, Ángel Ossorio y Gallardo, prohibió la reunión de “Solidaritat
Obrera” que iba a reunirse ese mismo sábado 24 de julio para confirmar la
propuesta de ir a una huelga general, por lo que fue formado un Comité de
Huelga clandestino.
En Barcelona la huelga
se inició en los barrios periféricos, arededor de las fábricas. Allí se
quemaron las casillas donde se cobraban los odiados “impuestos de consumos”.
Después los obreros marcharon al centro de la ciudad, donde hubo varios enfrentamientos
cuando trataron de parar a la fuerza los tranvías y cerraron los comercios y
los cafés. El Capitán General de Cataluña, Luis de Santiago, siguiendo las órdenes
del ministro de la gobernación De la Cierva, proclamó el “estado de guerra”, a
lo que se opuso el gobernador civil, Ángel Ossorio y Gallardo, que renunció al
cargo. La represión policial y militar no se hizo esperar, y Juanjo decidió
quedarse escondido en la casa de Vilanova, padre de Javier, durante los últimos
días de combates de esa semana, incluso en las horas del día.
Más tarde se vio que
no era una precaución exagerada: el balance de las luchas de Barcelona del 26
de julio al 2 de agosto de 1909 fue de un total de 78 muertos -75 civiles y 3
militares-; 500 heridos y 112 edificios incendiados, de los cuales 80 eran
religiosos. El gobierno Maura, con su ministro de la gobernación Juan de la
Cierva y Peñafiel a la cabeza, inicia el 31 de julio, una represión durísima y
arbitraria. Se detiene a varios miles de personas, de las que 2000 fueron
procesadas, con 175 penas de destierro, 59 cadenas perpetuas y 5 condenas a
muerte. Además se clausuraron los sindicatos y se ordenó el cierre de las
escuelas laicas.
Los cinco condenados a
muerte fueron Josep Miquel Baró, un nacionalista republicano ejecutado el 17 de
agosto de 1909 en el castillo de Montjuic, como los otros cuatro; Antonio Malet
Pujol, republicano, ejecutado el 13 de septiembre; Clemente García -un joven
discapacitado mental que había bailado con el cadáver de una monja por las
calles de Barcelona- ejecutado el 4 de octubre; Eugenio del Hoyo, un exguardia
civil; y el más conocido de todos Francisco Ferrer Guardia, pedagogo anarquista
cofundador de la Escuela Moderna. Juanjo Canalejo supo entonces que la condena
a muerte y su posterior ejecución empezaban a levantar de inmediato una ola de
protestas por toda Europa y en América, las que en España terminaron provocando
la caída del gobierno de Maura. Ferrer Guardia había recogido la tradición
moderna de Rousseau en el siglo XVIII —que era contraria a la autoridad y a la
cosmovisión religiosa—, para adaptarla al anarquismo y al librepensamiento que
florecía en las ciudades industriales.
Juanatonio le
agradeció el alojamiento que Vilanova le había ofrecido y se fue de su casa un
par de días después, hacia un escondrijo más seguro. Y no volvió a verlo hasta
que se encontró con su hijo Xavier, 18 años más tarde, en una pensión barata de
Toulouse, en pleno País Vasco Francés, huyendo de las amenazas que el dictador
Primo de Rivera le había hecho personalmente, y sin darle ninguna oportunidad
de desafiarlas.
Apenas se enteró de la
caída del general que lo había obligado a cruzar los Pirineos, Xavier volvió a
Barcelona y se metió de cabeza en la lucha política que ya era una clara
premonición de la 2ª Republica que asomaba en el horizonte. Pero, eso si, ya se
había olvidado por completo de Clarita, la hija del dictador.
Córdoba y Sevilla, 17
y 18 de Julio de 1936
Xavier estaba en Andalucía,
organizando los piquetes de obreros armados que le había encargado la CNT-FAI,
cuando se inició la sublevación militar franquista. Había contactado a la
famosa actriz Rosita Díaz Gimeno que era, junto a Imperio Argentina, una de las
dos grandes actrices del cine español de la 2ª República. Rosita estaba en
Córdoba, filmando bajo la dirección de Fernando Delgado, las últimas escenas de
“El genio alegre”, en la que hacía el papel principal. El galán era Fernando
Fernández de Córdoba, después famoso como voz oficial del franquismo, locutor
del “Parte de la Victoria” y habitual en el NO-DO, nombre
de los odiosos noticieros y
documentales que se proyectaban obligatoriamente en los cines españoles antes
de la película, entre 1942 y 1976. Fernández de Córdoba, que estaba del lado de
los sublevados desde el inicio, denunció a Xavier Vilanova y a Rosita como
espías, por haber recibido ella una llamada de Madrid, seguramente de su novio,
Juan Negrín Mijailov, el hijo del que poco después sería sucesivamente ministro
de hacienda en septiembre de 1936, y presidente del gobierno en mayo de 1937,
Juan Negrín López. Rosita fue detenida junto a otros artistas del equipo que parecían
tener “simpatías izquierdistas”. Xavier logró escaparse y llegar al lado
republicano, en Barcelona, después de tres dias de fuga, casi sin dinero y sin
documentos.
No se sabe qué pasó en
los calabozos de Córdoba y Sevilla, detenida por los sádicos comandados por
Queipo de Llano, famoso por sus dotes de torturador y asesino, pero mucha dignidad
debió dejar Rosita en la prisión, porque salió viva, aunque quedó detenida
durante meses. Tampoco se saben los compromisos a los que debió llegar con los jefes
del bando faccioso franquista. Al final, después de publicada la falsa noticia
de su fusilamiento, fue suelta en mayo de 1937 y, desde El Havre embarcó hacia
Hollywood donde filmó “La vida bohemia”. Es probable que fuera canjeada por
otros presos que mantenían los republicanos. Dice Xavier Vilanova que se
comentaba que hasta el poderoso franquista Ramón Serrano Suñer parecía haber
entrado en las negociaciones.
El caso es que al
estallar la guerra civil, Rosita era una estrella que cubría las tapas de las
revistas. Asediada por los periodistas y admiradores, despertaba una enorme
simpatía por su carácter risueño, de mujer moderna, lectora y anticonvencional en
todo su comportamiento. Era una mujer de la 2ª República, y tal vez por ello se
casó con Juan Negrín Mijailov, hijo del que poco después sería ministro de
Hacienda republicano en septiembre de 1936, y presidente del Gobierno en mayo de
1937, Juan Negrín López. Y por el mismo motivo, seguramente, le donó a la causa
anarquista de la CNT-FAI una gran cantidad de dinero, una pequeña parte del
cual pudo llevarse Xavier Vilanova, escondido entre la ropa pobre y roída con
la que huyera a toda prisa de Sevilla a Barcelona.
Vilanova finalmente llegó a la capital de Cataluña en plena revolución, y allí mismo se pasó los 3 años de la guerra contra el franquismo hasta que por fin, el 28 de marzo de 1939, -unos pocos días antes de las batallas finales que le dieron el triunfo y el poder total de España a Franco- fue tomado prisionero por una patrulla de los sediciosos; aunque hay una version que dice que estuvo preso en manos de la fracción republicana vinculada al PCE y la “cheka” enviada a España por el PC de la URSS al mando de Stalin.
Probablemente fue así
nomás, porque el registro de la iglesia de Jerez de la Frontera, Cádiz, que actuaba
en esos días en lugar del registro civil, lo hace constar –en agosto de 1939-
como “residente a dos cuadras del nuevo Regimiento de Artillería Antiaérea n.º
74 creado en base al cuartel Fernando Primo de Rivera, también conocido como El
Tempul”.
Y si en agosto, a
escasos 4 meses del último parte de la Guerra Civil, firmado por Franco el 1º
de abril de 1939, día final del conflicto, Xavier Vilanova estaba libre, es
porque no fueron los franquistas los que lo detuvieron en marzo de ese mismo año.
Y eso explica –por lo menos a los ojos del historiador Rojo- que Xavier pidiera
trabajo entre las huestes de desocupados que Franco ofreciera, poco tiempo
después a quién más le debía su victoria en la guerra: el tirano nazi Adolf
Hitler. A comienzos de la 2ª Guerra Mundial pocos meses después de terminada la
Guerra Civil em España, Franco había mandado 25 mil trabajadores voluntarios
para ayudar la economía del Tercer Reich. Pero las fábricas alemanas sufrían
bombardeos cada vez más intensos, y muchos de estos voluntarios abandonaron
Alemania embarcando en la marina mercante con la esperanza de poder bajar en
algún muelle de un país neutral. Era una opción de mucho riesgo, porque las
fuerzas aéreas y navales aliadas impedían que las embarcaciones llegaran a buen
puerto. Otros trabajadores, sin embargo optaron por seguir comprometidos con la
causa nazi y se unieron a la “Organisation Todt”, una fuerza militarizada de
trabajo de construcción e engeniería fundada por Fritz Todt, que fue anexada al
ejército y estuva activa durante toda la 2ª Guerra. La principal tarea del grupo
era construir las infraestruturas de comunicaciones y de defesa, incluyendo
fábricas de armas y campos de concentración.
Xavier Vilanova,
viajando entre el contingente de obreros voluntários, evitó unirse a una unidad
de las SS-Waffen ya que temía que descubrieran su pasado si intentaba
incorporarse sea por médio de la “Organisation Todt” o de la Legión Española
dentro de la propia Wehrmacht.
Estaba Xavier em suelo
alemán, cuando pronto el número de voluntarios se incrementó con los veteranos
repatriados de la “División Azul” que habían sido enviados por el gobierno
español al Tercer Reich para apoyar la invasión a la URSS; Xavier Vilanova,
como otros muchos, opto sin embargo por empezar pidiendo un reclutamiento como
trabajador no especializado, con la esperanza de que los servicios prestados le
valieran algún tipo de preferencia a la hora de servir militarmente al Reich, algo
que le parecia inevitable.
Mientras tanto, en
Francia, por donde Xavier pasó antes de ir a Alemania, la concentración de
refugiados republicanos y de españoles en general era más intensa, hubo un
endurecimiento de la política de internamiento bajo el régimen de Vichy que
obligaba a los republicanos al esfuerzo de guerra, en las “Compagnies de
Travailleurs Étrangers”, y más tarde en los “Groupements de Travailleurs
Étranger”, de 1940. Entre 1942 y 1943, 26 mil trabajadores fueron enviados,
encuadrados en las canteras de la Organisation Todt en la costa
atlántica.
Pero la mayor
avalancha de refugiados españoles ocurrió a causa de la caída de Barcelona en
febrero de 1939. Más de medio millón de personas huyeron a Francia. Sobre todo
al principio, gran parte fue internada en los campos que el gobierno francés de
Daladier creó, donde los exiliados eran seleccionados y luego
ubicados en los improvisados “centres d’accueil”. El primer campo de
este tipo en Francia fue Argelés, inaugurado el 1º de febrero de
1939. Con la entrada masiva de refugiados entre el 5 y el 9 de febrero, el 8 ya
fue abierto el campo de Saint-Cyprien. Los dos campos estaban
destinados a los exiliados que entraban por los puestos de frontera de Cérbere
y Le Perthus. Para los que entraban por otros puntos fronterizos, se abrieron
los campos de Vallespir y de la Cerdaña: Arles-sur-Tech
y Prats de Molló, con condiciones deplorables,
lo que produjo en los primeros meses el regreso a España de la mitad de los
refugiados de inicio en Francia.
Como la Guerra Civil
termina el 1º de abril de 1939 con la victoria del bando sublevado, y 5 meses
después, el 1º de septiembre, estalla la 2ª Guerra Mundial, Berlín pide un
mayor compromiso en la guerra a Franco -que hasta entonces se declara neutral-
como compensación a la ayuda prestada por el Tercer Reich a los nacionales, con
la participación en España de su “Legión Condor”. En junio de 1940, Italia
entra en la guerra, y 2 días después, Franco cambia la postura oficial española
de neutral, por la de “aliado no beligerante”. Así nace, con una cierta
vergüenza de mostrarse, la 250ª División de Infantería de la Wehrmacht llamada
en España “División Española de Voluntarios”, y conocida como la “250 Infanterie-Division” por los alemanes, o
popularmente “División Azul” o “Blaue Division”. Fue la unidad de voluntarios
españoles que formó una división de infantería dentro del ejército del Tercer
Reich para luchar contra la Unión Soviética y que llevó entre 1941 y 43, unos
50 mil entusiastas a participar en las batallas periféricas al sitio de
Leningrado.
Finalmente, el 22 de
junio de 1941, Hitler lanzó de sorpresa la “Operación Barbarroja”. La invasión
a la URSS era la ocasión ideal para que el régimen franquista entrara en escena,
enviando al grupo de voluntarios a saldar su deuda con Hitler, de modo de seguir
con su estatus de “no beligerante”, al no haber declaración oficial de guerra a
los soviéticos.
A las 15:45 del
domingo 13 de Julio de 1941, Xavier Vilanova y Juanjo, ya de regreso de 19
meses de trabajo en Frakcfort, se mezclaban, aterrorizados por dentro, a la
multitud que despedía al primer grupo de divisionarios que partía en tren desde
la estación del Norte de Madrid. Veían con horror el resultado fatal de la
derrota republicana en la Guerra Civil: 19 grupos de casi mil soldados cada uno,
partían a lo largo de diez días hacia Alemania desde varias capitales
españolas. Cuatro grupos salieron de Madrid, otros cuatro desde Sevilla, dos
desde Valencia, dos desde Burgos y otros dos desde Vitoria. Mientras, Zaragoza,
Barcelona, Lérida, La Coruña y Valladolid enviaron un grupo cada una. Número
total de las tropas: 18104, entre 2612 oficiales y 15492 soldados.
Lloraban Juanjo y
Xavier, de indignación y de frustración, cuando leían las noticias de la prensa
franquista que contaba cómo, el 31 de julio, ocho días después de empezar la
instrucción militar en territorio alemán, las tropas españolas hicieron el juramento
al Führer. En el campo de entrenamiento de Kramemberg formó toda la división,
acompañada de una compañía de honor alemana, presididas por las banderas del
Reich alemán y de la España franquista.
¿Juráis ante Dios y por vuestro honor de españoles,
absoluta obediencia al jefe de las Fuerzas Armadas alemanas, Adolf Hitler, en
la lucha contra el comunismo, y juráis combatir como valientes soldados,
dispuestos a dar vuestra vida en cada instante por cumplir este juramento?
El día 20, según le
cuenta Juanjo a Xavier que detallaban los diarios, empiezan a salir los trenes con
los españoles voluntarios, 66 grupos en total, llevando la “División Azul”
desde Alemania hacia Rusia. Desde el campamento bávaro viajaban hacia el norte,
siguiendo dos rutas alternativas según el tráfico ferroviário: una por Leipzig
y Berlín, y otra a través de Chemnitz y Cottbus, para confluir más adelante en Küstrin.
Desde allí el convoy giraba al este, cruzando el Corredor del Danzig y el río Vístula.
Tras el largo viaje de 1600 km y varios días de duración, fueron llegando a las
cuatro ciudades designadas -Treuburg, en Prusia Oriental, y las polacas
Suwalki, Grodno y Reuss- para esperar que toda la tropa terminase el
desplazamiento.
Los soldados españoles
de las SS-Waffen y de la Wehrmacht combatieron principalmente en el frente oriental,
pero también en los Balcanes, contra la Resistencia en Francia, y lucharon a muerte
en la batalla final de la 2ª Guerra Mundial: la defensa de Berlin en 1945. Es difícil
calcular el número de veteranos de la División Azul que sirvieron en las
SS-Waffen –le cuenta Xavier a Juanjo- ya que los registros alemanes de reclutamientos
son escasos. Las fuentes históricas señalan que no más de mil españoles
sirvieron a la Alemania nazi después de junio de 1944.
Continuará,
Javier Villanueva. Buenos Aires, 14 de mayo de 2015.
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