quinta-feira, 14 de maio de 2015

La extraña muerte de Vilanova. 4ª parte




Vea la 1ª parte: http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2015/04/la-extrana-desaparicion-de-villanueva.html 

Vea la 2ª parte: http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2015/05/la-muy-extrana-muerte-de-xavier-vilanova.html
Vea la 3ª parte: http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2015/05/nuevas-mentiras-y-mas-ocultaciones-la.html


La extraña muerte de Vilanova
4ª parte

Juanatonio Canalejo nació en 1888 en la Habana, y once años después su madre se mudó desde América por causa de la muerte de su padre en la guerra contra las tropas norteamericanas. Llegan ambos, madre viuda e hijo huérfano a la Coruña, pero poco más tarde la joven se vuelve a casar y viajan todos a Córdoba, Argentina. Juanantonio -o Juanjo, como lo llamaban- no se llevaba nada bien con su padrastro, y su madre lo manda de vuelta a Galicia.  A los 19 años vuelve a una Coruña convulsionada por grandes manifestaciones obreras y por la prédica de los anarquistas que incitaban a la lucha. Luego que la llama de la Revolución Rusa de 1917 se extendiese por media Europa, Juanjo se suma al bolchevismo.

A los 21 años, incorporado a un barco de carga, deja Galicia y recorre los puertos ibéricos hasta llegar a Barcelona, en medio del clima de batallas de la Semana Trágica, entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909. El desencadenante de los violentos acontecimientos había sido el decreto del primer ministro Antonio Maura que enviaba tropas de reserva a las colonias españolas en Marruecos; la gran mayoría de los reservistas, claro, eran padres de familia de las clases obreras.

Barcelona, 26 de julio al 2 de agosto de 1909

España no se había recuperado del fracaso moral que le trajo la derrota en la guerra con los EEUU en 1898, y la pérdida consecuente de Cuba, Puerto Rico, las Filipinas, Islas Marianas e Islas Carolinas, sus últimas colonias de ultramar. El país sufría un sistema político en que el Partido Conservador y el Liberal se turnaban en el gobierno. La alternancia era manipulada desde el poder mediante el reparto arreglado previo a las elecciones y apoyado en una red de influencias –el llamado “caciquismo”- que garantizaba el cumplimiento de lo pactado o terminaba en fraudes y adulteración de los resultados.
En Barcelona el embarque de las tropas en el puerto empezó el día 11 de julio sin que se produjeran grandes incidentes. Pero durante la tarde del domingo 18 de julio, la tensión estalló cuando se procedía al embarque del batallón de Cazadores de Reus, integrado en la Brigada Mixta de Cataluña. Algunos soldados lanzaron al mar los escapularios y medallas que varias aristócratas barcelonesas les habían entregado antes de subir al vapor militar “Cataluña”, mientras que hombres y mujeres del pueblo gritaban desde los muelles: ¡Abajo la guerra! ¡Que vayan los ricos! ¡Todos o ninguno!

La policía hizo disparos al aire y detuvo a varias personas, pero las protestas crecieron durante los días siguientes cuando se supo que se había un gran número de bajas entre los soldados españoles en Marruecos. El 22 de julio los diputados de “Solidaridad Catalana” se hacían eco del sentimiento popular y exigían que el gobierno llamara a la reunión inmediata de las Cortes –el congreso español- para discutir el tema de la guerra y las condiciones del reclutamiento de las tropas expedicionarias.

El 24 de julio, en la asamblea general, el “Gallego” Juanantonio -o Juanjo- es elegido asistente de organización del secretario general de la “Solidaridad Obrera”, y su primera medida es armar piquetes con los peones del gremio de la construcción que se ponen de inmediato a juntar adoquines y a levantar barricadas.

En ese mismo año de 1907 los obreros de Barcelona habían realizado varios encuentros que terminarían en la “Unió Local de Societats Obreres de Barcelona”. Y es que en 1906 la burguesía barcelonesa había fundado la llamada “Solidaridad Catalana”, y los obreros querían responder a la organización patronal. De a poco, los trabajadores de la Unión Local fueron transformando su organización en la “Solidaridad Obrera”. Al final del año crearían su diario oficial, con el mismo nombre –el que hoy en día es el órgano de la CNT catalana-. Los primeros manifiestos no fueron em su mayoría de ideología anarquista. En la “Solidaridad Obrera” confluían socialistas, republicanos y anarquistas de la ciudad. Defendían una organización pluralista, fundada en el "societarismo". Su arma principal era la huelga general. Pero como la militancia anarquista participaba cada vez más en los sindicatos y el sindicalismo revolucionario iba llegando a España, el color de la central obrera fue variando. El cambio se acentuó de 1908 a 09. Sin embargo, la Semana Trágica haría más lento el proceso, y hasta 1910 no lograrían organizar una central obrera para todo el territorio español.

Fue en “Solidaridad Obrera” que Juanjo conoce al padre de Xavier Vilanova que lo refugia en su casa durante las primeras noches de la Semana Trágica. Ante el aumento de la violencia callejera y la organización de los trabajadores, el gobernador civil de Barcelona, Ángel Ossorio y Gallardo, prohibió la reunión de “Solidaritat Obrera” que iba a reunirse ese mismo sábado 24 de julio para confirmar la propuesta de ir a una huelga general, por lo que fue formado un Comité de Huelga clandestino.

En Barcelona la huelga se inició en los barrios periféricos, arededor de las fábricas. Allí se quemaron las casillas donde se cobraban los odiados “impuestos de consumos”. Después los obreros marcharon al centro de la ciudad, donde hubo varios enfrentamientos cuando trataron de parar a la fuerza los tranvías y cerraron los comercios y los cafés. El Capitán General de Cataluña, Luis de Santiago, siguiendo las órdenes del ministro de la gobernación De la Cierva, proclamó el “estado de guerra”, a lo que se opuso el gobernador civil, Ángel Ossorio y Gallardo, que renunció al cargo. La represión policial y militar no se hizo esperar, y Juanjo decidió quedarse escondido en la casa de Vilanova, padre de Javier, durante los últimos días de combates de esa semana, incluso en las horas del día.

Más tarde se vio que no era una precaución exagerada: el balance de las luchas de Barcelona del 26 de julio al 2 de agosto de 1909 fue de un total de 78 muertos -75 civiles y 3 militares-; 500 heridos y 112 edificios incendiados, de los cuales 80 eran religiosos. El gobierno Maura, con su ministro de la gobernación Juan de la Cierva y Peñafiel a la cabeza, inicia el 31 de julio, una represión durísima y arbitraria. Se detiene a varios miles de personas, de las que 2000 fueron procesadas, con 175 penas de destierro, 59 cadenas perpetuas y 5 condenas a muerte. Además se clausuraron los sindicatos y se ordenó el cierre de las escuelas laicas.

Los cinco condenados a muerte fueron Josep Miquel Baró, un nacionalista republicano ejecutado el 17 de agosto de 1909 en el castillo de Montjuic, como los otros cuatro; Antonio Malet Pujol, republicano, ejecutado el 13 de septiembre; Clemente García -un joven discapacitado mental que había bailado con el cadáver de una monja por las calles de Barcelona- ejecutado el 4 de octubre; Eugenio del Hoyo, un exguardia civil; y el más conocido de todos Francisco Ferrer Guardia, pedagogo anarquista cofundador de la Escuela Moderna. Juanjo Canalejo supo entonces que la condena a muerte y su posterior ejecución empezaban a levantar de inmediato una ola de protestas por toda Europa y en América, las que en España terminaron provocando la caída del gobierno de Maura. Ferrer Guardia había recogido la tradición moderna de Rousseau en el siglo XVIII —que era contraria a la autoridad y a la cosmovisión religiosa—, para adaptarla al anarquismo y al librepensamiento que florecía en las ciudades industriales.

Juanatonio le agradeció el alojamiento que Vilanova le había ofrecido y se fue de su casa un par de días después, hacia un escondrijo más seguro. Y no volvió a verlo hasta que se encontró con su hijo Xavier, 18 años más tarde, en una pensión barata de Toulouse, en pleno País Vasco Francés, huyendo de las amenazas que el dictador Primo de Rivera le había hecho personalmente, y sin darle ninguna oportunidad de desafiarlas.
Apenas se enteró de la caída del general que lo había obligado a cruzar los Pirineos, Xavier volvió a Barcelona y se metió de cabeza en la lucha política que ya era una clara premonición de la 2ª Republica que asomaba en el horizonte. Pero, eso si, ya se había olvidado por completo de Clarita, la hija del dictador.

Córdoba y Sevilla, 17 y 18 de Julio de 1936

Xavier estaba en Andalucía, organizando los piquetes de obreros armados que le había encargado la CNT-FAI, cuando se inició la sublevación militar franquista. Había contactado a la famosa actriz Rosita Díaz Gimeno que era, junto a Imperio Argentina, una de las dos grandes actrices del cine español de la 2ª República. Rosita estaba en Córdoba, filmando bajo la dirección de Fernando Delgado, las últimas escenas de “El genio alegre”, en la que hacía el papel principal. El galán era Fernando Fernández de Córdoba, después famoso como voz oficial del franquismo, locutor del “Parte de la Victoria” y habitual en el NO-DO, nombre de los odiosos noticieros y documentales que se proyectaban obligatoriamente en los cines españoles antes de la película, entre 1942 y 1976. Fernández de Córdoba, que estaba del lado de los sublevados desde el inicio, denunció a Xavier Vilanova y a Rosita como espías, por haber recibido ella una llamada de Madrid, seguramente de su novio, Juan Negrín Mijailov, el hijo del que poco después sería sucesivamente ministro de hacienda en septiembre de 1936, y presidente del gobierno en mayo de 1937, Juan Negrín López. Rosita fue detenida junto a otros artistas del equipo que parecían tener “simpatías izquierdistas”. Xavier logró escaparse y llegar al lado republicano, en Barcelona, después de tres dias de fuga, casi sin dinero y sin documentos.

No se sabe qué pasó en los calabozos de Córdoba y Sevilla, detenida por los sádicos comandados por Queipo de Llano, famoso por sus dotes de torturador y asesino, pero mucha dignidad debió dejar Rosita en la prisión, porque salió viva, aunque quedó detenida durante meses. Tampoco se saben los compromisos a los que debió llegar con los jefes del bando faccioso franquista. Al final, después de publicada la falsa noticia de su fusilamiento, fue suelta en mayo de 1937 y, desde El Havre embarcó hacia Hollywood donde filmó “La vida bohemia”. Es probable que fuera canjeada por otros presos que mantenían los republicanos. Dice Xavier Vilanova que se comentaba que hasta el poderoso franquista Ramón Serrano Suñer parecía haber entrado en las negociaciones.

El caso es que al estallar la guerra civil, Rosita era una estrella que cubría las tapas de las revistas. Asediada por los periodistas y admiradores, despertaba una enorme simpatía por su carácter risueño, de mujer moderna, lectora y anticonvencional en todo su comportamiento. Era una mujer de la 2ª República, y tal vez por ello se casó con Juan Negrín Mijailov, hijo del que poco después sería ministro de Hacienda republicano en septiembre de 1936, y presidente del Gobierno en mayo de 1937, Juan Negrín López. Y por el mismo motivo, seguramente, le donó a la causa anarquista de la CNT-FAI una gran cantidad de dinero, una pequeña parte del cual pudo llevarse Xavier Vilanova, escondido entre la ropa pobre y roída con la que huyera a toda prisa de Sevilla a Barcelona.

Vilanova finalmente llegó a la capital de Cataluña en plena revolución, y allí mismo se pasó los 3 años de la guerra contra el franquismo hasta que por fin, el 28 de marzo de 1939, -unos pocos días antes de las batallas finales que le dieron el triunfo y el poder total de España a Franco-  fue tomado prisionero por una patrulla de los sediciosos;  aunque hay una version que dice que estuvo preso en manos de la fracción republicana vinculada al PCE y la “cheka” enviada a España por el PC de la URSS al mando de Stalin.
Probablemente fue así nomás, porque el registro de la iglesia de Jerez de la Frontera, Cádiz, que actuaba en esos días en lugar del registro civil, lo hace constar –en agosto de 1939- como “residente a dos cuadras del nuevo Regimiento de Artillería Antiaérea n.º 74 creado en base al cuartel Fernando Primo de Rivera, también conocido como El Tempul”.

Y si en agosto, a escasos 4 meses del último parte de la Guerra Civil, firmado por Franco el 1º de abril de 1939, día final del conflicto, Xavier Vilanova estaba libre, es porque no fueron los franquistas los que lo detuvieron en marzo de ese mismo año. Y eso explica –por lo menos a los ojos del historiador Rojo- que Xavier pidiera trabajo entre las huestes de desocupados que Franco ofreciera, poco tiempo después a quién más le debía su victoria en la guerra: el tirano nazi Adolf Hitler. A comienzos de la 2ª Guerra Mundial pocos meses después de terminada la Guerra Civil em España, Franco había mandado 25 mil trabajadores voluntarios para ayudar la economía del Tercer Reich. Pero las fábricas alemanas sufrían bombardeos cada vez más intensos, y muchos de estos voluntarios abandonaron Alemania embarcando en la marina mercante con la esperanza de poder bajar en algún muelle de un país neutral. Era una opción de mucho riesgo, porque las fuerzas aéreas y navales aliadas impedían que las embarcaciones llegaran a buen puerto. Otros trabajadores, sin embargo optaron por seguir comprometidos con la causa nazi y se unieron a la “Organisation Todt”, una fuerza militarizada de trabajo de construcción e engeniería fundada por Fritz Todt, que fue anexada al ejército y estuva activa durante toda la 2ª Guerra. La principal tarea del grupo era construir las infraestruturas de comunicaciones y de defesa, incluyendo fábricas de armas y campos de concentración.

Xavier Vilanova, viajando entre el contingente de obreros voluntários, evitó unirse a una unidad de las SS-Waffen ya que temía que descubrieran su pasado si intentaba incorporarse sea por médio de la “Organisation Todt” o de la Legión Española dentro de la propia Wehrmacht.

Estaba Xavier em suelo alemán, cuando pronto el número de voluntarios se incrementó con los veteranos repatriados de la “División Azul” que habían sido enviados por el gobierno español al Tercer Reich para apoyar la invasión a la URSS; Xavier Vilanova, como otros muchos, opto sin embargo por empezar pidiendo un reclutamiento como trabajador no especializado, con la esperanza de que los servicios prestados le valieran algún tipo de preferencia a la hora de servir militarmente al Reich, algo que le parecia inevitable.

Mientras tanto, en Francia, por donde Xavier pasó antes de ir a Alemania, la concentración de refugiados republicanos y de españoles en general era más intensa, hubo un endurecimiento de la política de internamiento bajo el régimen de Vichy que obligaba a los republicanos al esfuerzo de guerra, en las “Compagnies de Travailleurs Étrangers”, y más tarde en los “Groupements de Travailleurs Étranger”, de 1940. Entre 1942 y 1943, 26 mil trabajadores fueron enviados, encuadrados en las canteras de la Organisation Todt en la costa atlántica.

Pero la mayor avalancha de refugiados españoles ocurrió a causa de la caída de Barcelona en febrero de 1939. Más de medio millón de personas huyeron a Francia. Sobre todo al principio, gran parte fue internada en los campos que el gobierno francés de Daladier creó, donde los exiliados eran seleccionados y luego ubicados en los improvisados “centres d’accueil”. El primer campo de este tipo en Francia fue Argelés, inaugurado el 1º de febrero de 1939. Con la entrada masiva de refugiados entre el 5 y el 9 de febrero, el 8 ya fue abierto el campo de Saint-Cyprien. Los dos campos estaban destinados a los exiliados que entraban por los puestos de frontera de Cérbere y Le Perthus. Para los que entraban por otros puntos fronterizos, se abrieron los campos de Vallespir y de la Cerdaña: Arles-sur-Tech y Prats de Molló, con condiciones deplorables, lo que produjo en los primeros meses el regreso a España de la mitad de los refugiados de inicio en Francia.

Como la Guerra Civil termina el 1º de abril de 1939 con la victoria del bando sublevado, y 5 meses después, el 1º de septiembre, estalla la 2ª Guerra Mundial, Berlín pide un mayor compromiso en la guerra a Franco -que hasta entonces se declara neutral- como compensación a la ayuda prestada por el Tercer Reich a los nacionales, con la participación en España de su “Legión Condor”. En junio de 1940, Italia entra en la guerra, y 2 días después, Franco cambia la postura oficial española de neutral, por la de “aliado no beligerante”. Así nace, con una cierta vergüenza de mostrarse, la 250ª División de Infantería de la Wehrmacht llamada en España “División Española de Voluntarios”, y conocida como la  “250 Infanterie-Division” por los alemanes, o popularmente “División Azul” o “Blaue Division”. Fue la unidad de voluntarios españoles que formó una división de infantería dentro del ejército del Tercer Reich para luchar contra la Unión Soviética y que llevó entre 1941 y 43, unos 50 mil entusiastas a participar en las batallas periféricas al sitio de Leningrado.

Finalmente, el 22 de junio de 1941, Hitler lanzó de sorpresa la “Operación Barbarroja”. La invasión a la URSS era la ocasión ideal para que el régimen franquista entrara en escena, enviando al grupo de voluntarios a saldar su deuda con Hitler, de modo de seguir con su estatus de “no beligerante”, al no haber declaración oficial de guerra a los soviéticos.

A las 15:45 del domingo 13 de Julio de 1941, Xavier Vilanova y Juanjo, ya de regreso de 19 meses de trabajo en Frakcfort, se mezclaban, aterrorizados por dentro, a la multitud que despedía al primer grupo de divisionarios que partía en tren desde la estación del Norte de Madrid. Veían con horror el resultado fatal de la derrota republicana en la Guerra Civil: 19 grupos de casi mil soldados cada uno, partían a lo largo de diez días hacia Alemania desde varias capitales españolas. Cuatro grupos salieron de Madrid, otros cuatro desde Sevilla, dos desde Valencia, dos desde Burgos y otros dos desde Vitoria. Mientras, Zaragoza, Barcelona, Lérida, La Coruña y Valladolid enviaron un grupo cada una. Número total de las tropas: 18104, entre 2612 oficiales y 15492 soldados.

Lloraban Juanjo y Xavier, de indignación y de frustración, cuando leían las noticias de la prensa franquista que contaba cómo, el 31 de julio, ocho días después de empezar la instrucción militar en territorio alemán, las tropas españolas hicieron el juramento al Führer. En el campo de entrenamiento de Kramemberg formó toda la división, acompañada de una compañía de honor alemana, presididas por las banderas del Reich alemán y de la España franquista.

¿Juráis ante Dios y por vuestro honor de españoles, absoluta obediencia al jefe de las Fuerzas Armadas alemanas, Adolf Hitler, en la lucha contra el comunismo, y juráis combatir como valientes soldados, dispuestos a dar vuestra vida en cada instante por cumplir este juramento?

El día 20, según le cuenta Juanjo a Xavier que detallaban los diarios, empiezan a salir los trenes con los españoles voluntarios, 66 grupos en total, llevando la “División Azul” desde Alemania hacia Rusia. Desde el campamento bávaro viajaban hacia el norte, siguiendo dos rutas alternativas según el tráfico ferroviário: una por Leipzig y Berlín, y otra a través de Chemnitz y Cottbus, para confluir más adelante en Küstrin. Desde allí el convoy giraba al este, cruzando el Corredor del Danzig y el río Vístula. Tras el largo viaje de 1600 km y varios días de duración, fueron llegando a las cuatro ciudades designadas -Treuburg, en Prusia Oriental, y las polacas Suwalki, Grodno y Reuss- para esperar que toda la tropa terminase el desplazamiento.

Los soldados españoles de las SS-Waffen y de la Wehrmacht combatieron principalmente en el frente oriental, pero también en los Balcanes, contra la Resistencia en Francia, y lucharon a muerte en la batalla final de la 2ª Guerra Mundial: la defensa de Berlin en 1945. Es difícil calcular el número de veteranos de la División Azul que sirvieron en las SS-Waffen –le cuenta Xavier a Juanjo- ya que los registros alemanes de reclutamientos son escasos. Las fuentes históricas señalan que no más de mil españoles sirvieron a la Alemania nazi después de junio de 1944.

Continuará,
Javier Villanueva. Buenos Aires, 14 de mayo de 2015.




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