segunda-feira, 31 de outubro de 2011

Los vengadores de la Patagonia Trágica





        Los vengadores de la Patagonia Trágica       


El 2 de enero de 1921 llega a Puerto Santa Cruz, en la Patagonia argentina, el 10° Regimiento de Caballería. Son los "Húsares de Pueyrredón" a mando del gobierno federal; al frente está el teniente coronel H.Benigno Varela. Vienen en son de guerra, a reprimir.

Seis días más tarde llegan a Río Gallegos fuerzas de marina y una sección del 20° de Caballería; son treinta y cinco hombres que descabezan la huelga a manu militari. La Federación Obrera Marítima, oficialista, por estar vinculada a los hombres del gobrieno radical de Yrigoyen, reinicia las tareas enfrentando a Soto y a la Sociedad Obrera, que optan por levantar el paro.

El 29, llega el gobernador Yza, mediador entre la patronal y los huelguistas. Y el 16 de febrero, una asamblea de peones con 627 delegados acepta las condiciones del gobernador; el bando del Toscano y "68" continuarán sus correrías. Algunos peones entregan las armas, lo que no satisface al teniente coronel Varela: "si ustedes me traicionan, volveré y los fusilaré a todos", amenaza.

El día 22, el llamado "laudo Yza" recibe el visto bueno de las partes en conflicto. El acuerdo, favorable a los trabajadores, los obliga a deponer armas y entregar los rehenes. Los ganaderos, comerciantes y las organizaciones patrioteras no están conformes. El gallego Soto, criticado por los socialistas y comunistas, se enfrenta al Toscano y a su socio, el 68, y a los propios anarquista del Noveno Congreso que respondían a la Federación Obrera Marítima.

Veamos las condiciones del "Laudo YZA", que es aceptado por las partes y homologado por el Departamento Nacional de trabajo de Buenos Aires: 1º: Los suscriptos se obligan, dentro de términos prudenciales que las circunstancias locales y regionales impongan, proveer las condiciones de comodidades e higiene de sus trabajadores, consistentes en:

a) Las habitaciones de los obreros serán amplias y ventiladas, y dentro de lo posible, en cada pieza no dormirán más de tres hombres. Se proveerán cabinas con colchones de lana por cuenta del establecimiento.

b) La luz de la sala común será por cuenta del establecimiento y también el fuego en el invierno. Cada trabajador será provisto de un paquete de velas mensuales.

c) El sábado a la tarde será libre para los obreros; en caso de excepción será otro día de la semana.

d) La comida será de tres platos cada una.

e) Cada estancia tendrá un botiquín de auxilio con sus instrucciones en idioma nacional.

f) Los patrones quedan obligados a devolver al punto de donde los tomó a los obreros que despida o no necesite.

2º: Los carreteros

c) Tendrán un día semanal de descanso y el medio día del sábado para lavar la ropa.

3º: el pago de jornales deberá abonarse mensualmente (...)

Los obreros serán asegurados contra accidentes de trabajo.

El horario de trabajo será de ocho horas en el recinto de los respectivos establecimientos.

Los víveres en todas las salidas serán por cuenta del patrón.

Los puntos del cuarto al décimo corresponderán a las condiciones de los ovejeros, puesteros, arreos particulares, peones, carreteros, cocineros y campañistas, o domadores.

En relación a los sueldos queda establecido para los ovejeros un sueldo mensual de $140 moneda nacional; para peones de $120; y para los carreteros, $130.

Adicional: Los firmantes celebran este contrato con la Sociedad Obrera de Río Gallegos y se comprometen a reincorporar el personal que tenían empleado el 1° de noviembre de 1920, abonándosele la mitad de los sueldos que tenían asignados en las planillas de las estancias (...).

Río Gallegos, 22 de febrero de 1921


La Tragedia anunciada, día a día:

25 de marzo: empieza la huelga en el frigorífico Swift de Río Gallegos.

31 de marzo: recobran su libertad en Puerto Deseado los huelguistas presos.

Julio: en Puerto Santa Cruz hay enfrentamientos entre trabajadores y la Liga Patriótica dirigida por el comisario Sotuyo. Los ganaderos desconocen el Convenio Yza, argumentando una baja en el precio de la lana.

Septiembre: empieza la huelga la Federación Magallánica de Punta Arenas.

Día 15: Antonio Soto delega a Félix Pinto la dirección de la sociedad Obrera e inicia su gira de afiliación por el interior de Santa Cruz; rompe con el grupo de el Toscanoya y ya no volverá a Río Gallegos.

Día 20: empieza el boicot de los estibadores de Río Gallegos a la empresa Braun. Enfrentamientos con los trabajadores "libres", rompehuelgas traídos por la empresa. La Liga Patriótica allana el local de la Federación Obrera y la destruye.

1° de Octubre: la Cámara de Diputados de la Nación deroga la pena de muerte. Un hecho jurídico y político importante, que será abiertamente ignorado a la hora de "liquidar" el conflicto.

Día 8: captura de el Toscano y de su "Consejo Rojo", capturado y entregado por los peones afiliados a la Federación.

Día 20: en Puerto Santa Cruz, la Sociedad Obrera dirigida por Ramón Outerelo lanza un nuevo pliego de condiciones laborales, que, entre otros, propone la jornada de ocho horas, escala salarial que va de los peones ($120m/n por mes) a ovejeros, conductores de carros, domadores, arreadores, esquiladores, peones por día, cocineros y ayudantes; reconocimiento de horas extras, y condiciones de higiene para el personal de las estancias ya propuestos por el Laudo Yza.

Día 24: allanamiento y clausura de la Federación Obrera de Río Gallegos, Puerto Deseado, San Julián, Puerto Santa Cruz y detención de los dirigentes obreros.

Declaración de huelga general en todo el territorio.

28 de octubre: manifiesto de Antonio Soto "A los trabajadores en general":

"Acordaos de aquellas palabras del funesto Correa Falcón calificándonos de mentecatos y cobardes. Y lo seremos si ante las ignominias cometidas por las autoridades para proteger a usureros capitalistas no nos levantamos lanzando fuertes gritos de protesta (...) Compañeros: No debéis trabajar hasta que los deportados vuelvan a nuestro seno, y sean puestos en libertad los que están en la cárcel.¿Qué nada tengan que reprocharnos los sindicatos hermanos tildándonos de cobardes! ¡Imitemos a los de Comodoro Rivadavia que no volvieron al trabajo hasta obtener la libertad de los deportados!".

En un nuevo manifiesto "a los trabajadores de todo el país" expresa:

"Cuando creíamos más segura la paz y el trabajo, después los luctuosos sucesos del movimiento pasado, se alza la reacción bárbara, característica de esa cueva de Arrivistas Degenerados, de ese Club de proxenetas, llamada Liga Patriótica, con su estandarte Trabajo Libre (...) Patriotas de bolsillo cuyo lema es Patria y Carlés, tratan de frenar nuestras justas aspiraciones a un poco más de pan, con deportaciones a mansalva, haciendo caso omiso de las leyes que ellos mismos pregonan y de la constitución que al parecer pasó a la historia (...) ¡Trabajadores del campo!, neguémonos a producir para estos zánganos de la bandera...".

En Buenos Aires el gobierno radical de Yrigoyen llama nuevamente al Teniente Coronel Varela para "pacificar" el territorio.

10 de noviembre: llega Varela a Río Gallegos imponiendo "la pena de fusilamiento" contra los peones y obreros en huelga.

Día 14: fuerzas del ejército apresan y fusilan a un grupo de "revoltosos" en Punta Alta, cerca de Río Turbio y de las Fuentes del Coyle.

El gobierno chileno colabora con la represión argentina, permitiendo el paso por su territorio en persecución de los huelguistas. Hay 30 fusilados.

En Cerro Baguales, al sur de Lago Argentino, es ejecutado el Secretario de la Federación Obrera de Río Gallegos, Félix Pinto, reemplazante de Antonio Soto junto con dos compañeros. En total, tres fusilados.

Día 17: en Paso Ibáñez, hoy llamado Comandante Luis Piedra Buena, y en Río Chico, el ejército toma 500 prisioneros. Los huelguistas veían a las fuerzas del ejército como garantía de paz y solución del conflicto por lo que, en general, se entregaban en masa, actitud que se podrá comprobar más adelante.

Día 19: llega a Paso Ibáñez una columna de mil huelguistas con rehenes de las distintas estancias.

Día 21: las fuerzas de marina del crucero "Almirante Brown", que protege el frigorífico Armour se encuentran en Río Santa Cruz. Los peones que quieren entregarse a las fuerzas del ejército levantan banderas blancas.

Día 24: encuentro del represor Varela con los jefes de los huelguistas, Outerelo, Avendaño y García, que proponen condiciones para deponer la actitud que son rechazadas por el jefe militar que les exige la rendición incondicional.

Día 25: en Paso Ibáñez los huelguistas ponen en libertad a los rehenes de las estancias cordilleranas.

Cuenta Osvaldo Bayer que "centenares de peones huyen en camiones, autos y de a caballo"; Avendaño se dirige hacia Río Chico con un grupo, mientras que Outerelo se va hacia San Julián.

Del 26 al 27: Varela "procede sin consideración" fusilando en río Chico y Paso Ibáñez. Según el parte del militar: "seis muertos, entre ellos el cabecilla Avendaño".

Día 29: en el paraje El Perro, cerca del Lago Argentino, se produce una batalla entre los soldados del capitán Viñas Ibarra y la columna de huelguistas de Antonio Soto. Hay 20 muertos de éstos y un herido casual entre los soldados.

1° de diciembre: en estancia "Bella Vista", de Paso Ibáñez habrán 55 fusilamientos; en Cañadón León, ahora llamado Gobernador Gregores, serán 15 los muertos, un total de 70 huelguistas fusilados sin juicio previo, entre ellos Ramón Outerelo, secretario de la Federación de Puerto Santa Cruz.

Según el verdugo Varela: "Quedaron prisioneros 430 individuos, 4.000 caballos, unas 200 armas largas, 30 revólveres, gran cantidad de munición, mercaderías por valor de $ 50.000. Resultando en la refiega 12 individuos muertos, entre ellos el cabecilla Otorello, uno de los más peligrosos y promotor del movimiento sedicioso".

Lo que dice el teniente coronel se contradice con el testimonio del subteniente Loza que testifica: "480 individuos, 296 fusiles, 49 revólvers".

Outerelo, según cuenta el historiador Osvaldo Bayer, habría salido "al encuentro de las tropas para negociar y vuelto con un emisario militar y otro civil, arreglado las condiciones de entrega con los obreros y, una vez realizada la rendición, habría sido fusilado por el propio Varela"

Del 2 al 6, entre los lagos Viedma y Argentino acampa "el gallego" Soto con unos seiscientos huelguistas.

Del 7 al 12, en estancia "La Anita", propiedad de Menéndez Bety, cerca del Lago Argentino, en el cruce actual de las rutas N° 50 y 15, el principal grupo de Antonio Soto se entrega al capitán Viñas Ibarra. El parte militar dice: "420 revoltosos son hechos prisioneros, se rescatan 3.000 caballos, 180 armas largas".

En la zona habrán entre 250 -según relata una fuente anarquista- y 140 -según los números de la policía y de algunos pobladores-, huelguistas fusilados.

Antonio Soto huye hacia la cordillera con un pequeño grupo. Un testigo de total confianza de los hechos le dirá a Bayer cincuenta años después: "Yo estuve siempre contra la huelga, creo que hacerla fue una cosa de locos en aquellas circunstancias; pero por más culpables que hubieran sido los huelguistas no había por qué fusilarlos de esa manera, fue un crimen, un crimen horrible matar así a gente desarmada sin preguntárseles siquiera cómo se llamaban. No comprendo cómo el ejército argentino pudo hacer una cosa así". Años más tarde la costumbre fusiladora se confirmaría.

Y repitiendo las palabras del alemán Otto antes de ser fusilado: "Ni en la guerra europea se mataba a los prisioneros desarmados".

El día 15, el represor Varela viaja en tren a Las Heras atrás de una columna de unos 400 huelguistas comandados por José Font, el "Facón Grande". Un grupo de la columna se separa y asalta el comercio "La Anónima " de Pico Truncado.
Del 17 al 21, en Estancia San José, al sur del lago Cardiel -y según el parte de guerra del capitán Elvio Anaya- habrán tres muertos, entre ellos Albino Argüelles, secretario de la Sociedad Obrera de San Julián, y según cuenta un poblador: "Yo calculo que fueron muertos alrededor de cincuenta" y, según un testigo insospechado, el comisario Guadarrama, habrían sido ejecutados entre 45 a 55 peones.

El capitán encargado de la represión en la zona oeste detalla: "...fueron tomados 2.000 caballos, 140 mulas, víveres, 55 armas larga, 61 revólvers, 129 armas de filo, vestuarios y abundante equipo y munición".

Bayer aclara: "Tenían 55 armas largas, para un total presumible de 300, 61 revólveres y ¡129 armas de filo!. Llámese cuchillos. Quiere decir que ni siquiera cada uno tenía un cuchillo por persona".

Entre el 20 y el 24, en Tres Cerros, ya sobre la ruta 3, el capitán Anaya fusila a ocho huelguistas. En el parte dirá que tomó "223 prisioneros, 47 armas largas secuestradas, 53 revólvers y pistolas..."; no figuran en su informe los muertos. Establecía de esta forma, con el silencio, un cruel precedente a la tradición militar argentina de producir "desaparecidos".

Del día 18 al 20, Varela contacta en Tehuelches -al norte del territorio y sobre la línea férrea que va de Puerto Deseado a Las Heras, punta de riel- con la montonera de Facón Grande. Tras un tiroteo de cuarenta minutos, las fuerzas militares se retiran hasta Jaramillo con un soldado muerto. La causa del enfrentamiento se debió más al nerviosismo del momento que a una decisión de abrir fuego contra el ejército, ya que los huelguistas lo creían una garantía a sus reclamos, como había ocurrido el año anterior.

El día 22, igual que los demás grupos de peones rebeldes, la columna del gaucho Facón Grande se entrega a las fuerzas del Ejército, y serán fusilados sin juicio previo cuarenta personas, entre ellas, José Font, entrerriano, dueño de una numerosa tropa de carros, llamados "chatas", centenares de caballos, y de un gran carisma de caudillo popular.

Y quienes fueron los responsables por esta sucesión de traiciones, fusilamientos sin tribunales y detenciones masivas? Los grandes ganaderos latifundistas de la Sociedad Rural y a los comerciantes en la Liga de Comercio.

Las inmensas explotaciones en manos de unos pocos extranjeros, sobre todo ingleses, The Monte Dinero Sheep Farming Company, o los Braun Menéndez con 1 millón 250 mil lanares que producían 5 mil toneladas de lana, y que tenía compañías mineras, bancos, frigoríficos, barcos de gran tonelaje, puertos, empresas telefónicas, de seguro, de electricidad, curtiembres, lavaderos de lana, tanto en Chile como en Argentina: un verdadero monopolio internacional.

También había explotaciones chicas, que más sufrían con las bajas internacionales de la lana, ya que el auge de los precios pasó con la guerra de 1914-1918, y su caída provoca desocupación y baja de los sueldos.

Este frente de los grandes ganaderos y comerciantes no es homogéneo, pues los pequeños y medianos ganaderos poco tienen en común con los Menéndez Bety o la Farming.

La patronal se expresa en la Liga Patriótica, de fuerte participación en los sucesos de la Semana Trágica en el Buenos Aires de 1919, y en la Asociación Pro Patria, ferozmente antiobrera.

A su vez, los trabajadores de la FORA -Federación Obrera Regional Argentina-, dividida en el Quinto Congreso, de mayoría anarquista ortodoxa, y el Noveno Congreso, próximo al gobierno radical de Hipólito Irigoyen, organizados en la Sociedad Obrera de Río Gallegos, comandada por el anarquista español, Antonio Soto, "el gallego" Soto.

En tercer lugar, es responsble el Estado representado por el gobernador interino -de 1919 a 1920- Correa Falcón, gerente de la Sociedad Rural. Lo reemplazará el yrigoyenista Angel Yza en febrero de 1921.

Leia mais em nossas fontes: BAYER, Osvaldo: "Los vengadores de la Patagonia Trágica". Editorial Galerna. Tomo I y II 1972; T. III 1974. Editorial Planeta (1992 y 1997) "La Patagonia Rebelde" en cuatro tomos. "Vencedores y Vencidos", Cronología del movimiento huelguístico en Santa Cruz de 1920-1921, Ángel Uranga.

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