sexta-feira, 7 de setembro de 2012

Amor y sexo bien andante.



No es nada fácil. En realidad es bastante lento y delicado. Se necesitan meses para entender la sintonía exacta, hacer el ajuste fino y definir cada paso, el orden y la secuencia de los sucesivos movimientos.
Cuando pensamos que se puede hacer rápido y al son de la urgencia, inevitablemente fallamos. Hay que volver dos o tres casilleros o peor aún, reiniciar el juego.
Empezar de nuevo. Aprender con cada aproximación, repensar las tácticas. Nada más ni nada menos. 
De chicos creemos que se trata nada más que de entrar y salir. Vamos creciendo y entendiendo que antes  de entrar hay que jugar bastante. ¿Jugar? ¿Como los chicos? Sí, o mejor dicho, como los chicos y chicas. O, pensándolo mejor, como las chicas. ¿Sabés cómo juegan este juego las chicas?

No, caminar no es fácil. Cuando queremos apurar el paso, y nos olvidamos de lo que aprendimos, esto es, cómo lo hacen las chicas, al rato ya nos cansamos de tanto andar, bien andados, quedamos literalmente extenuados. Así como un caballero andante obligado por la puntualidad, mas bien andantes somos en esta vida , que lo que fue el Quijote, caballero andante.

Y así, después de muchas tentativas, fracasos y aciertos, ya sé que hoy soy  un virtual caballero andante: soy valiente, comedido. Pasa el tiempo y entiendo que como es uso y costumbre de los buenos andantes, sé que no hay camino, y que hago y rehago mi huella al andar. Y así van mis buenos andares, como lo hacen las chicas, sin apuro.

JV. São Paulo, en una primavera caliente, seca y sin lapachos, de 2012.



Nenhum comentário:

Postar um comentário