quinta-feira, 10 de março de 2016

Maria Teresa Carbonell, 90 años, ex-militante del POUM: "No caigas en la mezquindad"



Maria Teresa Carbonell, 87 años:

Maria Teresa Carbonell, 90 años, ex-militante del POUM: 
"No caigas en la mezquindad"

Sentada delante de su pantalla gigante con iconos desmesurados que le permiten, a pesar de sus problemas de visión, trabajar en internet y consultar datos históricos que le interesan. Sobre la mesa, un libro de François Tosquelles, L'enseignement de la folie, cuyas líneas repasa gracias a una lupa electrónica. "Era un psiquiatra reusense -nos ilustra- miembro del POUM, que tenía por pacientes a médicos -al gremio, vaya- y enseñó la importancia del respeto a los enfermos mentales".


Maria Teresa no le cuesta leer en francés. No en vano trabajó de joven, en París, como traductora para la agencia France Presse. Llegó a la ciudad de la luz con apenas 24 años. Antes ya había cursado en Barcelona la carrera de Filosofía y Letras, "pero no tuvimos muy buenos profesores porque los buenos habían tenido que salir por piernas, exiliados, por culpa del franquismo".

Su fórmula para seguir en activo es meridiana: "No te dejes arrastrar nunca por las cosas sórdidas que te traiga la vida, que te las traerá. A cierta edad, ¡no caigas en la mezquindad!". Nada poquito a poco, por donde te lleve la existencia, "pero procura, pase lo que pase, mantener siempre la cabeza fuera del agua", añade.

Los de su generación siempre cuentan que les robaron su juventud. "Es cierto. El franquismo fue un pozo negro que nos engullía, vivimos el oscurantismo medieval". Decidió quedarse en París y ganarse la vida dando clase de castellano. "Me decían '¿dónde vas tú ahora? Si allí te vas a encontrar la tercera guerra mundial'...Yo me reía", recuerda divertida. El sentido del humor es algo que cultiva, no la ha abandonado jamás, incluso en los peores momentos. (por , La Vanguardia,11/03/2013)


En agosto María Teresa Carbonell -nacida en Barcelona,en 1926- cumplirá 90 años. Wilebaldo Solano hubiera cumplido 100 en julio. Casi un siglo de historia común, de amor y de pelea valiente por los ideales marxistas frente a la persecución fascista y estalinista a la que fue sometida la militancia del POUM. Sólo los separó la derrota en la Guerra Civil. Y la parca, que se llevó al histórico dirigente del Partit Obrer d’Unificació Marxista el 17 de septiembre de 2010. 

María Teresa Carbonell recuerda la Revolución del 36. “Me acuerdo que desde mi casa veíamos el campanario de la iglesia de Sants y se veía la silueta del cura con un fusil que tiraba contra el pueblo. Y mi madre gritaba ‘asesino’ -afina la voz imitando la de Luisa-. “Me acuerdo muy bien de los camiones de milicianos pintados de rojo y negro con las siglas CNT-FAI y de la gente que salía a la calle con el puño en alto. Los primeros tiempos fueron algo fantástico y lleno de grandes esperanzas”.

A Wilebaldo lo conocí en 1938, cuando empezó la represión estalinista contra el POUM y detuvieron al Comité Ejecutivo. Él era entonces el secretario general de la Juventud Comunista Ibérica (JCI) del POUM y el partido lo escondió en mi casa. Y para nosotros, los tres hermanos, fue la gran juerga. En casa hacía las reuniones; jugaba con nosotros como si fuera un niño. Era como de la familia”. Ella sólo tenía 11 años, pero confiesa la gran admiración que sentía por el joven de 21. “Y ese es siempre el primer paso”, apostilla con otra risa.

La represión que relata Carbonell fue consecuencia de los Hechos de Mayo que desencadenaron la persecución a los marxistas y el secuestro, torturas y asesinato de su líder, Andreu Nin, a instancias del espionaje soviético. Moscú era el principal proveedor de armas de la República y la presión rusa contra el POUM terminaría con su ilegalización, la persecución de sus dirigentes y la calumnia histórica que los vinculó al fascismo. “Los del Partido Comunista tenían mucho dinero porque a la URSS le interesaba mantenerlos. Tuvieron mucho poder y lo emplearon para hacer desaparecer el POUM”, se queja.

Tras ocho meses escondido, Wilebaldo fue detenido y llevado a la prisión barcelonesa de la calle Galileo. María Teresa le llevaba comida o material, como una mesa plegable, para que editase el periódico Juventud Obrera. “La cárcel era un antiguo convento y me contaba que en las celdas había un cartelito que ponía ‘piensa que dios te está mirando’. Pero podía reunirse, discutir. Aquello era una maravilla al lado de las cárceles francesas en las que estuvo después”.

Con la caída de Barcelona, Solano fue trasladado a la frontera. Desde el exilio, escribía a la familia Carbonell y a María. Decenas de cartas en las que narraba sus intentos de reconstruir el partido, primero, y las penurias de su detención y condena por el régimen de Vichy, después. “El juez dijo que, como era tan joven y ‘había hecho tanto daño’, lo condenaba a 20 años de trabajos forzados”. María Teresa mandaba, en sus cartas de vuelta, revistas de medicina para que pudiera terminar el año de carrera que le faltaba al salir de prisión.

La buena nueva llegaría el 19 de julio de 1944, cuando fue liberado por un comando de la Resistencia francesa a la que se unió, junto a militantes marxistas y de la CNT, con los que fundó el Batallón Libertad; una compañía de Maquis que liberó varias localidades del oeste francés. Acabada la II Guerra Mundial, Solano unió su trabajo de periodista en France Presse con la reorganización del POUM.


Memoria del POUM

Mientras, en Barcelona, la joven María Teresa se dedicaba a sus estudios de Filosofía y Letras y francés. “Cuando terminé la carrera pedí una beca para cursar Literatura francesa en La Sorbona. Y el 6 de octubre de 1950 -cómo iba a olvidar esa fecha- me reencontré con Wile en París”. 

No obstante, dice Carbonell que ella aún estaba en otra cosa. “Veía de vez en cuando a Solano que ya se había convertido en el secretario general del POUM, discutíamos, pero yo estaba obnubilada porque era libre. Aquí en Barcelona si querías salir una noche tenías que ir acompañada de un hermano o de una carabina. Allí no. Allí los jóvenes vestían como se viste ahora aquí. Era genial ver a un joven y no saber, por su indumentaria, si era hombre o mujer”. 

María Teresa y Wilebaldo se casaron en el 52; en el 54 ya tenían una casa que era sede de la izquierda internacional. “Trabajé mucho para el partido en el exilio. El POUM tenía muchos contactos con muchos partidos de muchos países y mi casa siempre estaba llena. Venía gente de América Latina, sindicalistas de Japón… Y gente de España, como Felipe González o Alfonso Guerra. ¡Carillo, no! –exclama-. Carrillo enviaba a su machacante, un secretario mejicano, para restablecer relaciones. Pero Solano no quiso jamás”.

Muerto el dictador, el Partido Obrero de Unificación Marxista trató de reconstruirse de nuevo en España, pero jugó papel pequeño durante la Transición, más allá de la pesca que hizo el PSOE entre su militancia. “¡Que se arrepintió después!”, dice María Teresa. No logró representación en las elecciones democráticas del 77 y, tras las autonómicas catalanas de 1980, abandonó la actividad. Pero no se disolvió ni renunció a la restitución de su memoria.

En 1988 se creó la Fundación Andreu Nin porque era la mejor forma de reagrupar a los que pensábamos igual y mantener a la vez el legado histórico y político del POUM”. Y vuelve su presidenta a la represión estalinista. Y a la mentira azuzada por el PCE: “Con los años —porque muerto Franco ni el Partido Socialista se atrevió a hablar de nosotros— hemos conseguido sacar a la luz la verdad sobre Nin y sobre el POUM. Ha costado, pero lo consideramos no sólo un asunto de memoria sino de justicia”.

A pesar de que pronto será nonagenaria, María Teresa sigue con tesón entre conferencias y libros. Participó en la presentación de Bienvenido Mr Loach, sobre el making off de la película de Ken Loach, Tierra y Libertad. Y aunque dice que no es una pitonisa, se atreve a predecir un futuro tan luminoso como sus sonrisas: “Vivimos un momento muy interesante. No sólo por los hechos políticos sino por la evolución de la gente, de la conciencia colectiva que está avanzando y, con ella, la política”. Vuelve a reír generosa cuando concluye: “Yo estoy muy esperanzada. Y sólo espero vivir unos añitos más para verlo”.

24/02/2016

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http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2013/04/george-orwell-john-dos-passos-y-mika.html

http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2012/10/el-partido-obrero-de-unificacion.html

Um comentário:

  1. Me encanté con la historia. Y en piel de página de mi cuento de la semana en el aRTISTA aRTEIRO indico su lectura.

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