Las tres culturas y la Escuela de Traductores de Toledo.
La llegada de los musulmanes a la península Ibérica en 711, produjo la caída del Reino Visigodo y, por tanto, el fin de Toledo como capital, que fue tomada sin resistencia. Durante el dominio califal, Toledo se embelleció con nuevos edificios, destacándose las dos mezquitas, la de Bid al-Mardum, luego convertida en la ermita del Cristo de la Luz, y la mezquita de Tornerías, también convertida.
En los siglos de la Reconquista - de 711 a 1492-, los reinos cristianos peninsulares eran una sociedad pujante, que compensaba su escasez demográfica con una vitalidad rudimentaria, de cultura muy limitada, luego que la invasión islámica asolara el mundo visigodo.
En el siglo XII, entró en Al-Ándalus y en Sicilia un aluvión de escritos árabes, judíos y griegos, llevando conocimientos traídos de todo el Viejo Mundo, desde el grecolatino hasta Persia y Babilonia, gracias a la gran extensión del islam. Los eruditos árabes llevaron valiosa información, importada o propia, en la medicina, botánica, geografía o farmacología, y en las matemáticas, astrología, astronomía, magia y filosofía. La civilización islámica tenía un amplio desarrollo de estas disciplinas, mayoritariamente científicas.
Los reyes cristianos y los obispos sabían que aquella ciencia y cultura eran imprescindibles para consolidar su liderazgo. El poder cristiano deseaba ese saber y así decidieron traducir al latín las obras que los árabes atesoraban.
En Toledo empezó ese movimiento cultural al ser reconquistado por Alfonso VI de Castilla y León en 1085. Se estableció un régimen de tolerancia con los antiguos pobladores en esta ciudad en la que se habían refugiado muchos judíos y musulmanes, huyendo de la represión de almorávides y almohades en las taifas de Al-Ándalus.
Su núcleo urbano acogía cristianos y judíos viviendo pacíficamente bajo dominio musulmán, adoptando incluso el lenguaje, el estilo de vida y la cultura árabes.
Con la capitulación, se concedieron fueros propios a los mozárabes, musulmanes y judíos que habitaban Toledo, leyes respetadas y unificadas en un único fuero de 1118, de Alfonso VII, gracias al cual empezó uno de los períodos más florecientes de Toledo, especialmente en el aspecto cultural.
Toledo era la "Ciudad de las Tres Culturas", nombre dado gracias a que musulmanes, judíos y cristianos convivieron con sus propias costumbres y en relativa paz durante los siglos XI al XIII. Gracias a ello, surgió en el siglo XII la Escuela de Traductores de Toledo, y la ciudad se volvió un importante núcleo intelectual europeo.
Toledo era la "Ciudad de las Tres Culturas", nombre dado gracias a que musulmanes, judíos y cristianos convivieron con sus propias costumbres y en relativa paz durante los siglos XI al XIII. Gracias a ello, surgió en el siglo XII la Escuela de Traductores de Toledo, y la ciudad se volvió un importante núcleo intelectual europeo.
La iniciativa agrupó a muchos traductores, aunque no en una escuela estable, pues los traductores no estaban concentrados en una institución concreta con una relación profesional entre sus miembros, aunque se trataba más bien de un movimiento. Los europeos eran asesorados por mozárabes - los cristianos que vivían en Al-Ándalus y dominaban el idioma árabe-, judíos e islámicos. Fueron los pioneros del renacimiento intelectual del XII, que también fue el siglo del esplendor de la filosofías árabe y judía, y el XIII el de las traducciones de los comentarios de Averroes a Aristóteles.
JV. São Paulo, abril de 2018.
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