Cuba, Revolución y contrarevolución.
Vida y muerte de un mafioso amigo de los EEUU.
En su obra La Habana, T. J. English describe, con lujos de detalles, cómo la Mafia ítalo-estadounidense se implantó en Cuba. El libro describe con primor el largo camino, desde los momentos iniciales en que la Armada de los EEUU busca en la cárcel a Lucky Luciano para proponerle libertad ―a cambio de su apoyo para entrar en la Italia del sur, todavía dominada por los combates entre fascistas de Mussolini y la guerrilla de los Partigiani―, hasta la fuga de las bandas de delincuentes, rumbo a Miami, al caer Batista tras la toma del poder por los combatientes revolucionarios de Fidel y el Ché.
Luego, el libro reciente del brasileño Fernando Moraes, Los últimos soldados de la Guerra Fría, nos cuenta la gesta de los héroes cubanos que se infiltran entre los exiliados anti-castristas en Miami para neutralizar sus acciones terroristas contra el gobierno de Cuba.
Aquí, en el siguiente texto, mirando la otra cara de la moneda, veremos la vida y muerte de un delincuente mafioso, más tarde anti-castrista militante de los exiliados en Florida. Rolando Masferrer, un amante de la violencia que terminó sus días como los había vivido, en medio del odio y el terror.
Rolando Masferrer comenzó su larga y contradictoria carrera -una vida de aventuras y de violencias, en realidad- muy al estilo de Mussolini, como miembro del Partido Socialista Popular Cubano. Y en los años de su militancia inicial, estuvo involucrado intensamente en las luchas estudiantiles de la isla, en los años treinta. Y como veremos, también como Mussolini, después de un giro de 180º, terminó víctima de la violencia que provocó.
Con tan solo 19 años, Masferrer viajó a los Estados Unidos para enrolarse en las Brigadas Internacionales, e ir al combate del lado de los republicanos y contra el fascismo en la Guerra Civil Española, de 1936 a 1939.
Durante las duras batallas por la defensa de Madrid, Masferrer recibió un balazo en el calcañar que le dejó una renguera permanente.
Volvió a Cuba en 1939 y se dedicó en pleno al periodismo, escribiendo en la Sección de Internacionales del diario Hoy ―el periódico del Partido Socialista Popular de Cuba―.
Masferrer escribía muy bien, pero que muy pronto empezó a tener problemas. De algún modo, y tal como otros escritores que lucharon en España en la defensa de Madrid y Barcelona contra Francisco Franco, Masferrer desarrolló una fobia anticomunista que lo hizo cambiar de actitudes y casi automáticamente lo puso en la vereda de enfrente de cualquier opción de izquierdas.
Escribía sobre temas que se apartaban cada vez más de la línea del periódico, al mismo tiempo que fomentaba divisiones y discusiones innecesarias.
Fue en aquella época que surgió su afición por la vestimenta de cowboy, como en las películas de pistoleros de moda, con un sombrero tejano en la cabeza, botas altas, y el revólver en la cintura.
Nunca salía desarmado. Siempre andaba con uno o dos revólveres encima, y además, en su auto cargaba algunos más, porque desde aquella época todo lo quería resolver a los tiros.
Rolando Masferrer fue uno de los líderes más nombrados entre los "grupos de acción", o pandillas paramilitares, que atemorizaban a los habitantes de la ciudad de La Habana entre los años treinta y cuarenta.
Era un típico matón, siempre imponiendo su voluntad a los otros. Sin embargo, por su verboragia fácil y gracias a su aureola de "tipo fuerte", pronto empezó a juntar a su alrededor a una serie de jóvenes y de diversos personajes, siempre de índole aventurera.
Entre ellos estaba el escritor Carlos Montenegro, y a todos ellos Masferrer se esforzaba por inculcarle sus ideas de que había que hacer "una revolución a los tiros", pues ese era el único modo para triunfar.
No tardó demasiado en ser expulsado del Partido Socialista por sus posiciones sectarias, y entonces Masferrer fundó una organización propia, a la que denominó Movimiento Socialista Revolucionario, que pronto se volvió una verdadera pandilla de gánsteres.
El antiguo combatiente de izquierda de la guerra española, pronto se convirtió en un bandido que usaba la extorsión como un medio de vida, con el pretexto vil de "recaudar dinero para la causa". Vestido ya con esa nueva personalidad, participó en varios casos de chantaje político, y no se avergonzaba de batirse a tiros en plena calle con sus rivales.
En el año 1947, cuando algunos grupos de cubanos y exiliados dominicanos se preparaban para una invasión a la República Dominicana para derrocar a Trujillo, zarpando desde Cayo Confite, Masferrer Rojas se autoerigió en el "jefe militar" del grupo expedicionario.
Se dice que en esa ocasión ocurrió un serio altercado con Fidel Castro, que pertenecía a la Unión Insurreccional Revolucionaria de Emilio Tró.
Emilio Tró Rivero, que también era un veterano de la Guerra Civil Española y se enroló en el ejército de los Estados Unidos durante la II Guerra Mundial, fue perseguido por sus actividades contra el gobierno de Batista. En 1941 huye a México y de allí a los Estados Unidos, donde se alista como voluntario en el ejército y es enviado con su unidad militar a Toome, Irlanda del Norte, donde el 21 de abril de 1944 solicitó la ciudadanía estadounidense. Después de regresar a Cuba, organizó y dirigió la Unión Insurreccional Revolucionaria, que era "una organización que creía febrilmente en la violencia como método". No tenía un programa conocido pero sí un lema: "la justicia tarda pero llega" y le disputaba el control de la Universidad de La Habana a la Federación Estudiantil Universitaria de Manolo Castro - que no era pariente de Fidel Castro-, y al Movimiento Socialista Revolucionario, dirigido por Rolando Masferrer. Uno y otro grupo estaban integrados por gente de pensamiento de izquierda, quienes creían firmemente que la única solución a los problemas de Cuba era a través de una revolución.
Aunque Fidel Castro no llegó a ser figura principal de la UIR, su pertenencia a la misma tendría particular importancia en su vida futura. Algunos autores incluso cuestionan que Castro haya pertenecido a la UIR, pero eso probablemente se debe a que el propio Castro trató de distanciarse de la organización cuando consideró que su relación con este grupo podría perjudicar su accionar político.
En el desencuentro ocurrido durante la preparación de la invasión a la República Dominicana, con el futuro líder de la Revolución Cubana, Masferrer le dio un cachetazo a Fidel delante de la tropa, lo que inició una profunda animosidad entre los dos hombres que duraría durante décadas.
La aventura de la invasión a Dominicana finalmente fracasó debido a las fanfarronerías de Masferrer, que eran conocidas en toda La Habana en relación a una expedición que por su índole debería ser secreta.
Pero muy pronto se enrroscó Masferrer con el nuevo poder de turno: primero fue aliado de Ramón Grau ― el presidente de Cuba entre 1944 y 1948―, y después de Carlos Prío Socarrás ― en la presidencia entre 1948 y 1952―.
En los primeros años de la década del cincuenta Masferrer se unió a los llamados "Auténticos", que era como se autodenominaban los seguidores del Partido Revolucionario Cubano, que en ese momento estaba en el poder.
Masferrer se metió en la Universidad de La Habana a punta de pistola; y fue allí donde reclutó a varios miembros de su banda. Incluso se enfrentó Masferrer a sus antiguos compañeros, los militantes del Partido Comunista, pero también a los ortodoxos, entre ellos Eduardo Chibás, el líder de los comunistas, y obviamente, a Fidel Castro, del cual se declaraba enemigo jurado.
Ya olvidado por completo de su famosa "revolución a los tiros", convertido en un adinerado personaje gracias a los negocios sucios de extorsión y a la compra forzosa de tierras a campesinos orientales, durante el gobierno de Prío, Masferrer adquirió un puesto en la Cámara de Representantes por la entonces provincia de Oriente, de la cual Masferrer provenía.
Con recursos propios ― todos de muy mal origen ― financiaba un periódico de su propiedad, el Tiempo en Cuba, dirigido por su hermano Rodolfo Masferrer, que tenía sus oficinas en La Habana.
Hasta que el 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista dio golpe de Estado que sacó del poder, definitivamente, a los "auténticos". Una nueva etapa de la doliente Cuba se abría, una etapa definitiva para las Máfias y sus apoyadores en el gobierno estadounidense, que iba a terminar en un ciclo totalmente diferente.
Apoyando y protegido por Fulgencio Batista
En las horas de la mañana del 10 de marzo de 1952, la Universidad de La Habana se volvió por algunas horas el centro de la resistencia al golpe de Estado de Batista. Masferrer, que tenía por entonces de 33 años, y sus seguidores se atrincheraron en la escalinata del edificio, y después de tomar posición como francotiradores, desplegaron sus metralletas, pero al final no dispararon ni un solo tiro.
Tres meses después, en un diario de la época, aparecía Masferrer, el gran opositor al golpe, abrazado a Fulgencio Batista, en una histórica foto instantánea tomada durante una cena de homenaje al dictador.
En 1954, Masferrer fue senador por la provincia de Oriente, después de unas elecciones tan fraudulentas que hasta votaron más personas que electores inscritos. Aprovechó la ocasión para acomodar a su pandilla; su hermano Rodolfo fue electo para la Cámara de Representantes por la misma provincia. Mientras tanto, su familia adquiría tierras y propiedades de un modo descarado en Holguín, Manzanillo y Santiago de Cuba.
El pistolero Masferrer fue intermediario en las negociaciones de la mafia ítalo-estadounidense y la de los judíos en La Habana ―los más conocidos: Santos Trafficante y Meyer Lansky― con Batista. Obtuvieron concesiones para explotar los casinos de juego de la capital, que daban los dividendos más lucrativo de la mafia fuera de los Estados Unidos.
Con el capital de la mafia estadounidense y el de Batista, el excomunista Masferrer organizó un ejército personal célebre en Cuba: los Tigres de Masferrer. Ese cuerpo paramilitar, precursor de otros similares en América Latina años después, produjo más de 2 mil muertos de 1953 a 1959, muchos inocentes, que pagaban con su vida los intentos de extorsión.
Para armar los "tigres" ―sobre todo en la región oriental de Cuba (su base después de 1956)―, Masferrer tuvo la franquicia de Batista para sacar de las cárceles a más de una docena de criminales. Entre ellos, varios condenados a muerte o a largas penas por asesinato, como René Feria Pérez, a quien Masferrer sacó personalmente de la Cárcel de Boniato y lo hizo uno de sus lugartenientes en Santiago de Cuba
En 1956, Masferrer fue el dueño y editor del periódico Libertad, en Santiago de Cuba, que defendía al dictador Batista. El periódico fue célebre en toda Cuba no solo por sus grandes fotos pornográficas en las tapas ― en una épocxa en que la prostitución reinaba en La Habana ―, sino por el hecho de que quien era acusado en sus páginas, enseguida era hallado muerto.
Veamos una cita del expediente de 1959, del Tribunal Revolucionario de Santiago de Cuba, contra René Feria Pérez y Rolando Masferrer (ausente), su jefe, y Rilde González (ausente), otro de sus lugartenientes, por los delitos de robo, maltrato, lesión, traición y asesinato.
"El día 3 de junio de 1958, el mentado acusado René Feria Pérez (por órdenes de Rolando Masferrer) en unión del acusado juzgado Francisco López Guadix, alias Paquito, y de Eugenio Matos, ya también juzgado, se presentaron al establecimiento que en Avenida de Bélgica n.º 391, en esta ciudad de Santiago de Cuba posee la familia Iglesias y procedieron a la detención del joven Mario Iglesias Vega, y el acusado René Feria Pérez, para no despertar sospechas en sus familiares, le pasó su brazo por el hombro, fingiendo amistad, y después de registrarlo lo introdujo en el vehículo en que viajaban. Al observar la madre de dicho joven esos actos y como públicamente se conocía toda que persona que era detenida por los temibles Tigres de Masferrer se le daba muerte alevosa, trató de introducirse en dicho vehículo, lo que no logró por impedírselo los acusados y, al ponerse en marcha dicho vehículo, como aún se encontraba agarrada al mismo, fue arrastrada por éste más de cuarenta metros sin lograr sus propósitos, apareciendo posteriormente el joven Iglesias Vega horriblemente mutilado y asesinado".
(Extracto de la Causa 42 de 1959, en el Archivo de la Seguridad del Estado, delegación del MININT en Santiago de Cuba).
"El día 3 de junio de 1958, el mentado acusado René Feria Pérez (por órdenes de Rolando Masferrer) en unión del acusado juzgado Francisco López Guadix, alias Paquito, y de Eugenio Matos, ya también juzgado, se presentaron al establecimiento que en Avenida de Bélgica n.º 391, en esta ciudad de Santiago de Cuba posee la familia Iglesias y procedieron a la detención del joven Mario Iglesias Vega, y el acusado René Feria Pérez, para no despertar sospechas en sus familiares, le pasó su brazo por el hombro, fingiendo amistad, y después de registrarlo lo introdujo en el vehículo en que viajaban. Al observar la madre de dicho joven esos actos y como públicamente se conocía toda que persona que era detenida por los temibles Tigres de Masferrer se le daba muerte alevosa, trató de introducirse en dicho vehículo, lo que no logró por impedírselo los acusados y, al ponerse en marcha dicho vehículo, como aún se encontraba agarrada al mismo, fue arrastrada por éste más de cuarenta metros sin lograr sus propósitos, apareciendo posteriormente el joven Iglesias Vega horriblemente mutilado y asesinado".
(Extracto de la Causa 42 de 1959, en el Archivo de la Seguridad del Estado, delegación del MININT en Santiago de Cuba).
Antes de la Revolución, incluso, el Movimiento 26 de Julio atacó en varias ocasiones la sede de los Tigres, primero en el local del periódico Libertad, y más tarde en el interior del cuartel Moncada.
A fines de 1958, Santiago de Cuba parecía una ciudad muerta después de las seis de la tarde. El solo hecho de ser joven, o andar por la calle a esa hora, era suficiente para amanecer al otro día "con la boca llena de hormigas", tirado en cualquier callejón o en los bordes de las rut as.
Conspirando contra la Revolución en Miami
A pesar de sus crímenes, Masferrer logró evadir la sentencia dictada en 1959 por el Tribunal Revolucionario de Santiago de Cuba, contra René Feria Pérez, Rolando Masferrer ― en ausencia ―, y a Rilde González (también ausente), otro de sus lugartenientes, por los delitos de asesinato, traición, lesiones, robo y maltratos. Fueron condenados a la pena de fusilamiento.
En carta del 7 de enero de 1959 del entonces ministro de Estado, Roberto Agramonte, se pedía la extradición de Masferrer al fiscal de Distrito de Estados Unidos en Miami (Florida), al director de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos en Miami y al administrador de aduanas de Key West, también en Florida.
"Le remito comunicación concerniente a $17 000 000 (diez y siete millones de dólares), en poder de una o más personas actualmente retenidas en las oficinas del Servicio de Inmigración y Naturalización de EE.UU. en Key West, Florida [...] el gobierno de Cuba está en la creencia de que el dinero en cuestión fue ilegalmente extraído de la jurisdicción cubana por un tal Rolando Masferrer Rojas, un ciudadano cubano residente en ese país. Además el dinero es propiedad del gobierno de Cuba, habiendo sido obtenido por Masferrer por medios ilegales, a través de arreglos indecorosos, ilícitos [...] al tal Masferrer también se le acusa de numerosos asesinatos [...] Sería de agradecer que los organismos apropiados de Estados Unidos adoptaran las medidas necesarias para secuestrar el dinero y devolver a Cuba a estas personas."
(Archivo histórico del MINREX (Ministerio de Relaciones Exteriores) de Cuba.)
El 1° de enero de 1959, cuando cayó Batista, el exsenador Masferrer ―junto con otras 26 personas― huyó de La Habana en el yate de lujo Ola Kun II, y llegó a Key West en Florida. Todos fueron llevados al centro de detección del servicio de inmigración en la ciudad de McAllen, en Texas.
"Le remito comunicación concerniente a $17 000 000 (diez y siete millones de dólares), en poder de una o más personas actualmente retenidas en las oficinas del Servicio de Inmigración y Naturalización de EE.UU. en Key West, Florida [...] el gobierno de Cuba está en la creencia de que el dinero en cuestión fue ilegalmente extraído de la jurisdicción cubana por un tal Rolando Masferrer Rojas, un ciudadano cubano residente en ese país. Además el dinero es propiedad del gobierno de Cuba, habiendo sido obtenido por Masferrer por medios ilegales, a través de arreglos indecorosos, ilícitos [...] al tal Masferrer también se le acusa de numerosos asesinatos [...] Sería de agradecer que los organismos apropiados de Estados Unidos adoptaran las medidas necesarias para secuestrar el dinero y devolver a Cuba a estas personas."
(Archivo histórico del MINREX (Ministerio de Relaciones Exteriores) de Cuba.)
El 1° de enero de 1959, cuando cayó Batista, el exsenador Masferrer ―junto con otras 26 personas― huyó de La Habana en el yate de lujo Ola Kun II, y llegó a Key West en Florida. Todos fueron llevados al centro de detección del servicio de inmigración en la ciudad de McAllen, en Texas.
El 26 de enero de 1959, la Inmigración de Estados Unidos dio asilo político al exsenador cubano Rolando Masferrer. Funcionarios del servicio informaron que concedieron libertad condicional bajo palabra a Masferrer junto con sus dos hermanos ―Rodolfo y Raimundo Masferrer―, dos empleados ―Rafael Águila Esteinger y Alcides E. Pérez― y un oficial naval. El Gobierno provisional de Cuba acusó a Masferrer de huir con 17 millones de dólares. Sin embargo, el servicio de inmigración declaró haber hallado solo valores "insignificantes" en poder de los ocupantes del yate.
Masferrer se unió a la primera organización contrarrevolucionaria, enemiga mortal de Fidel Castro, en territorio estadounidense, La Rosa Blanca. El grupo era liderado por el exrepresentante a la Cámara en Cuba, Rafael Díaz Balart, antiguo compañero paramilitar en Oriente.
En los primeros meses de la Revolución Cubana, Masferrer desde el exilio coordina el apoyo a varias acciones dentro de la Isla: ataques aéreos contra objetivos económicos y poblaciones civiles, centrales azucareros, depósitos de combustible, etc. El desembarco de grupos comandos, la operación del Indio Feria en 1960, etc. La invasión a Haití en enero de 1967, pensada para ―una vez derrocado el dictador Jean C. Duvalier― utilizar a Haití como base de operaciones para invadir Cuba.
El 28 de marzo de 1959 se descubrió en La Habana una conspiración de varios masferreristas para asesinar a Fidel Castro. En sus confesiones, los implicados vincularon a su antiguo jefe, Rolando Masferrer, con el agente del FBI, Frank Sturgis, y con oficiales de la CIA.
En junio de 1959, Masferrer se involucró en un intento de invasión a Cuba auspiciado por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, desarticulado por la inteligencia del Ejército Rebelde cubano. El plan, que contaba con 16 aviones de Santo Domingo, fue dirigido personalmente por Masferrer, con el visto bueno de la CIA estadounidense.
Poco después, en diciembre de 1960, el periódico The Miami Herald publicaba que Masferrer estaba entrenando militarmente a 23 estadounidenses y más de 200 emigrados cubanos en un campo del No Name Key, o el Cayo Sin Nombre, del multimillonario Howard Hughes.
Tres meses más tarde, el 4 de marzo de 1960, Masferrer se involucró en el atentado con explosivo C4 contra el vapor francés La Coubre, que causó más de 100 muertos, incluidos 6 marinos franceses, y centenas de heridos.
A fines de febrero de 1960, en Amberes, un desconocido había entregado 2 mil dólares a Alain Mouriat, tripulante del La Coubre. Quienes lo vieron identificaron al hombre como "un tal Rolando, blanco, de unos 40 años, que usaba espejuelos". Rolando Masferrer tenía entonces 42 años y usaba espejuelos (anteojos) desde hacía varios años. A principios de 1960 el coronel J. C. King ―agente de la CIA―, había contratado a Masferrer en Miami. quien le aseguró al agente que tenía información vital del cubano-estadounidense Richard E. Brooks ―oficial del ejército de los EEUU e ingeniero en minas― quien dijo conocer de la llegada a Cuba de barcos con armas y municiones compradas en Europa para defender la isla de una invasión. El 4 de marzo de 1960 Masferrer festejó el atentado contra el vapor La Coubre en su millonaria residencia en Miami.
A fines de febrero de 1960, en Amberes, un desconocido había entregado 2 mil dólares a Alain Mouriat, tripulante del La Coubre. Quienes lo vieron identificaron al hombre como "un tal Rolando, blanco, de unos 40 años, que usaba espejuelos". Rolando Masferrer tenía entonces 42 años y usaba espejuelos (anteojos) desde hacía varios años. A principios de 1960 el coronel J. C. King ―agente de la CIA―, había contratado a Masferrer en Miami. quien le aseguró al agente que tenía información vital del cubano-estadounidense Richard E. Brooks ―oficial del ejército de los EEUU e ingeniero en minas― quien dijo conocer de la llegada a Cuba de barcos con armas y municiones compradas en Europa para defender la isla de una invasión. El 4 de marzo de 1960 Masferrer festejó el atentado contra el vapor La Coubre en su millonaria residencia en Miami.
Vida violenta, muerte violenta
Rolando Masferrer fue muerto por una bomba en su automóvil con explosivo C4, en Miami, el 21 de octubre de 1975.
Nenhum comentário:
Postar um comentário