terça-feira, 31 de julho de 2012

Llega el enviado del Supay y lo sorprende a Esteban


Y Esteban recorre mentalmente los cajones de su escritorio, piensa que en algún lugar debe haber todavía una carta…sí, recuerda haber visto un papel en el que Victoriano presagiaba la llegada de un forastero con una oferta que él no podría rechazar. Se acuerda también, como entre fogonazos mentales, del cuento de Villanueva que relata la visita de un hombrecito gris que le ofrece al escritor una botella llena de un humo colorido, en el que de vez en cuando se ve pasar un diablillo; le recorren rápido por la memoria las imágenes de la familia de “Los Iguales”, aquéllos que a cada tanto renovaban su contrato con el Malo y le vendían sus pobres almas al demonio, sistemáticamente, a cada generación; y al recuperar la juventud se hacían cada vez más iguales, pagándole como tributo al Supay con la pérdida de la preciosa individualidad de cada uno de los miembros de la familia. 
—Bien, me toma Ud. de sorpresa— casi balbucea Esteban.
—Pero sí, me interesa, claro; mi mujer salió, pero yo lo puedo atender, pase—. La puerta cancel se cierra al paso del hombrecito, y él apoya en la mesa de vidrio de la salita, con cuidado, una botella con reflejos multicolores y una intrigante figura gris en su centro.
Muchos años después – yo ya me había ido de Catamarca y vivía en São Paulo hacía décadas – me cuenta Esteban cómo fue ese segundo encuentro, extrañísimo, con el hombrecito:
—Me limité a abrirle la puerta, hacerlo pasar hasta la galería, y tratar de cumplir con lo que me él me pedía, o mejor dicho, lo que de a poco me fui dando cuenta que me exigía su alma en pena: en primer lugar, nunca jamás debería hablarle –– agregó con voz misteriosa Esteban. ––Tal vez ese haya sido un gran error mío con el que me jugaría la suerte más tarde. Pero, ¡la yeta puta! ¡Si no era cosa que algo me saliera bien, carajo! –– se altera Esteban y yo me quedo callado, prefiero no interrumpirle el relato.

Javier Villanueva, São Paulo, agosto de 2001. Trecho de “Crónicas de Amor, de Utopías y de Espanto”.

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