sábado, 3 de maio de 2014

Los locos años 60. 2ª parte.



Lea la 1ª parte en:
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2014/05/los-locos-anos-60.html?spref=fb 

Los locos años 60
2ª parte
Yo había leído “Shunko”, el libro de Jorge Ábalos, en la escuela. Me había gustado la historia del maestro santiagueño y su amistad con el changuito. Lo habían publicado cuando mi mamá todavía estaba en la secundaria, en 1949, y se lo había llevado de la biblioteca para hacer una monografía; nunca se acordó de devolverlo, y yo lo leía y releía  alternándolo con “La amada inmóvil”, de Amado Nervo, en las largas siestas de Las Chacras, cuando la tía Gringa me obligaba a dormir para que no saliera a cazar lagartijas. El vínculo entre Shunko, -el niño de Santiago del Estero que habla más quechua que castellano- y su maestro que viene de la gran ciudad, ló fui entendiendo de a poco, mostraba la marginación de los indios en la Argentina, y me hacía pensar en una escuela más democrática, en la que el maestro y el alumno se enseñan mutuamente.
Pasaron los años y un día, el padre Santucci, en el 3er. año de la Escuela Don Bosco de Mar del Plata, nos llevó a ver la película  de ese clásico de la literatura argentina. Supe, mucho tiempo después, que “Shunko” es una película argentina de 1960, que el chileno Lautaro Murúa realizo sobre la novela de Jorge Ábalos. Los actores eran Lautaro Murúa y Raúl del Valle, y el guión, nada menos que del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos. Para completar, la música era un innovador en la música clásica: Waldo de los Ríos. No por nada se habían llevado el “Cóndor de Plata” como la mejor película de 1961.
Y fue así -entre lecturas de “Shunko”, paseos en el Kaiser Carabela de mi papá, y siestas interminables hojeando a Amado Nervo en mis viajes a Catamarca- que pasé de los 10 a los 13 años y dejé Mar del Plata, sus playas y su Rambla, y me fui con mi família a Córdoba.
“Se trata de un golpe para imponer una dictadura fascista”, me dijo Anibal, desde lo alto de sus conocimientos de adolescente precoz, y me dejó pensando. Menos de dos años después, el mismo dia en que iría a ponerme mis aparatos de ortodoncia, mataban a Pampillón. Era 1966, y Santiago Pampillón, estudiante del 2º año de ingeniería aeronáutica en la Universidad Nacional de Córdoba, era mecánico en la fabrica de IKA-Renault, en Córdoba; vivía en una pensión estudiantil, como tantos de mis amigos. Ese año le habían dado una beca de ICANA -el Instituto Cultural Argentino Norteamericano- para estudiar en los Estados Unidos.
La noche del 7 de septiembre de 1966, miles de estudiantes cordobeses se concentran en una asamblea en la Plaza Colón del centro de Córdoba para decidir sobre la continuación de la huelga universitaria. Entre ellos, Santiago Pampillón. La policía ataca la asamblea y reprime a los estudiantes. La batalla se desparrama por más de 20 manzanas del centro de la ciudad. En uno de los combates Santiago Pampillón cae herido por tres tiros a quemarropa en la cabeza. Un policía le disparó en frente a la galería Cinerama, a diez metros del consultorio del ortodoncista que me arreglaría los caninos. Pampillón muere el 12 de septiembre de 1966 y yo presiento, a los 15 años, que mi vida empieza a salir del paraiso adolescente.
Y es que el 28 de junio de 1966 un golpe de estado de las Fuerzas Armadas dirigidas por el general Onganía derroca al gobierno de Arturo Illia. Un mes después, el 29 de julio ocurre la llamada “Noche de los bastones largos”, con la intervención y ocupación de las universidades públicas autónomas por funcionarios del régimen militar. Cumplían ordenes del jefe de la SIDE, el general Eduardo Señorans. Desde ese momento, muere la autonomía universitaria y centenas de estudiantes y profesores son reprimidos y detenidos; una gran parte de la comunidad científica argentina parte hacia el exilio. La Federación Universitaria Argentina responde con la huelga por tiempo indeterminado.
Yo no me haría nunca más los aparatos de ortodoncia y las conversaciones entre amigos de las Escuelas Pías de Córdoba empezarían a incluir más temas políticos y filosóficos.
Continuará.

JV. São Paulo, 4 de mayo de 2014.

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