terça-feira, 28 de junho de 2016

Origen y apogeo de las lumpen-burguesías latinoamericanas. 4ª parte.

O salvamento do México.
Imagen y artículo inicial de este texto ehttp://resistir.info/ .


Vea la 1ª parte en:
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2016/06/que-representan-los-cultos.html

Vea la 2ª parte en:
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2016/06/los-cultos-neopentecostales-y-el.html

Vea la 3ª parte en:
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2016/06/que-es-la-lumpenburguesia-y-el-lumpen.html

4ª parte

“Origen y apogeo de las lumpen-burguesías latinoamericanas–
Las elites económicas y la decadencia sistémica” 
Título y texto en itálico a continuación por Jorge Beinstein.

La llegada de la derecha al gobierno no significa el reemplazo del modelo anterior (desarrollista o  neokeynesiano) por un nuevo modelo elitista de desenvolvimiento y sí, simplemente, el inicio de un gigantesco saqueo donde cada banda de salteadores obtiene el botín que consigue en el menor tiempo posible y enseguida lucha por más, a costa de las víctimas y también, si fuera necesario, de sus competidores. La anunciada libertad de mercado no significó la instalación de un nuevo orden, y sí la implantación de fuerzas entrópicas. El país burgués no realizó una reconversión elitista-exportadora, en realidad se sumergió en un gigantesco proceso destructivo. "

El concepto de "lumpen-burguesía" surge por primera vez a fines de los años de 1950 a través de algunos textos de Ernest Germain, pseudónimo de Ernest Mandel, al referirse a la burguesía de Brasil que el autor consideraba una clase semicolonial, "atrasada", no completamente "burguesa" (en el sentido moderno y occidental del término). Fue retomado más adelante, en los años de 1960 a 1970, por André Gunder Frank, generalizándolo para las burguesías latinoamericanas”- dice Jorge Beinstein.

Como decíamos en la 3ª parte de este ensayo (ver links arriba), “Lumpenburguesía y lumpendesarrollo” fue como llamó André Gunder Frank a la vieja “burguesía nacionalista” y al viejo nacional-desarrollismo de los años de 1960 que, respaldados por la Alianza para el Progreso de John Kennedy, trataban en los años 90 de reeditarlo con las migajas de un nuevo imperialismo a lo George W. Bush, que ya se había desinteresado por América Latina y centraba todo su acionar en Europa y Asia.

Tanto Mandel como Gunder Frank estabelecían una clara diferencia entre las burguesias centrales -bien estructuradas, imperialistas, tecnológicamente refinadas-, y las burguesías periféricas, subdesarrolladas, semicoloniales, caóticas, en fin: lumpen-burguesías (o burguesías degradadas).

Pero este esquema comenzó a ser desmentido por la realidad a partir de los años de 1970 con el declínio del keynesianismo productivista y sus acompañantes reguladores e integradores. Se desencadenó un proceso de transnacionalización y financiarización del capitalismo global que a partir de los primeros años de 1990 (con la implosión de la URSS y la aceleración de la entrada de China en la economía de mercado) adquirió un ritmo desenfrenado y una extensión planetaria. Mientras se desaceleraba la economía productiva crecía de modo exponencial la especulación financiera. Uno de sus componentes principales, los productos financieros derivados, equivalían a unas dos veces del Producto Mundial Bruto en el año 2000 y en 2008 ya representaba unas 12 vezes del mismo P.M.Bruto."

“Cuando estudiamos esas elites descubrimos rápidamente que su dinámica puramente "económica" solo existe en nuestra imaginación. Un negocio inmobiliario de gran envergadura exige seguramente conexiones judiciales, políticas, mediáticas, etc. A su vez, para llegar a los niveles más altos de la máfia judicial es necesario disponer de buenas conexiones en los círculos de negocios, políticos, mediáticos, etc. y tener éxito en la carrera política exige fondos y coberturas mediáticas y judiciales. En suma, se trata en la práctica de un complejo conjunto de articulaciones mafiosas, grupos de poder transectoriales vinculados a, más o menos subordinados a (o formando parte de) tramas extrarregionais a través de canales de diversos tipos: el aparato de inteligencia de los Estados Unidos, un megabanco occidental, una red clandestina de negocios, alguna empresa industrial transnacional, etc.”

(Este texto fue publicado en el número 6 de la revista Maíz, de la Facultad de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, en mayo de 2016 a prpósito de la llegada de Macri al poder.)


La privatización total o parcial de los servicios públicos de energía, agua, trenes, salud, educación, carreteras y prisiones permitió que las grandes empresas establecieran peajes en recursos básicos y cobraran rentas por su uso a los ciudadanos o a los Gobiernos. El término renta también se refiere a los ingresos que no son fruto del trabajo. Cuando alguien paga un precio exagerado por un billete de tren, sólo una parte de dicho precio se destina a compensar a los operadores por el dinero gastado en combustible, salarios y materiales, entre otras partidas; el resto es la constatación de que las corporaciones tienen a los ciudadanos contra la pared”-, dice a su vez George Monbiot de The Guardian.

Como vimos en las 3 primeras partes de este ensayo, la clase política latinoamericana –mayoritariamente representante de los grandes empresarios y terratenientes de la región y de sus sócios europeos y estadounidenses- fueron los instrumentos para que la década de los años de 1990 fuera la más lucrativa para las elites en el poder. 

Pero más beneficiados todavía lo fueron los bancos y las empresas multinacionales de Europa y los EEUU; se calcula en más de U$D tres billones (millones de millones) en ganancias, que se pagaron como intereses de la deuda y a través de diversas regalías, excedentes comerciales, y a partir de la  venta de las empresas más valiosas y rentables de la región –en manos originalmente de las burguesías nacionales- y por medio de la transferencia del control de grandes sectores de los mercados internos. 

Por medio de este proceso se fortaleció un grupo muy poderoso de inversores, financistas y todo tipo de especuladores, al cual se sumó una parte fundamental de la llamada “clase política” a través de sobornos y corrupción, y de actividades económicas, tanto lícitas como ilícitas, favorecidas por el saqueo de los fondos públicos y con el visto bueno del FMI y el Banco Mundial. 
No podemos dejar de imaginar que hubo en ello un auspicio de los diversos organismos de control del estado -CIA, DEA y USAID- de los EEUU. Ya vimos que este fue el mecanismo que auspició el golpe de 1964 en Brasil, y el mismo con el que las grandes iglesias neo-pentecostales se favorecieron en toda América Latina.

El neoliberalismo en Latinoamérica, -y como se vio, también en la España del PP de los últimos 15 años, y en la Italia de Berlusconi- crea para su beneficio imediato un estado mafioso que se auto-reproduce en todos y cada uno de sus niveles institucionales, sea en los congresos, en las cortes de justicia, los partidos y en el poder ejecutivo.

Lo vemos claro en los países que fueron prácticamente recolonizados, como dice Jorge Lora Cam, por el casamiento entre la lumpen-burguesía local y el capital financeiro internacional. Así ocurrió en el caso del Perú de Fujimoro, Colombia, la Argentina de Menem, y en México, en donde el poder ejecutivo y judicial favorecen descaramente a las multinacionales y a los grupos de poder y a los partidos de la derecha oligárquica. Los congresos de esos países –y hoy es el caso de Brasil y Paraguay, después de sendos golpes constitucionales- se fueron transformados en simples grupos de lobistas.

A la vez, grandes sectores de las fuerzas armadas y policiales –y en el caso brasileño actual, la “banda podre” de las PMs- y sus servicios de inteligencia protegen esos intereses y los de las mafias del narcotráfico, del comercio ilegal de armas, de inmigrantes y de de mujeres. La corrupción generalizada que unifica a las derechas se apoya en una acumulación salvaje y depredadora.

El “estado canalla por excelencia” que menciona Chomsky, se convierte en el principal enemigo de la democracia, de los derechos humanos y de los pueblos que eligen a sus gobiernos para gerenciar el estado. En América Latina existen los recursos estratégicos –sean hidrocarburos, u otros minerales- y una gran biodiversidad que son la base del dominio tecnológico y de las reservas estratégicas en la lucha de estas máfias por el poder global.

El capital mafioso se financia con capitales del narcotráfico que corroen al estado por dentro. El neoliberalismo global, aliado a las lumpen-burguesía locales, es un modelo criminal como se ve en el caso del capital financiero anglosajón en Dubai, que blanquea los capitales de Al-Qaeda y del Estado Islámico, supuestos enemigos principales de occidente. O el banco Stanford, de Antigua, que blanquea al Cartel de Juárez. También son sospechosos el Citigroup, el HSBC y el Santander, gigantes conectados a paraísos fiscales y a las cuentas "invisibles" del neoliberalismo global.

Como lo vemos hoy muy claramente en el gobierno Temer, surgido de una chicana legal como golpe parlamentario, los EEUU y los monopolios europeos ambicionan una total libertad de acción sobre los bienes y territorios que cumplan con sus propias necesidades de seguridad nacional (de los EEUU, sobre todo); la región toda es considerada su reservatorio de recursos estratégicos y para obtenerlos no existen escrúpulos, ni límites morales o éticos; y si los hubiera de parte de algún partido o grupo social, hay que removerlos, envileciendo, degradando, corrompiendo y prostituyendo todas las relaciones sociales. 

Las estrategias de poder y de supremacía en la búsqueda de ganancias extras y competitividad se vuelven concretas en planes, políticas, contratos, proyectos, normas, garantías a la propiedad, compromisos e incluso, si fuera necesario, como lo vimos en la 2ª parte de este ensayo al hablar sobre el golpe de 1964, con maniobras militares que no respetan ni los derechos ni la democracia que el gran capital y sus aliados de las lumpen-burguesías nativas consideren un obstáculo a sus objetivos.

Fin


Javier Villanueva. Buenos Aires, 27 de junio de 2016.


Fuentes originales del 1er. artículo, de Jorge Beinstein:

Jorge Beinstein, "Serra contra o Mercosul: o auge das direitas loucas na América Latina", cartamaior.com.br/... 
Carlos Marx, "Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850", en Carlos Marx-Federico Engels, Obras Escogidas, Tomo I, páginas 128-129, Editorial Progreso, Moscú 1966. 
Karl Polanyi, "The Great Transformation.The Political and Economic Origins of Our Time", Bacon Press, Boston, Massachusetts, 2001. 
Andre Gunder Frank, "Lumpenburguesía: lumpendesarrollo", Colección Cuadernos de América, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1970. 
Tyler Durden, "Is Deutsche Bank The Next Lehman?", Zero Hedge,www.zerohedge.com/news/2015-06-12/deutsche-bank-next-lehman 
Michael Snyder, "Financial Armageddon Approaches", INFOWARS,www.infowars.com/f... 
"La inversión de las naciones industriales, en especial de Inglaterra, fluyó hacia América Latina. Entre 1870 y 1913, el valor de las inversiones británicas aumentó de 85 millones de libras esterlinas a 757 millones, una multiplicación casi por nueve en cuatro décadas. Hacia 1913, los inversores británicos poseían aproximadamente dos tercios del total de la inversión extranjera". Skidmore, Thomas E. y Smith, Peter H., "Historia contemporánea de América Latina. América Latina en el siglo XX", Ed. Grijalbo. 4a. edición, España, 1996.
Fuente: Resistir.info
Referencias para el concepto "Lumpen-burguesía":
Kapcia Antoni, Antoni Kapcia, Havana: The Making of Cuban Culture, Berg Publishers, 2005.
Hosam Aboul-Ela, Other South: Faulkner, Coloniality, and the Mariategui Tradition, Univ. of Pittsburgh Press, 2007.
William Edwin Segall, School Reform in a Global Society', Rowman & Littlefield, 2006.
David Harrison, The Sociology of Modernization and Development, Routledge, 1988.
David Seth Preston, Contemporary Issues in Education, Rodopi, 2005.


  1. Jump up
  2. Frazier, E. Franklin (1957). Black Bourgeoisie. New York: The Free Press. p. 173.
  3. Jump upJoseph L. Love, Third World' a response to professor Worsley, Third World Quarterly, Volume 2, Issue 2 April 1980

Nenhum comentário:

Postar um comentário