Los percances del amor.
Las relaciones entre mujer y hombre -y las de todos los tipos de amor, claro- siempre fueron un tanto complicadas.
Humphrey Bogart, - si bien era admirado por su porte recio y la mirada cínica-, tenía demasiados problemas para conseguirse una novia que le durase.
Es lo que cuenta Buggie el aceitoso (conocido fuera de Argentina como Buyi L'oleoso), personagem de Roberto Fontanarrosa.
No, lo mejor - y no solo lo políticamente más correcto- es el romanticismo.
Ser un desastre, despistado, un antihéroe total, también es siempre una salida para una buena conquista. Dicen.
Personalmente nunca me las arreglé bien con el romanticismo, ni el literario, ni el del "aproach" sentimental.
No, definitivamente, fue otra fuente de fracasos contundentes. Como el dia que, a mis 18 tiernos años, quise impresionar una linda muchacha de ojos color de miel - sí, sí, como la de la canción, sí-, y le largué unos versos, sentidos, profundos, y llenos de esperanzas:
Humphrey Bogart, - si bien era admirado por su porte recio y la mirada cínica-, tenía demasiados problemas para conseguirse una novia que le durase.
Es lo que cuenta Buggie el aceitoso (conocido fuera de Argentina como Buyi L'oleoso), personagem de Roberto Fontanarrosa.
No, lo mejor - y no solo lo políticamente más correcto- es el romanticismo.
Ser un desastre, despistado, un antihéroe total, también es siempre una salida para una buena conquista. Dicen.
Personalmente nunca me las arreglé bien con el romanticismo, ni el literario, ni el del "aproach" sentimental.
No, definitivamente, fue otra fuente de fracasos contundentes. Como el dia que, a mis 18 tiernos años, quise impresionar una linda muchacha de ojos color de miel - sí, sí, como la de la canción, sí-, y le largué unos versos, sentidos, profundos, y llenos de esperanzas:
Sos buena para el amor,
te prendés como un abrojo,
qué linda mirada tienes,
dejá que te chupe un ojo!
te prendés como un abrojo,
qué linda mirada tienes,
dejá que te chupe un ojo!
No tuve buen resultado, debo confesar, y el que cambió su mirada fui yo, por la piña que recibí en el ojo izquierdo.
Pasados más de 50 años de estos percances, digamos que también pasé por otros, al igual que el telegrafista, violinista y poeta Florentino Ariza, locamente apasionado por Fermina Daza que, más que despistado, va al velorio del marido de su amada para decirle a la viuda: "Fermina, esperé esta ocasión durante medio siglo, para repetir el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre".
Bueno, pero ahora ya sé que he superado todo eso y estoy en mejores condiciones, pues soy un hombre prendado: sé lavar platos sin dejar fideos ni pedazos de grasa pegados; sé hacer té y huevos pasados por agua, aparte de salchichas y, aquí va la sorpresa, mi mejor receta: arroz con pollo.
Dudo que con esas dotes, Gustavo Adolfo Bécquer, o Cortazar y su clarinete sean más hábiles que yo en los finos artes del amor.
Dudo que con esas dotes, Gustavo Adolfo Bécquer, o Cortazar y su clarinete sean más hábiles que yo en los finos artes del amor.
JV. Fray Mamerto Esquiú, Catamarca. Abril de 2021.
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