La samambaia:
Cuando llegué a São Paulo, no se podía andar por las casas y departamentos de los paulistanos sin chocarse la cabeza con alguna samambaia en el techo, colgada de ganchos embutidos en las losas, y con sus infaltables macetas de xaxim y los platitos negros con agua que los ecologistas y el dengue, respectivamente, ya sacaron de circulación. Los ganchitos en las losas a veces siguen allí, misteriosos...pero ¿y las samambaias? ¿a dónde fueron a parar?
Los tres besos vs. dos besitos:
Otro misterio...¿cuándo fue que los paulistanos "dejamos" (sí, porque después de muchos años en Sampa, ya soy uno de ellos) de dar tres y dos besos - tres para casarse, dos para seguir soltero/a-, y nos redujimos a uno sólo, rápido y vergonzoso (¿y por qué? ¿para no parecer cariocas, tal vez?)
Otro misterio...¿cuándo fue que los paulistanos "dejamos" (sí, porque después de muchos años en Sampa, ya soy uno de ellos) de dar tres y dos besos - tres para casarse, dos para seguir soltero/a-, y nos redujimos a uno sólo, rápido y vergonzoso (¿y por qué? ¿para no parecer cariocas, tal vez?)
Y la Pascua ¿No era el nacimiento de Cristo, o la conmemoración del renacimiento judaico?:
Como las samambaias y los tres o dos besos paulistanos, también Cristo, o Jesús, o Jesucristo, y su figura humanista -no la religiosa, ni católica ni protestante, claro- que habla de solidariedad, cuidado con el prójimo, amistad desinteresada, preferencia por el pobre y el que sufre...también desapareció!! Conejos, huevos y chocolates ocupan el lugar de la figura humana, histórica o mítica, poco interesa, que habla de paz, de amor y justicia para los más necesitados, que corre del templo a latigazos a los mercaderes que explotan a su pueblo.
JV
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