terça-feira, 16 de outubro de 2012

Del arcón de doña Eufemia y la abuela Casilda.




Sigue la producción literaria de don Luis Unzaga, desde el fondo de la memoria.
JV.

Almacén
y Almacenero  1     

Para llegar al almacén de Don Ramón  teníamos que cruzar el potrero con alfalfa, siempre por la misma senda.
Adelante iban mis hermanas que hacían las compras; ellas sabían contar las monedas; detrás iba el “Ben Hur”, el perro de la abuela  Casilda, y  yo.  

El almacén de Don Ramón quedaba en Villa Refugium Pecatorum, en una curva que hace el camino vecino de los upitudos.
Me gustaba ir al almacén de Don Ramón, hombre muy bueno, siempre nos daba la yapa, unos huevitos de colores que me gustaban mucho; creo que la ganancia se le iba con la yapa. También era medio profeta: decía “ya lo verís” por lo que iba a acontecer. 
Como él no vivía en el mismo lugar, para su desgracia una noche entraron los ladrones rompiendo el techo de cañas. Al otro día, la novedad y los comentarios. Don Facundo, hombre muy entrado en años, decía que esa noche, cagaba y cagaba  el pello; los vecinos se miraban  pensando, pobre perro cómo habrá quedado.  Lo que quería decir era que cargaba y cargaba el perro, por causa de los ladrones.     



El Arcón de la Abuela  
  
Forrado con fina chapa, pintado de negro y gris, detalles de madera en color cedro, manijas de cuero, de hierro el cerrojo.
Doblada con delicado esmero, la mantilla negra de fino algodón. Un billete moneda nacional, escondido entre  los pliegues prolijos del faldón.

Un par de aros para bordar, polainas de paño que cierran hileras de botones.  En  el fondo, una pequeña caja que abro con curiosa emoción.
En ella, unos lentes redonditos de plateada armazón, un escapulario, un rosario con cuentas de nácar, un par de trenzas doradas, ¿tal vez del hijo mayor?
Un  sobre con palidez  de viejo, borrosa letra de varón. Levanto la solapa…se quiebra un seco  pétalo de rosa. Guardo el sobre, cierro la caja y  tapo el arcón.

Autor: Luis Unzaga

¿Que quiere decir?

Upitudo: El vocablo upiti es un sustantivo quichua que significa ano y, por extensión, cola, culo o asentaderas.

La yapa: muy usado en la Argentina del siglo pasado, ahora se generalizó en la expresión oral. Significa un regalo extra, una “cortesia”, generalmente con el cliente. Curiosidad: en Colombia se dice: la ñapa.

Ya lo verís: forma arcaica del voseo del norte argentino y boliviano. No andís, no estís, en lugar de no andes, no estés.

El pello: por la pronunciación del sonido rr en la zona norteña argentina, en Chile, Bolivia y Perú, es muy común confundirlo con y o ll.




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