***Y para seguir con las viejas
costumbres: me gustas cuando luchas.
JV, São Paulo, octubre de 2012.
La chica de la foto
Fue portada de
Paris Match y Life. Emblema del Mayo. Hoy vive en un pequeño pueblo de
Normandía.
La manifestación se
dirige a la plaza de la
Bastilla.
Preguntan quién
puede llevar la bandera. Y ella se ofrece porque le duelen los pies. La bandera
no es ni roja ni negra. Es la de Vietnam, símbolo de una guerra a la que se
opone la juventud de medio mundo.
Ella no es ni
estudiante ni francesa. Hija de una noble familia inglesa, será desheredada
cuando su abuelo vea la foto. La han expulsado de los más selectos colegios, ha
frecuentado en Nueva York a Otis Redding, Andy Warhol y Lou Reed. Se gana la
vida como maniquí. Después vendrán el jazz y África. La lleva sobre sus hombros
Jean Jacques Lebel que tuvo la idea de ocupar el teatro del Odeón y hoy es un
artista plástico de vanguardia.
Fuente:
La revista, de El Mundo
http://www.elmundo.es/magazine/num132/textos/fue4.html)
Affiche: del sueño a la imagen
El Mayo
Francés
La joven que
destaca en la foto que fue tapa de las principales revistas del mundo estaba
allí por casualidad, posó y la pagó muy caro.
París, 13 de mayo
de 1968. La ciudad toda, Francia entera, y buena parte del mundo se halla
estremecida por la revuelta de los estudiantes de la Sorbona. Ese día, en
la marcha de la
Unión Estudiantil de Francia hacia la Bastilla , una imagen es
transformada en foto, y pasa a ser la portada de Time y Life alrededor del
mundo. Se trata de una bella joven, subida a los hombros de un amigo suyo, que
con la mirada decidida hacia adelante, ondea una bandera del Frente para la Liberación de Vietnam
del Sur.
Se la apoda "la Marianne de Mai
’68", comparándola con el símbolo mismo de Francia, y pasa a ser uno de
los íconos de la revuelta. Pero Caroline de Bender no es francesa ni
estudiante, sino una modelo inglesa, heredera de una muy aristocrática y
adinerada familia de Gran Bretaña.
Como ella misma
contará, el hecho fue fruto tanto de la casualidad como de sus instintos de
modelo. Jean-Jacques Lebel, amigo suyo, artista plástico, literato, traductor y
organizador de happenings, fue quien la llevó a la marcha y a hombros de quien
subió, porque le dolían los pies de tanto caminar. Alguien le pidió llevar una
bandera, a lo que accedió. De pronto, percibió que algunos fotógrafos habían
posado sus cámaras en ella. "Cuando yo siento varios objetivos apuntados
en mí... entonces, yo tengo como un reflejo profesional. Instintivamente, me
enderezo, y pongo mi cara más seria, mi gesto más solemne", dirá luego. El
resto es una foto que entra en la historia.
Antes de ser
inmortalizada en varios rollos fotográficos, Caroline, luego de una infancia en
cuna de oro, se las ha ingeniado con su mala conducta para ser expulsada de los
más aristocráticos colegios ingleses para niñas bien.
Es por ello que, en
lugar de concluir sus estudios, se dedica al modelaje al otro lado del
Atlántico, en Nueva York. Allí, además de lucir sus dotes naturales en la
pasarela, frecuenta a la bohemia de la época, vinculándose con Otis Redding,
Andy Warhol y Lou Reed. Es de casualidad, y por un romance, que se halla en
París cuando el mundo universitario parece estallarles a los galos.
Si a ella le
conmovió verse en las primeras planas de todo el mundo, más le impacto la foto
a su abuelo, el conde De Bender. Que su Caroline hubiera sido expulsada de casi
todo noble colegio de niñas, vaya y pase; que dedicase su vida a modelar ropa,
con amistades bizarras que hubieran escandalizado a su difunda abuela, también
era algo disculpable; pero verla en las tapas de la prensa vulgar de medio
mundo, como abanderada de una de esas revueltas protestonas con que los
franceses buscan destacarse de siglo en siglo en el mundo, era mucho más de lo
que el conde podía soportar.
Es por eso que la
primera De Bender que había participado en una manifestación popular en los
varios siglos de historia familiar, fue desheredada de todo bien material o
título nobiliario al que pudiera aspirar. "You´re cut off"
(traducción en buen y plebeyo castellano actual: tómatelas) fueron las últimas
palabras del conde a su nieta consentida. Hasta su muerte, no volvió a cruzar
palabra con ella, ni recibirla en su casa.
Condenada a tener
que vivir de su trabajo, y a nunca recibirse de condesa, la joven incursionó en
el jazz, viajó por el África, y realizó algunas películas independientes,
residiendo en la actualidad en un pequeño pueblo en Normandía.
Al ser entrevistada
por una revista francesa, al cumplirse 40 años de los sucesos de mayo del ’68,
y consultada si lo haría de nuevo, respondió con honestidad: "De haber
sabido todo lo que me habría acarreado, lo hubiera pensado más seriamente, pero
quizá lo hubiese hecho de todas formas".
Tal vez, como
escribió Oscar Wilde, en Fingal O`Flahertie Wills, eso sea porque "los
viejos lo creen todo; los adultos todo lo sospechan; mientras que los jóvenes
todo lo saben".
Fuente:
http://www.lavoz.com.ar/suplementos/temas/09/05/17/nota.asp?nota_id=517055
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