sexta-feira, 13 de maio de 2011

La Guerra del Salitre

Denominada "Guerra del Pacífico" por la historiografía oficial, el conflicto bélico desangró a Chile, Bolivia y Perú de 1879 a 1883. La verdadera causa de la guerra fue el salitre. El Pacífico, ya lo sabemos, es el océano más grande del planeta, con 180 millones de kilómetros cuadrados que mojan las playas de América, Asia y Australia. Pero la guerra que relato ahora ocurrió sólo en un rinconcito de esa inmensidad, y hubo apenas dos batallas navales, en Iquique, el 21 de mayo de 1879, y en Punta de Angamos, el 8 de octubre. Ambas duraron pocas horas. Después, la flota chilena navegó el océano sólo transportando tropas. Entre fines de octubre y noviembre de 1879 llevó 9.500 soldados desde Antofagasta a Pisagua; en marzo de 1880, otros 13 mil hombres de Iquique a la caleta de Ilo; en enero de 1881, a 25 mil soldados de Arica a Pisco. El escenario naval de la guerra de Antofagasta a Pisco, abarcó apenas unos 2.000 kilómetros. El nombre más apropiado, por lo tanto, es "Guerra del Salitre".
Durante años el desierto de Atacama -sur de Bolivia y norte de Chile- fue descuidado por ambos países, hasta que descubrieron que habían allí grandes yacimientos de salitre de gran demanda en Europa. Los tratados sobre fronteras, de 1874, ratificaban el paralelo 24, latitud sur como límite entre los dos países. Además, Bolivia se había comprometido a no aumentar durante 25 años los impuestos que pagaban las industrias chilenas radicadas en su territorio.En Antofagasta, perteneciente hasta entonces a Bolivia, se instaló la Compañía de Salitre de Antofagasta, de capital chileno que en 1872 empezó las exportaciones del “oro blanco” a Europa. Más al norte, Perú lanzó en 1875 una ley de expropiación de las salitreras de Tarapacá, pagando a sus antiguos propietarios con certificados. En 1879 el presidente boliviano Tomás Frías fue derrocado por un golpe encabezado por el general Daza, que decretó un nuevo impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado. La Compañía de Salitre de Antofagasta se negó a pagarlo. Entonces Daza ordenó el remate de la empresa chilena.
El gobierno de Chile salió en defensa de sus capitalistas nacionales. Rompió con Bolivia y el día en que ocurriría el remate, mandó 200 hombres, comandados por el coronel Emilio Sotomayor, que ocuparon Antofagasta, impidiendo la subasta. El 1º de marzo, Bolivia le declaró la guerra a Chile. Igual hizo Perú, que en 1873 había firmado un pacto de mutua defensa con Bolivia. El 5 de abril, Chile declaró la guerra a los aliados, y a finales de 1879 Tarapacá fue tomada por tropas chilenas.

Pero otra guerra secreta y sucia ocurría en la región. Sus actores era dos ingleses que en vez de fusiles usaban la especulación y una tremenda falta de escrúpulos. Robert Harvey había llegado a Tarapacá en 1874. Antes de la ocupación de la provincia por los chilenos, el gobierno peruano lo había nombrado Inspector General de Salitreras. En 1880 el gobierno de Chile lo confirmó en el cargo, dándole amplias atribuciones. Recibía sueldo de los dos países y a ambos les pasaba informes falsos.El otro inglés, John Thomas North, llegó a Chile en 1866 con 10 libras esterlinas en la cartera. Fue mecánico en la ferrovía de Caldera y se mudó a Tarapacá para asociarse a Harvey. Aprovechándose de la caótica situación creada por la guerra y con malas artes y engaños se apropiaron de certificados emitidos por el gobierno peruano al expropiar las salitreras a un 11% de su valor nominal. Hicieron esta inversión beneficiados por los generosos préstamos que les ofreció la banca chilena de Edwards y Valparaíso.La guerra continuaba todavía, cuando el gobierno chileno de Federico Santa María liberó, en marzo de 1882, los títulos de propiedad definitiva a quién tuviese un certificado salitrero. Así fueron donadas a los particulares más de 80 oficinas. Otras 71 quedaron en manos del Estado chileno. Los poseedores de certificados, como Thomas North, Robert Harvey, la Casa Gibbs y otros capitalistas ingleses, se convirtieron en propietarios de las más ricas salitreras, controlando la industria del nitrato y haciendo del norte chileno una enorme factoría británica.
John Thomas North se volvió el “rey del salitre”, uno de los hombres más ricos del mundo, dueño de numerosas salitreras, de los trenes y de muchas otras empresas; monopolizó el agua potable y el comercio en la pampa, desde la harina y carbón hasta los comestibles. Fundó el Bank of Tarapacá and London Ltda. Tuvo a su servicio jueces y políticos liberales, conservadores y radicales, con grandes inversiones también en Europa, Egipto, Australia y Brasil.Huamachuco sufrió en julio de 1883 el último combate de una guerra en la que murieron 23 mil soldados bolivianos, chilenos y peruanos. Chile tomó el territorio de dos provincias bolivianas, Tarapacá y Antofagasta, pero el salitre, que fue el motivo central del conflicto, pasó en su mayor parte a manos de capitalistas ingleses.

Um comentário:

  1. Terminada la Guerra, Chile fue dueño del único yacimiento de salitre del mundo, con gran impacto en su economía. El salitre trajo una gran riqueza ya que entonces había mucha demanda por el producto, usado como fertilizante y para fabricar explosivos.
    Entró tanto dinero que se suprimieron los impuestos por algunos años. El estado chileno no tenía salitreras ni las explotaba; sus ingresos provenían del impuesto cobrado a la exportación de cada quintal que salía del país.

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