Lea la 1ª parte en:
http://javiervillanuevaliteratura.blogspot.com.br/2013/05/el-asalto-al-trasatlantico-santa-maria.html
El asalto al transatlántico “Santa Maria” o un navío llamado “Liberdade”.
3.
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El asalto al transatlántico “Santa Maria” o un navío llamado “Liberdade”.
3.
El libro “24 homens
e mais nada. A captura do Santa
Maria” fue escrito por el propio
Sotomayor, entre 1963 y 1968, durante los años en que estuvo exiliado en
Cuba, y explica los detalles de la acción del asalto al transatlántico “Santa Maria” por 24 militantes del DRIL,
el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación, un movimiento fundado por
Sotomayor en Caracas, Venezuela, a comienzo de los años 60.
El Comandante Sotomayor, gallego nacido en Pobra do Caramiñal en 1904, fue junto al celanovés Pepe Velo Mosquera y con el capitán portugués Henrique Galvão, uno de los ideólogos de la acción del asalto.
El Comandante Sotomayor, gallego nacido en Pobra do Caramiñal en 1904, fue junto al celanovés Pepe Velo Mosquera y con el capitán portugués Henrique Galvão, uno de los ideólogos de la acción del asalto.
O sea que, dos
gallegos y un portugués dirigieron el primer secuestro de un barco por razones
políticas de la historia. Y, aunque se los acusó de piratería, nunca fueron
juzgados como piratas ya que no existió botín, y lo que reivindicaban era un objetivo
político y no económico.
La organización armada
DRIL fue la primera que se alzó en el exilio, con el objetivo de iniciar el
derrocamiento de las dictaduras de España y de Portugal. Fue en 1961 cuando el DRIL,
con Sotomayor –o Soutomaior, para los portugueses- a la cabeza, decidió
realizar el primer secuestro de un buque, el “Santa Maria”, que unía América a Europa en una travesía entre La
Guaira, con Vigo y Lisboa, previa escala en Canarias.
Esta decisión de una acción armada se tomaba después del apresamiento y la ejecución de dos
miembros de la organización por parte de la represión franquista.
También participaron junto a sus padres, el hijo de Velo, Víctor y el de
Sotomayor, Federico.
Gracias a “24
homens e mais nada”, dice el descubridor de la obra, “conocemos los
orígenes de la organización, de la que no se sabía nada, y aprendemos más de la
resistencia al franquismo”. Los motivos por los cuales los guerrillleros eligieron
un buque, y específicamente el “Santa Maria,” de bandera portuguesa,
también se explica en el libro: “Salazar es más generoso, en Portugal no existe
pena de muerte. Salazar es un ferviente cristiano que practica el 5º mandamiento”,
escribe Sotomayor em su obra.
Los actores de aquella
hazaña casi quijotesca, dos docenas de hombres de la guerrilla ibérica, liquidaron
todos sus bienes personales para poder pagar la acción, y al final de sus
vidas, terminaron cada uno por su lado. El capitán Galvão murió en Marruecos y
Velo, el único que nunca escribió su propia versión de los hechos, en el Brasil de la predictadura, que acogió a los militantes del DRIL después de una larga y
nerviosa negociación internacional que, el 4 de febrero de 1961, le puso punto final
al secuestro y a la crisis que se había generado entre Portugal, EEUU y el proprio
Brasil.
El comandante
Sotomayor, que en su villa natal del Barbanza había sido uno de los fundadores
del PSOE - en 1933 adhirió al comunismo junto con miles de otros socialistas, y
en 1939 huyó a Francia- vivió con una documentación falsa a nombre de Robert
Rodríguez. Fue así que viajó, en representación de la Conferencia
Tricontinental de los países del Tercer Mundo, a llevar el apoyo a los rebeldes
del Vietcong y de Laos y a visitar la China de la Revolución Cultural. De vuelta
a Venezuela, pasó allí sus últimos años.
-Y vale la pena
repetir que, a pesar de ser el primer secuestro político de un medio de
transporte en la historia moderna- insiste el Viejo Pedro Milesi, -por fin, los
hombres que cambiaron el nombre del “Santa Maria” por el de “Santa
Liberdade” nunca fueron a juicio por piratería, ya que no hubo botín y
tanto la tripulación como los pasajeros fueron desembarcados.
-La Operación Dulcinea fue el nombre elegido
por el político y militar portugués Henrique Galvão para el secuestro de lo que
en Lisboa se llamaba paquebote “Santa Maria”, propiedad de la naviera
portuguesa Companhia Colonial de Navegação- cuenta Pedro Milesi, - y era un
acto político para llamar la atención de la opinión pública mundial contra las
dictaduras de Oliveira Salazar en Portugal y de Franco en España. Junto con
Galvão, dirigieron la acción los gallegos Xosé Velo y José Fernández Vázquez,
que también usaba el nombre de guerra Jorge de Soutomaior, alias, Sotomayor.
-El plan fue pensado
por Henrique Galvão, que era uno de los líderes del Directorio Revolucionario
Ibérico de Liberación –el DRIL- formado por grupos de exiliados portugueses y
españoles que luchaban contra las dictaduras de Salazar y Franco en sus
respectivos países- repite Pedro.
-Asilado en Caracas desde 1959, Galvão organizó la formación de un comando armado y planearon abordar como pasajeros el buque “Santa Maria”, una de las naves principales de la Companhia Colonial de Navegação.
-Asilado en Caracas desde 1959, Galvão organizó la formación de un comando armado y planearon abordar como pasajeros el buque “Santa Maria”, una de las naves principales de la Companhia Colonial de Navegação.
-Al principio pensaban
usar la embarcación para llegar hasta África e iniciar una sublevación
antisalazarista de las tropas portuguesas en la colonia de Angola o en la de
Cabo Verde- le agrega Juancito. -Otra alternativa era dirigirse hacia la
colonia española de Guinea Ecuatorial para llamar desde allí a la insurrección
antisalazarista y contra la dictadura de Franco.
La ruta del barco era Lisboa-Madeira-Tenerife-La
Guaira-Curaçao-San Juan de Puerto Rico-Miami, de ida y de vuelta, por lo cual
Galvão planeó que sus hombres abordaran el paquebote ya en la ruta de retorno a Lisboa, aprovechando las
escalas en Curaçao y La Guaira.
-Los militantes elegidos
por Galvão para la operación armada tenían grandes dificultades para financiar
la acción- dice Juancito.
-Empezando por el alto
costo de los pasajes y del armamento, sin ningún tipo de ayuda, una vez que el
anticomunismo visceral de Galvão impedía la ayuda del Partido Comunista
Portugués- le agrega Pedro Milesi.
–Sí, y que era el único partido que podría intermediar para garantizar los fondos prometidos por la URSS, por lo cual Galvão y sus hombres recién pudieron reunir todo el dinero necesario a mediados de enero de 1961.
–Sí, y que era el único partido que podría intermediar para garantizar los fondos prometidos por la URSS, por lo cual Galvão y sus hombres recién pudieron reunir todo el dinero necesario a mediados de enero de 1961.
-La “Santa María” era una nave que había sido
construida en 1953 en los astilleros de Hoboken, Bélgica, con unos 186 metros
de eslora, y 20.900 toneladas de peso- comenta el negro Dardo, que se suma a la
charla. – y tenía una capacidad para 1.088 pasajeros entre las primera, segunda,
y tercera clases.
-En el viaje de Lisboa
hacia Miami, en enero de 1961, llevaba 356 tripulantes y 612 pasajeros, entre
portugueses, españoles, estadounidenses y holandeses- agrega el Viejo Pedro.
-Henrique Galvão y sus
24 hombres abordaron la nave en las escalas de La Guaira y Curaçao los días 20
y 21 de enero, esperando alejarse de la costa de Curaçao para recién entonces lanzar su ataque,
en medio de la escala hacia San Juan de Puerto Rico. La toma del navío ocurrió
en la madrugada del 22 de enero de 1961 cuando el grupo de hombres armados comandado
por los gallegos irrumpió en el puente de mando- me había contado “seu
Xunqueira” en São Paulo, treinta años atrás, dice Dardo.
-Mientras tanto, el grupo de
los portugueses copaba la sala de máquinas, tomando por sorpresa a los
marineros y oficiales. Para amedrentar a los tripulantes se dispararon ráfagas
de fusil que mataron al tercer piloto, João Nascimento Costa, e hirieron a otros
dos marinos que trataron de oponer resistencia o avisar al capitán de la nave, Mario
Simões Maia- agrega.
-El grupo comando de
Galvão, que tomó el control de todas las dependencias esenciales para la marcha
del barco, incluyendo la sala de máquinas, le exigió al capitán Maia rendir el
navío al DRIL. Sin armas para oponerse a los hombres de Galvão, Maia y sus
oficiales se rindieron y pasaron el control de la Santa Maria a los guerrilleros- cuenta Juancito.
-Pero Galvão todavía le ofreció a Maia y a sus tripulantes que eligieran entre convertirse en sus prisioneros de guerra, o unirse al DRIL y juntarse a los rebeldes para mantener en operación la nave. Los tripulantes se quedaron con la segunda opción.
-Pero Galvão todavía le ofreció a Maia y a sus tripulantes que eligieran entre convertirse en sus prisioneros de guerra, o unirse al DRIL y juntarse a los rebeldes para mantener en operación la nave. Los tripulantes se quedaron con la segunda opción.
-Sin embargo, y aunque
pareciera un triunfo político, esto significaba que en la práctica los hombres
del comando revolucionario mantendrían el control de la Santa Maria, pero a costa de depender de los tripulantes y del
capitán Maia para gobernar el buque y seguir normalmente con la navegación-
agrega el negro Dardo.
-Sí, pero después del
tiroteo en el puente de comando, la opción de juntarse a los revolucionarios del
DRIL no era una buena elección para los tripulantes, teniendo en cuenta las represalias
a la vuelta a Portugal- comenta Pedro Milesi, -mientras que volverse
prisioneros de guerra era darle legitimidad a Galvão y a sus hombres como combatientes
en guerra contra las dictaduras ibéricas, una vez que las autoridades de
Lisboa apenas los irían a considerar como “piratas”. -El éxito de la
Operación Dulcinea exigía que se ocultase la travesía de la Santa Maria. Por eso mandó Galvão que se cortaran
las comunicaciones de radio del buque,
de modo de no poner en alerta a otros barcos e impedir la identificación por
parte de la marina norteamericana y la de Salazar- me contaba el negro Dardo
muchos años después.
–Sin embargo, a Galvão
y a sus hombres les faltaban los conocimientos náuticos y por fin tuvieron que pedirle
consejos al capitán Simões Maia sobre cómo eludir las otras embarcaciones que podrían
detectarlos con sus radares, a lo que Maia contesto con la explicación de que
solo navegando en zigzag se podría lograr este fin- agrega Juancito.
-Y Galvão le aceptó el
consejo, lo que significaba un movimiento todavía más lento de la nave, gastando
más combustible. Recién al alba del 22 de enero Galvão y sus hombres
informaron a los pasajeros que el buque había cambiado de comando, pidiéndoles
calma y anunciándoles algunas restricciones en la alimentación, y la prohibición de
acercarse al puente de mando o pasear por la cubierta- dice Pedro.
-Como uno de los
tripulantes heridos en la toma, el marinero João de Souza, estaba en estado
grave, era urgente llevarlo a un hospital- se acuerda “seu Xunqueira”,
conversando sobre el tema en una librería de la Vila Mariana, en São Paulo.
-El capitán Maia y el
médico Theodomiro Borges le pidieron a Galvão que trasladase a los dos
tripulantes heridos al puerto de Castries en la isla de Santa Lucía, colonia
británica en donde irían a recibir los cuidados médicos que les faltaban a
bordo del buque.
-Pero el español Jorge
de Sotomayor, primero se negó al pedido porque con ello se podría dejar al descubierto
la posición de la nave- dice Juancito, - aunque más tarde Galvão aprobó lo que
era un acto humanitario a costa del riesgo de que el plan fracasara en su
conjunto y sin remedio.
-El
23 de enero el Santa Maria ancló a una
cierta distancia del puerto de Castries, llevando a los dos heridos en una lancha,
junto con otros marineros. Al desembarcar, los marinos portugueses contaron lo ocurrido
y horas más tarde el barco secuestrado ya era seguido por el destructor
británico Rothesay- le cuenta el Viejo Pedro a Dardo. -Desde Castries informaron a Lisboa sobre los acontecimientos; el gobierno de Oliveira Salazar y la Companhia Colonial de Navegação especulaban desde entonces que los guerrilleros formaban una fuerza militar de unos setenta hombres.
Continuará.
Javier Villanueva, São Paulo, 25 de mayo de 2013.
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