Apuntes ibéricos
Llegué a São Paulo de madrugada un lunes y enseguida pasé una
semana sin poder moverme, de tan estropeada que me quedó la columna. Las dos
cajas con "El citroën naranja",
y la valija con exceso de peso, me jorobaron la hernia de disco. Después de 8
inyecciones empecé a mejorar un poco.
Pero, a las pocas peripecias de un viaje rápido, le
agrego la novedad de una historia poco conocida –o mejor dicho, mal recordada-
que me traje desde Buenos Aires en forma de un manuscrito casi a punto de
ser editado, y que se las cuento ahora, con todos sus detalles:
El asalto al transatlántico “Santa Maria” o
un navío llamado “Liberdade”.
“Seu
Xunqueira”
No livro do jornalista chileno radicado no Brasil, Hernán Muñoz
Garrido, o “Alô, Alô, Santa Maria Chamando!” da Editora Mestre Jou, leio que
era aquele Quixote galego, aos 45 anos em 1961, sem barbas, de feições
angulosas e olhar expressivo quem, entre textos literários, poéticos ou
sociológicos, e bombas em Madrid ou descarrilamentos de trens pelas províncias
de Espanha (“não para matar crianças ou para fazer vítimas inocentes, mas sim
atemorizar os únicos terroristas que há na Península Ibérica: Franco e
Salazar”), desde muito tempo dera origem ao DRIL, posto então a serviço da
causa portuguesa. Que no bolso do casaco tinha o passaporte com visto de 29 de
setembro de 1948, dado pelo consulado venezuelano em Lisboa. Era um passaporte
de emergência, que recebeu depois de haver saído do cárcere no Forte de Caxias.
E que era professor de Contabilidade em Caracas. Mais informações não sei sobre
a vida deste homem de tantos nomes, ele não teve tempo de me contar sua
história toda. Aliás, não falava muito sobre sua pessoa. Sei, ainda, que era
naturalista: "a alface é a mesma desde a pré-história até a era do
espaço". E que a conquista da Lua foi um triunfo do homem, e
ficaram aí fazendo vitória de ideologias. E que sua pátria eram as crianças,
porque é nelas que se pode acreditar e fazer com que não fiquem como os outros.
Foi ele também que me apresentou a Antonio Machado, a quem
sempre citava dizendo que não há caminhos, faz-se o caminho ao andar. No livro,
leio seu Xunqueira:
"O
DRIL é apenas a vontade, o desejo e a decisão - como dizia aquele poeta
galaico-venezuelano- de "dar a todos os homens do mundo um pão tão grande
como o tamanho de sua fome". Esta seria uma definição poética, porém,
dentro dela, todos os homens honestos, todos os homens sinceros e todos os
revolucionários -porque os revolucionários são fundamentalmente isso: homens
honestos, homens simples e homens decididos- verificam que, poeticamente, podem
condensar-se as mais profundas e as mais necessárias fórmulas econômicas".
Ele transformou prosa em poesia, fez da sua vida a sua arte.
Ele e seus companheiros do Santa Liberdade, jovens, todos entre 18 e 30
anos. Morreu sem saber que o caudilho espanhol, aquele garrote vil a
esmagar durante décadas as vértebras cervicais de tantos homens e mulheres,
apodreceu aos poucos em 1975, um ano depois da revolução dos cravos em
Portugal. Eu noticiei a agonia do caudilho, dia após dia, semana após
semana, mês após mês daquele 1975, na estação de rádio em que trabalhava.
Em dezembro fui à Europa. Levei comigo um papel amarelado, com a letra elegante
do seu Xunqueira. Pedi certa vez que escrevesse para mim algo que
eu iria levar, um dia, àquele lado do mundo, e dizer em seu nome, nos cinco
idiomas das nações que visitaria. Ele escreveu:
"Viva Portugal livre! Visca Catalunya
lliure!
Gora Euzcadi
askatuta!
Viva Galicia ceibe! Viva Hispania! Assim, com h.
Ou Viva
Iberia!".
Elizabeth
Lorenzotti, São Paulo, abril de 2013.
1.
Dos gallegos y un portugués comandaron el primer secuestro de
una embarcación con objetivos políticos en la historia moderna y contemporánea.
Hace más de cincuenta años que 24 militantes del DRIL -el
Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación- tomaron por asalto el
trasatlántico “Santa Maria” con la intención de empezar
un proceso simultáneo para derrocar a las dictaduras de Salazar en Portugal y
de Franco en España.
José Fernández –que usaba el nombre de guerra de comandante
Sotomayor, o Soutomaior, los portugueses- fue, junto al
celanovés Pepe Velo Mosquera y el capitán portugués Henrique Galvão, uno de los
ideólogos y ejecutores de aquella operación.
El comando de los guerrilleros del DRIL intentaron en 1961
iniciar un proceso de derrota de ambos dictadores ibéricos: Franco de España y
Salazar en Portugal. Como se ha probado en algunos
libros de los propios actores de la acción, no se trataba de una aventura, pues
había un plan bastante claro y concreto, que era escaparse hacia África y desde
una de las colonias españolas -Fernando de Pó- o portuguesas, atacar a las
dictaduras ibéricas..
2.
La “Operação Dulcineia”
En enero de 1961 ocurrió el asalto al buque de pasaje “Santa
Maria”. El incidente, que para la época, fue un suceso notable como
forma de protesta contra las dictaduras de Oliveira Salazar y Franco, introdujo
una práctica novedosa, que años más tarde fue ampliamente utilizada, de
secuestrar barcos y aviones con fines políticos.
El “Santa Maria” zarpó de Lisboa el 9 de enero de
1961 en uno de sus viajes regulares a America Central, llegando al puerto de La
Guaira en Venezuela el 20 de enero. Entre los pasajeros que embarcaron en este
puerto, había un grupo de 24 miembros del DRIL, el Directorio Revolucionario
Ibérico de Liberación, que era una estructura militante compuesta por
opositores a los regímenes de Franco y Salazar, cuyo líder era el capitán
Henrique Galvão, quien había embarcado, en secreto, con otros tres guerrilleros
del DRIL, un día más tarde en Cucaçao. Galvão vivía exiliado en Venezuela desde
noviembre de 1959, y en julio de 1961 ya había finalizado todos los planes para
asaltar el “Santa Maria”.
El barco había sido elegido por ser un objetivo mucho mejor
que las diversas naves españoles comunmente usadas por los turistas y los
hombres de negocios para viajar hacia América Central.
El Capitán Galvão se proponía navegar en el “Santa María”
hacia la colonia española de Fernando Poo, en el Golfo de Guinea.
Inmediatamente después de tomarla por lãs armas, su plan era atacar las
colonias portuguesas en Luanda y, desde Angola, comenzar una acción destinada a
provocar la caída de los gobiernos dictatoriales de Lisboa y Madrid.
En su libro “24 homens e mais nada. A captura do Santa
Maria”, Sotomayor explica los detalles de la acción.
“Fue acordado tomar el “Santa Maria”. Teníamos
que decidir cuál sería el punto donde la nave sería asaltada. La ruta normal
del navío, partiendo de La Guaira, es Curaçao-Miami-Tenerife. Nuestro objetivo
era llegar por sorpresa a las costas de África; para tal efecto deberíamos usar
al máximo el factor tiempo en función de la distancia mayor entre dos escalas”.
Es de esta manera que empieza el capítulo “El plan definitivo” de
la obra en la que Sotomayor detalla, paso a paso, el desarrollo de la acción
simultánea antifranquista, y antisalazarista, más famosa durante los años
sesenta.
Horas después de zarpar de Curaçao, el “Santa Maria” puso
proa hacia Port Everglades, em Florida. Transportaba um total de 611 pasajeros
y 349 miembros de la tripulación, bajo el comando del capitán de la Marina
Mercante portuguesa Mário Simões da Maia.
A las 1:45 de la madrugada del 22 de enero de 1961 se lanzó
la “Operación Dulcinea”, los 24 hombres, españoles y portugueses, bajo
el mando del capitán de ejercito Henrique Galvão, tomaron el puente y la sala
de radio, reduciendo por la fuerza a los oficiales del barco.
El tercer oficial de puente João José Nascimento Costa
ofreció resistencia a los guerrilleros y fue baleado. Más tarde, el “Santa
Maria” cambió su rumbo hacia el este, tratando de alcanzar lo más
rápidamente que le fuera posible, las aguas del Océano Atlántico.
El 23 de enero, el buque alcanzó la isla de Santa Lucía y
desembarcó a dos pasajeros, seriamente heridos, y a cinco tripulantes. Esta
demora obligatoria comprometió la posibilidad de alcanzar la costa de
África sin ser detectados por la marina portuguesa o por parte de los servicios
norteamericanos.
El 25 de enero, el barco fue avistado por un buque
frigorífico danés, revelando su posición al U.S. Coast Guard, que permitió que
un avión estadounidense localizase al “Santa Maria” poco menos de dos
horas después del incidente.
Por fin, el 2 de febrero, el “Santa Maria” atracó en
el puerto brasileño de Recife, permitiendo el comando guerrillero que
desembarcaran todos los pasajeros y miembros de la tripulación.
El hundimiento del “Santa María” había sido
considerado por los revolucionarios, pero al final descartaron la idea y se
rindieron a las autoridades brasileñas pidiendo asilo político. El “Santa
Maria” fue devuelto a sus armadores portugueses de la Compañía Colonial de
Navegação.
Aunque algunos piensan, aún hoy, que se trataba de uma acción
desesperada de meros “aventureros”, en el libro se entiende que eso no fue así,
ya que había un plan político y militar bastante claro: iban a dirigirse a las
colonias portuguesas y tratar de levantarlas en armas.
El autor de “24 homens e mais nada,” reivindica que la
corrección de esa táctica de llevar la insurgencia portuguesa hacia las
colonias quedó confirmada algunos años después, con el triunfo de la Revolución
de los Claveles de abril de 1975, nacida en el descontento del África
colonizada por Portugal.
Sotomayor, que murió en 1986 en los Andes de Venezuela, ya
había escrito otro libro, asumiendo su responsabilidad en el secuestro del
buque. En 1971 publicó, ya en su exílio en Venezuela “Yo robé el Santa
Maria”, aunque este relato empieza solo cuando el comando de los
revolucionarios entra al trasatlántico que navegaba desde La Guaira hacia los
puertos gallegos, con una escala prevista en las Islas Canarias.
En el capítulo “24 homens e mais nada”, además de
detallar todos los preparativos y la formación del DRIL, se retrata también a
lós compañeros Velo y Galvão.
“Galvão, al hablar de las colonias, las ve como la cosa más
natural, los blancos, hombres superiores, gobernando y dirigiendo lo que es
patrimonio portugués (...) Puro patriotismo de niño rico”, decía Sotomayor
sobre el hombre que era la cabeza más visible del Directorio, un militar más
bien de derecha, aunque también enfrentado al régimen dictatorial de Salazar.
“Escuche, Galvão. África arde por todos los lados”, a lo que
le replicó el comandante: “Quiera usted o no, África será totalmente
independiente. Si nosotros ponemos una sola mano allí, será para echar más
combustible al incendio”.
“Tal vez a causa de estos juicios personales, que considero
bastante ajustados a la realidad”, dice más tarde Xurxo Martínez, “el libro
durmió en un cajón tantos años”. Escrito entre 1963 y 1968, los años en que
Sotomayor estuvo refugiado en Cuba después de participar en la guerrilla
venezolana, el libro “24 homens e mais nada “ incluye,
además, el diario de abordo de las casi dos semanas que empezaron “en un punto
estimado alrededor de los 8 grados 20' de latitud norte y 68 grados 30 de
longitud oeste, a 70 millas de Curaçao” el dia 22 de enero de 1961.
El manuscrito le llegó al investigador Xurxo Martínez Crespo
mientras estudiaba el exilio de los gallegos en Venezuela. Entonces conoció al
fotógrafo Federico Fernández Ackermann, que era uno de los seis hijos de
Sotomayor, que le entregó los escritos –una colección de cuentos, piezas de
teatro y textos diversos sobre asuntos políticos- que el dirigente del DRIL
había desarrollado en los años finales de su vida em América.
Continuará.
JV. São Paulo, mayo de 2013.
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